- La Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas (COAG) y obviamente UAGA sostiene que la guerra en Ucrania puede empeorar “la tormenta perfecta” que ya sufre el campo español, ya que a los efectos de la sequía y la falta de lluvias se sumarán nuevas alzas de los costes de insumos. Según los datos de esta organización, de las importaciones españolas de cultivos herbáceos, Ucrania es el proveedor del 28 % de maíz, del 13 % de trigo, del 31 % de las tortas de aceite vegetal y del 16 % de las leguminosas.

Pero lo que más “nos preocupa es el encarecimiento de los precios por los componentes vinculados a los fertilizantes y la energía en la agricultura, y pedimos más que nunca a la Comisión Europea que fortalezca la capacidad de producción del sector primario con más protección frente a los envíos de países terceros”. Para el presidente de UAGA, Javier Torre, “las consecuencias de este conflicto son muchas a largo y corto plazo. A corto estamos viendo que se dispara el gas, se disparan los piensos, se dispara el petróleo, se disparan todos los costes en general, por lo que esto. Para nuestras producciones, es volver a estar por debajo de los costes de producción”. Torre añadía que, “a medio y largo plazo esto puede cambiar incluso a la PAC y de hecho ya se está hablando este año de abolir los barbechos, ir a producir porque lo va a necesitar la alimentación. Hay tanta incertidumbre con lo que puede pasar, dependiendo especialmente de cuantos días, que todo puede variar mucho”.

El presidente de la Unión Agroganadera Alavesa mencionaba que se están celebrando numerosas reuniones con la administración, “y confiamos en que según vayan avanzando nos irán dando cuenta de las consecuencias y posibles alternativas a lo que está sucediendo”.

Por su parte, Asaja, también con presencia en Álava, coincidía en que a las graves consecuencias de pérdidas en vidas humanas en Ucrania, “habrá que añadir los efectos que para la economía europea y mundial tendrá este conflicto. El sector agrario será, sin duda, uno de los damnificados. Nuestras importaciones de cereales y girasol, así como de medios de producción básicos como abonos y fertilizantes, se resentirán gravemente, lo que implicará un nuevo encarecimiento de los costes de producción para el sector”.

Asaja recordaba que Ucrania “es, hoy por hoy, el granero de Europa en lo que a cereales se refiere y el primer productor mundial de semillas, harinas y aceites de girasol. De igual manera, el gas y el petróleo ucranianos son la base para la producción de abonos y fertilizantes para toda Europa y el conflicto armado tendrá consecuencias de peso para el comercio comunitario, con un importante incremento de precios, y desde luego para el sector agrario de nuestro país aquejado de una importante crisis de rentabilidad”. Hay que recordar que España, deficitaria en cereales, importa anualmente casi el 30% del maíz que necesita de Ucrania.

En 2018 las importaciones de maíz alcanzaron los 2,8 millones de toneladas, por un valor de 460 millones de euros (España fue el segundo destino de las exportaciones ucranianas de maíz). Además, el 60% de nuestras compras en el exterior de aceite de girasol también proceden de Ucrania, así como el 17% del trigo, el 31% de las tortas de aceites vegetales y el 15,4% de leguminosas grano.