43%. Y se acerca peligrosamente al 50%. Son datos del Observatorio LGTBI+ de Vitoria Gasteiz, que señala que casi la mitad de las agresiones contra este colectivo en Araba están dirigidos a las personas trans desde mayo de 2021.

Realizando una comparativa con ejercicios anteriores, el aumento se hace aún más notable. En 2017-2018, un 7%. En 2018-2019, un 15%. En 2019-2020, un 12%.

Y es que, con estos datos en mano, es evidente que este colectivo está siendo víctima de un ataque a su libertad dentro de una preocupante escalada LGTBI+fóbica.

Por ello, con el objetivo de valorar los preocupantes datos del repunte, y buscar las claves de este, DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA ha conversado con Amets Martínez de Heredita, coordinador de Ikusgune.

Libertad para vivir

"Estas agresiones ya existían antes, pero este último año estamos viendo un incremento en el número y en la violencia y gravedad de estas", subraya el responsable del Observatorio. Esta actitud, esta "hostilidad", como la describe, se ha podido comprobar de manera muy cercana de diversas formas en varios puntos de la capital.

Una mujer trans de 64 años agredida en el Casco Viejo el pasado 22 de julio, la registrada el día 1 de agosto en Abetxuko o la del pasado año en Sansomendi . Pero no se trata de acciones aisladas de individuos concretos, sino que se añaden a otras como las pintadas homófobas sobre el mural LGTBI+ del colegio Umandi a finales de junio.

También en el resto del territorio, con la agresión de un joven de 22 años en Amurrio el pasado jueves.

Como encargado del servicio de observación contra este tipo de ataques, Martínez de Heredita ha querido remarcar una primera base fundamental: "Este tipo de actitudes no tienen cabida en nuestro municipio", recalca, tras lo que ha querido explicar otro importante apunte.

"Estas agresiones sirven de altavoz al resto del colectivo, y queda interpelada toda la sociedad". Por ello, es importante que el miedo o la inseguridad no se apodere de las personas que muestran de forma libre su orientación o identidad.

Un perfil conocido

Aunque en varios de los casos con mayor repercusión mediática los agresores han perpetrado los hechos de forma grupal, en el País Vasco no siempre ocurre así. Es más, Martínez de Heredita explica que suelen tratarse de "palizas individuales", o delitos de odio cometidos por personas de un perfil muy variado.

"Nuestro hermano, nuestra madre, el vecino del 5º" La supervivencia del colectivo en una "sociedad cisheteropatriarcal" conlleva que quienes atentan contra su libertad presentan una pluralidad de atributos presentes en gente cercana a toda la ciudadanía.

Es por eso que la "posición activa", que muchos gasteiztarras ya han tomado, como los hosteleros del Casco Viejo tras una de las agresiones con movilizaciones "contundentes", explica el coordinador, es fundamental para reestructurar y recuperar estas libertades que están siendo objeto de odio en el actual sistema.

Odio con megáfono

Pero la población necesita de impulsos desde varias direcciones para lograr este objetivo. Entre ellos, y quizá de manera más esencial, el de las instituciones. A escala regional, el Ayuntamiento de Vitoria yel Gobierno Vasco han puesto en marcha una amplia gama de recursos e iniciativas para proteger al colectivo LGTBI+ y dotarlo de empoderamiento, como la agenda Hara! o el servicio Berdindu.

Aún así, el auge de la extrema derecha en el Estado durante los últimos años ha puesto en jaque el trabajo previamente realizado. "Es verdad que las agresiones suelen estar protagonizadas por jóvenes, pero la antesala", analiza Martínez de Heredita, "ese discurso de odio no es por personas no tan jóvenes, algunos de ellos incluso en posiciones institucionales".

Esta difusión de ideas que enfrentan de forma directa al colectivo LGTBI+ se ha visto reforzada con actuaciones de partidos políticos como Vox, única agrupación del Parlamento Vasco que no condenó la agresión homófoba ocurrida en Amorebieta a finales de julio.

Responsabilidad de todos

Entonces ¿qué se puede hacer? Desde Ikusgune inciden en que no tienen "la solución", porque la hubiesen puesto en marcha ya.

Pero sí que hacen alusión a la "posición activa" previamente mencionada, a la "contundencia" con la que se debe actuar ante estos casos, de manera social mostrando que no existe el miedo con concentraciones y movilizaciones, de manera judicial con más denuncias para poner en manos de la ley a quienes amenazan esta libertad, y de manera institucional a través de políticas concretas que reconduzcan la sociedad hacia un lugar seguro, de confianza y con garantías.