El diputado general de Álava, Ramiro González, reivindicó ayer el derecho a la verdad, a la reparación y a la justicia de las víctimas del franquismo e incidió en la importancia de que los más jóvenes "conozcan lo que ocurrió y sepan que hoy todavía hay alaveses que no saben dónde están sus familiares". González estuvo presente en el homenaje que cada año las Juntas Generales de Álava y la Diputación de Álava rinden a las víctimas del franquismo, coincidiendo con la fecha en la que en 1936 las tropas franquistas fusilaron al presidente de la Comisión Gestora de la Diputación de Álava, Teodoro Olarte.

Junto con el presidente de la Cámara foral, Pedro Elosegi, del alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, y la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno Vasco, Beatriz Artolazabal, arroparon a Carmen Saltó, nieta de Teodoro Olarte, en la ofrenda floral tributada en el monolito en recuerdo a estos ciudadanos situado en la trasera del Palacio Foral. "Tantas décadas después hay alaveses que no saben qué ocurrió con sus familias", lamentó el diputado general en declaraciones a los medios de comunicación. Insistió además en el hecho de seguir reivindicado para ellos el derecho a la verdad, a la reparación y a la justicia.

Quiso poner en valor el hecho de que esta situación "no caiga en el olvido", para lo que consideró que es imprescindible que "los jóvenes conozcan lo que ocurrió y sepan que todavía hay alaveses y alavesas que no saben qué pasó con sus familiares", aseveró con rotundidad la máxima autoridad foral. Por ello defendió la necesidad de seguir celebrando estos actos que, para la nieta de Teodoro Olarte, se trata de "homenajes muy bien hechos" que hacen posible que "la gente se entere de lo que ha estado 40 años callado. Hay que conocer la historia", defendió la descendiente de Olarte.

En representación del PNV también acudió, además de varios junteros, el presidente del partido en Álava, José Antonio Suso.

El acto de ayer volvió a estar de nuevo marcado por las limitaciones impuestas por el azote de la pandemia. Al igual que sucediera el año pasado no hubo ningún acto conjunto institucional y el llamamiento se limitó a una invitación a modo personal para que los gasteiztarras pudieran acercarse a ese céntrico punto y depositar sus flores junto a la escultura 'Bosque de la luz'.

El monolito fue un constante trasiego de responsables políticos de diferentes formaciones. Una de ellas, EH Bildu, contó con la presencia de su máximo responsable político en Araba, Kike Fernández de Pinedo, acompañado por representantes de la coalición abertzale en el Parlamento Vasco, Juntas Generales de Álava y Ayuntamiento de Gasteiz. Además de denunciar el asesinato de Olarte y el resto de sus compañeros, EH Bildu recordó a las miles de personas que sufrieron la represión, "la tortura, el encarcelamiento, el exilio y el asesinato como consecuencia del alzamiento militar y la posterior dictadura criminal", enfatizó el representante soberanista tras la ofrenda.

Señaló también Fernández de Pinedo la importancia de la figura de Teodoro Olarte como "representante de la voluntad republicana fruto de la colaboración entre diferentes, así como la lucha por una sociedad justa, solidaria, democrática y laica de iguales", concluyó el responsable de EH Bildu.