Visibilizar a las profesionales científicas y tecnológicas es lo que busca la campaña de la Diputación para el 8-M, Día Internacional de las Mujeres. Por eso, la institución foral ha homenajeado hoy en el museo Artium a Charo Resano, primera mujer directora de la Escuela de Ingeniería de Vitoria; Asun Eguren, ingeniera industrial y directora de Bodegas Eguren y Cristina Ortega, ingeniera aeronáutica, directora de Espacio en AVS. Las tres se han llevado a casa el premio laia, entregado por el diputado general de Álava, Ramiro González.

En su intervención, Asun Eguren pide para el futuro "no olvidar de dónde venimos y qué dificultades hemos pasado las mujeres", apela tras recordar los inicios familiares de una bodega que hoy cuenta con más del 40% de trabajadoras en plantilla.

Para Charo Resano, "quizá lo que haya que cambiar son los criterios con los que educamos a los hijos, puesto que estamos perdiendo mucho talento femenino", señala. Por su parte, Cristina Ortega, que de pequeña quería ser astronauta, resalta la "importancia de dar visibilidad a las mujeres que no desempeñan tareas convencionales porque sirven de inspiración a otras".

'Juntas fuimos, somos y seremos más fuertes'

Bajo el lema Juntas fuimos, somos y seremos más fuertes/Indartsuagoak izan ginen, gara eta izango gara, el acto ha servido para poner el foco en la sororidad que tiene lugar en el ámbito empresarial, es decir, en la relación de solidaridad entre las mujeres para construir redes en torno a intereses comunes.

Contra los roles y estereotipos

La introducción ha corrido a cargo de Kristina Apiñaniz, experta en los sectores energético y medioambiental que en una conferencia amena ha culpabilizado a los roles y estereotipos de esta sociedad de las desigualdades a las que se enfrentan las mujeres. "Hay que ir contra ellos", llama. Y también ha culpado a las empresas.

¿Qué podemos hacer, entonces?, se pregunta. "Animar a las chicas a que se atrevan a hacer cosas que se salgan de lo normal", aconseja.

Ella misma ha recordado los obstáculos que ha tenido que superar en su carrera profesional. El primero de ellos en COU cuando al enterarse de que quería estudiar Ingeniería en Bilbao, la profesora de Física le dijo delante de sus padres "y no has pensado en algo más fácil"; en lugar de amedrentarse, Kristina pensó: "os vais a enterar".

"Para este puesto no me fío de una chica"

El segundo batacazo se lo llevó en cuarto de carrera cuando el profesor de Metalurgia no cesaba de repetirle a ella y a una compañera, las dos únicas alumnas de la clase, que el metal era cosa de hombres. Y, más adelante, ya en el trabajo, ha tenido que soportar cómo había camioneros que no querían que les soldase piezas de su vehículo porque era mujer e, incluso, cómo en una entrevista de trabajo le dijeron: "es que para este puesto no me fío de una chica".

Preocupado por las treviñesas

Tras destacar que todas ellas han sorteado obstáculos similares en el transcurso de sus vidas profesionales y, sin embargo, han abierto el camino para que las nuevas generaciones de mujeres jóvenes accedan a la ciencia y a la tecnología, Ramiro González ha hecho hincapié en que "somos el territorio más industrial del Estado, un 33% del PIB viene de este sector, y más exportador, casi el 60% de lo que se produce aquí se exporta. Este es nuestro presente, pero queremos que siga siendo nuestro futuro. Y la ciencia y la tecnología tienen mucho que ver en la construcción de ese futuro". A día de hoy, sólo el 7% de las mujeres menores de 15 años se plantea una profesión técnica.

A las puertas del 8-M, el acto ha tenido un recuerdo especial para las mujeres ucranianas y para las treviñesas. "Estoy preocupado por lo que pueda ocurrir en Trebiño porque es posible que en breve se vean gobernados por la extrema derecha y me preocupa en lo que pueda afectar a la igualdad entre hombres y mujeres", ha declarado Ramiro González en referencia al posible gobierno entre PP y Vox en Castilla.