Álava no es ajena a la terrible angustia de no saber nada de esa persona querida tras perderse su rastro de la noche a la mañana. En estos momentos, por ejemplo, hay seis casos abiertos de personas desaparecidas en este territorio. La última que se ha hecho pública es la de Jesús Bengoa, el gasteiztarra de 68 años del que se perdió su rastro en Vitoria el pasado 13 de diciembre y del que se sigue sin saber nada, y hay otras que tristemente se han hecho famosas, para desgracia de sus allegados, por no tener fin en el calendario. Este último caso es el de Borja Lázaro, el vitoriano al que con 34 años se vio por última vez en Colombia un 8 de enero de hace ocho interminables años, tal y como recordaron ayer sus familiares en una concentración frente a Correos, bajo el lema Te esperamos, Borja.

Cuando uno sufre esa dolorosa experiencia de no saber dónde está esa persona que conoce, lo primero que tiene que hacer es hacer unas comprobaciones básicas de los sitios en los que puede haber estado y llamar tanto a su teléfono como al de sus amigos. Si se sigue sin tener noticias, hay que acudir a la Ertzaintza para interponer la denuncia, la cual, por cierto, no es necesario, esperar 24 horas para presentarla. Los agentes de este cuerpo son los que pondrán todos sus medios para buscar de forma profesional a ese ser querido. Igual de fundamental es la labor desinteresada que hacen tras las pantallas de sus ordenadores los voluntarios digitales de VOST Euskadi, quienes ayudan a viralizar esos paraderos desconocidos tras alertar sobre los mismos, con un cartel con sus fotografías y su descripción, vía internet y redes sociales.

Entre los motivos que puede haber para que estas personas abandonen sus casas de la noche a la mañana, como explica la presidenta de esta asociación, Alazne Villar, suelen aparecer o problemas psicológicos o los relacionados con enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer, hasta los que simplemente toman la decisión de marcharse ya sea por dificultades familiares o económicas, entre otras. “Al final cualquier persona adulta, mayor de edad, por difícil que suene, tiene derecho a desaparecer sin avisar”, declara.

Lo que no suelen tener es un perfil concreto, ya que los hay desde jóvenes a mayores. “Lo que sí varía es la motivación, dependiendo de la edad. A partir de los 65 años, más o menos, suele ser gente con problemas de demencia o emocionales; y el resto, porque toman la decisión de marcharse. En cuanto a los adolescentes, suele ser por problemas en casa o en el colegio”, agrega Villar.

Como puntualiza, la mayoría de ellas se consiguen resolver, “en un 95-98%” de los casos.

El protocolo que lleva a cabo VOST Euskadi para alertar de una desaparición es a través de tres vías: “Una es en la que nos informa SOS Deiak cuando hay una búsqueda activa y nos mandan los datos y hacemos el cartel. La segunda vía es por medio de la Ertzaintza, que más o menos es el mismo protocolo que tenemos con SOS Deiak, se habla con ellos y nos informan. Y la tercera es por las familias, cuando nos llaman para contarnos lo que ha pasado. Nosotros verificamos siempre con la fuente oficial y se pide la denuncia también para corroborar que es real lo que nos están contando. Tras ello, se publica el cartel. Lo mandamos también a SOS Desaparecidos y a otras entidades con las que colaboramos para tener más difusión”, concreta.

Aparte de ello, desde 2012 VOST Euskadi puso en marcha el programa Itxaropena (esperanza) para ayudar a las personas desaparecidas ofreciendo asistencia psicológica, asesoramiento técnico y jurídico, facilitándoles el contacto con los medios de comunicación y organismos oficiales y dando consejo técnico en materia de imagen y difusión. Un servicio que ya han solicitado desde entonces más de 300 familias.

Para ello, disponen de tres vías de ayuda: “La primera es la de difusión, que es la que es pública y la que se ve. Luego tenemos una parte de asesoramiento y de acompañamiento emocional: desde que nos lo comunica la familia hasta que la persona se localiza. Después, si necesita un poco más de seguimiento, y respetando siempre las vías que hay a nivel público de asesoramiento, se sigue con la persona porque al final se crea un vínculo que no nos gusta romper hasta que la persona se encuentra estable emocionalmente. Y luego está la tercera vía, que es la de poner en contacto con los medios oficiales, que son la Ertzaintza y SOS Deiak, y en algún caso también con los medios de comunicación cuando sea requerido”, detalla.

Además, promueven, junto con otras asociaciones que trabajan con familiares de personas desaparecidas, iniciativas institucionales y legislativas para un mejor cumplimiento de las finalidades de solidaridad y ayuda para localizar a las personas que faltan de su domicilio sin una razón justificada. “Por ejemplo, junto con SOS Desaparecidos, porque nosotros pertenecemos al Centro Nacional de Personas Desaparecidas, se escribió hace un año más o menos una carta al Ministerio de Interior solicitando una serie de mejoras”, ilustra.

Respecto a esas medidas que echan en falta para mejorar la respuesta ante las desapariciones, son más bien por parte de la ciudadanía “porque a nivel institucional, desde emergencias y desde la Policía, se actúa correctamente. Ahí están, por ejemplo, los últimos casos de personas desaparecidas que se han localizado, como el señor de Galdakao de 90 años, al que se encontró vivo a principios de diciembre gracias al dispositivo. Pero echamos de menos que la gente sigue pensando que hay que esperar 48 horas para denunciar, cuando eso no es así, lo cual retrasa mucho el inicio del dispositivo y disminuyen las probabilidades de encontrarle y de hacerlo además con vida”.

Jesús Bengoa. Desapareció el 13-12-2021 en Vitoria con 68 años. Vestía pantalón vaquero y cazadora de colores oscuros.

Doua Christ Ivoirienne. Desapareció el 19-12-2020 en Vitoria con 17 años. Llevaba una chaqueta del Baskonia.

Francisco Javier Pérez García. Desapareció el 14-8-2017 en Vitoria con 52 años. Se desconoce cómo iba vestido. Posible localización en Granada.

Borja Lázaro. Este vitoriano desapareció el 8-1-2014 en Colombia con 34 años. Llevaba una camiseta de la selección de Colombia y un pantalón corto.

Jesús Lebeña. Desapareció el 16-05-2012 en Llodio con 84 años. Iba vestido de ‘sport’ y con una visera verde.

Nora Moussaid. Desapareció el 29-10-2009 en Vitoria con 23 años. Llevaba una prenda de abrigo de color marrón, pantalones negros y calzado negro y un pañuelo en la cabeza.

Antes de comunicar la desaparición. Realice unas mínimas tareas de verificación: buscar en el domicilio o en el lugar en el que se cree que podría estar, llamar por teléfono al desaparecido, a sus amigos o a personas con las que se cree que estuvo.

Denuncia. Póngalo en conocimiento de la Ertzaintza: acercándose a cualquiera de sus comisarías o llamando al 112. No es necesario esperar 24 horas para interponer la denuncia.

Qué datos aportar. Apellidos y fecha de nacimiento, día, hora y lugar en el que se produjo la desaparición o fue vista por última vez, su descripción física (estatura, peso, color de pelo, ojos, tatuajes...), vestimenta (incluyendo joyas y gafas) y una foto reciente. Si llevaba teléfono o iba en coche (marca del vehículo), dinero que llevaba y medios de pago, tratamiento médico y si padece enfermedades o si presenta alguna discapacidad.

Así lo señala su presidenta, Alazne Villar.