EH Bildu ha presentado en la mañana de este miércoles Araba Zero Karbono, un plan que persigue alcanzar un territorio neutro en carbono para 2050, cuando el consumo deberá haberse reducido en un 40% y el 95% del mismo deberá provenir de energías renovables.

La formación propone además un escenario intermedio, en 2030, en el que el 35% del consumo bruto de energía deberá ser renovable, al tiempo que se debe reducir en un 30% su consumo. En este caso, el incremento de producción renovable se debe multiplicar por cinco.

Mikel Otero, Kike Fernández de Pinedo y Amancay Villalba, representantes de EH Bildu en el Parlamento vasco, las Juntas Generales de Araba y el Ayuntamiento de Gasteiz, han explicado los pormenores de este plan, que se sustenta sobre cuatro pilares básicos: avanzar hacia un modelo de soberanía energética, garantizar el control público y la democracia energética, la preservación del patrimonio natural y la biodiversidad, y que tanto el proceso como la estrategia cuenten con el mayor consenso posible.

"Esta transformación no está exenta de riesgos y nuestro territorio se puede convertir en un jugoso tablero para empresas y fondos de inversión. Desafortunadamente, algunos parecen contemplar Araba como un territorio de oportunidad desde esa perspectiva, entienden que Araba es una hoja en blanco para la implantación de nuevos proyectos sin estrategia ni control, ha señalado Villalba.

"Objetivos ambiciosos"

"Nos planteamos unos objetivos muy ambiciosos que persiguen reducir el consumo en un 25% para 2030, una reducción a conseguir en base al ahorro y la eficiencia energética y a la vez hacer un despliegue de renovables. Estos objetivos nos pondrían en hora con Europa, de manera que en 2030 podríamos hablar de un descenso de emisión de gases invernaderos del 55% respecto a 1990, que es el año que se adopta como referencia", ha detallado Otero.

Por eso, Araba Zero Karbono se plantea dos objetivos: reducir el consumo e implantar medidas que permitan avanzar en la eficiencia energética y generar energía renovable respetando el entorno natural y la biodiversidad. Así EH Bildu insiste en que se deben declarar zonas de exclusión los espacios naturales o montes catalogados como espacios de protección o paisajística, así como aquellos que afecten a flora o fauna protegida.

Placas

En lo que a energía fotovoltaica hace referencia, EH Bildu fija como objetivo la instalación de placas fotovoltaicas en el 50% de las cubiertas disponibles en el territorio a través de comunidades energéticas, cooperativas y otras fórmulas colaborativas. Paralelamente se plantean pequeñas y medianas instalaciones hasta alcanzar una potencia instalada total de 1.500 GWh/año.

Por otro lado, junto a Ekian y Ekienea, EH Bildu apuesta por instalar otros 320 MW adicionales que requieren una ocupación de suelo de 350 hectáreas. Para esos huertos solares se han elegido zonas antropizadas y en desuso como es la red de carreteras de alta capacidad, la fallida balsa de Noryeste, las zonas en desuso de la cantera de Laminoria en Arraia-Maeztu o el campo de golf abandonado de Lagran.

En lo que a la energía eólica hace referencia, EH Bildu propone repotenciar los parques eólicos de Badaya y Elgea-Urkila para casi triplicar su producción y que pasen de producir 300 GWh/año a más de 800 GWh/año. Además, se deben instalar 80 MW adicionales en ubicaciones que generen "consenso social y político". La producción eólica se completa con la apuesta por la generación mini eólica como complemento a la generación fotovoltaica distribuida y cubrir así su intermitencia durante la noche. Una apuesta efectiva por estos proyectos permitirá alcanzar una producción eólica de 1.750 GWh/año en 2030.

Otras energías

A estas propuestas hay que sumar la generación hidroeléctrica, el aprovechamiento de la biomasa, la geotermia y la recuperación de la energía derivada de los procesos industriales que se deben desarrollar municipio a municipio a través de sus planes energéticos locales.