A primera hora de ayer arrancaron las obras en el eje Esmaltaciones-Mendizabala, con motivo del reasfaltado a lo largo de este tramo de dos kilómetros de longitud de la capital alavesa, por el que está previsto que vaya el BEI. Y aunque este tipo de actuaciones siempre son molestas para residentes, estudiantes y trabajadores, este primer día de "corte total" de su tráfico, que se extenderá hasta el viernes, si la meteorología lo permite, se estrenó "con normalidad", según resaltó el Ayuntamiento, ya que la única salvedad al respecto fueron los atascos puntuales a primera hora y algún que otro conductor despistado.

"Se ha facilitado la salida de los vehículos que se encontraban en el interior del tramo y las máquinas trabajan a destajo desde pronto", explicó el propio edil de Espacio Público, Raimundo Ruiz de Escudero, a pie de obra, desde la calle Salbatierrabide.

Una "normalidad" que fue posible gracias a los avisos que estos días se han ido difundiendo tanto a vecinos de la zona, para que sacaran sus vehículos de los garajes afectados, como a trabajadores para disuadirles de que cogieran el coche estos días, y a los usuarios de buses de Tuvisa y de líneas forales, para advertirles de los respectivos cambios de sus paradas.

A esta buena marcha también contribuyó la decisión de que el cierre de la circulación se hiciera "de forma progresiva a lo largo de la mañana", pero, como hizo hincapié el titular de Movilidad, "después va a ser total, así que si alguien tiene intención de venir por aquí, que no lo haga".

"Lo sabía perfectamente"

A Blanca, por ejemplo, que ayer se encontraba en Salbatierrabide para llevar a una amiga una barra de pan, no le pilló desprevenida que se cortara el tráfico ese día. "Lo sabía perfectamente porque lo he visto en varios medios de comunicación, como el vuestro. A las siete de la mañana estaba abierto incluso este de Salbatierrabide. Lo han empezado a cerrar a las 8.30 horas, sentido Esmaltaciones, porque en el otro sentido todavía dejan pasar. Y en los garajes han sacado antes a los coches porque ya estaban avisados", detallaba esta mujer, poco antes de la diez de la mañana, quien ayer llegó a este punto de la ciudad en coche, motivo por el que decidió aparcarlo en Mendizabala, un parking que, por cierto, se llenó.

Como puntualizó Blanca, las únicas críticas que ha visto por estas obras son las referentes a la supresión de plazas de aparcamiento. "Aquí, lo que dice todo el mundo, es que los vecinos se van a volver locos, porque lo primero que hicieron es quitar todos los aparcamientos, solo han dejado algunas plazas en esta calle, pero hay otras que no las tienen y no se dan cuenta de que hay gente que necesita el coche", censuraba.

De hecho, ella misma, como residente en Pedro Asúa, se ha dado cuenta de las molestias que está generando "la confusión de señales" en el cruce del BEI entre su calle con la de Beato Tomás de Zumárraga, donde recordó "los dos golpes" que ya se han producido. "Les hicieron controles de drogas y alcohol y al final no era por eso, sino porque si en la señal horizontal montas un Cristo de la leche y no pones la vertical, la gente tendrá que ir fijándose o se meterá por donde pueda. Tenemos reflejos para fijarnos en un par de cosas, no en más y eso lo sé bien porque trabajo en Seguridad Vial", matizaba.

A Anabel y Edurne, otras vecinas de Gasteiz, el corte al tráfico en este eje tampoco les cogió por sorpresa. "A los trabajadores del Hospital Psiquiátrico Araba ya la semana pasada nos habían informado a todos", resaltaban. Anabel, por ejemplo, escogió ir en un taxi, que "me ha dejado en esa esquina (calle Navarra) porque ya no se puede entrar más" y Edurne, optó por la bici.

Un poco más apurado, en cambio, se veía a un repartidor de una conocida carnicería, cuando esperaba a que el semáforo le diera luz verde para arrancar su furgoneta desde la calle Navarra. "No conocía que hoy iba a cerrarse el tráfico. La movilidad en esta ciudad está hecha una pena. Ahora tenía previsto ir a Mendizorroza. ¡A ver ahora cómo lo hago!", lamentaba este hombre, al que poco después, un operario, señal en mano, le indicó que podía girar a la derecha, por Salbatierrabide.