El pasado curso 2019-2020 se identificaron en Euskadi 100 casos de acoso escolar, un 12,58% de los 795 casos analizados por Inspección, según han presentado este lunes la viceconsejera de Educación, Begoña Pedrosa, acompañada de la inspectora general de Educación, Maite Ruiz, y, como ambas han destacado, lo importante es que "se hable de ello y se visibiliza y que se están dando pasos importantes en la sociedad"

En comparación con los datos del curso anterior, se observa que se incrementa ligeramente el número de casos analizados (de 755 pasa a 795), pero no aumenta en esa misma medida el número de casos confirmados como acoso, puesto que de 96 pasan a ser 100.

Sensibilización social

"Se han analizado 40 casos más que el curso pasado, pero me gustaría subrayar que el incremento que vemos en los últimos años, no es debido a un incremento de acoso, sino a una mayor sensibilización de la sociedad y a un mayor celo, tanto de los centros escolares como de la Inspección Educativa porque ante la menor duda, se analiza el caso", ha matizado Pedrosa.

Por tanto, en términos porcentuales, se observa que el número de casos identificados como acoso se mantiene relativamente estable, con un ligero descenso, entre los dos últimos cursos: del 12,72% del curso 2018-2019, pasa al 12,58% del curso 2019-2020. "Como cada vez analizamos más casos, este porcentaje se reduce de una manera importante", ha resaltado Pedrosa.

En este sentido, cabe destacar que en algo más de una década el número de casos analizados por la Inspección de Educación se ha multiplicado por diez (de 75 en el curso 2008-2009 a los 795 del pasado curso). No obstante, no ha sucedido lo mismo con los casos identificados como acoso: de 39 a 100 casos identificados como tal, en el mismo periodo de doce cursos.

Más en ESO

Por etapas educativas, es en la ESO donde se produce un mayor de casos identificados, con un total de 63, seguido de Primaria, con 37, mientras que en Infantil no se identicó ninguno.

En cuanto a las tipologías de acoso, la viceconsejera de Educación ha señalado que no hay variación respecto al curso anterior, ya que la agresión verbal, la exlusión, la marginación social o la agresión física siguen siendo las que más se repiten.

Cabe señalar, asimismo, que en el 25% de los casos el acoso se ha producido, predominantemente, a través de redes sociales, Internet o cualquier otro medio cibernético. Son los que se consideran casos de ciberbullying.

Bizikasi

En esta misma comparecencia también han dado cuenta de la iniciativa Bizikasi, contra el acoso escolar, puesta en marcha hace cuatro años por el Gobierno Vasco con la misión de ayudar, acompañar, formar y orientar y, sobre todo, de dotar de herramientas y procedimientos a toda la comunidad educativa.

"En definitiva, estamos hablando de trabajar de manera sistémica para hacer frente al bullying. Desde el comienzo, Bizikasi ha sido un programa fundamental para hacer frente al bullying. Ha atendido a la urgencia de dar respuesta a las demandas de intervención de acoso escolar", ha declarado Pedrosa.

Dentro de la iniciativa Bizikasi, como elemento más reciente, el Departamento de Educación ha desarrollado el curriculum de la convivencia positiva para empoderar al alumnado. Esto es, desde 3º de Primaria hasta 4º de la ESO el alumnado cuenta con material específico para trabajar y abordar el acoso, para que cada alumno, desde su madurez, trabaje la importancia de la convivencia.

"Pienso que se ha hecho mucho trabajo a lo largo de estos años y la idea que queremos subrayar es que queremos desenmascarar el bullying. Es algo muy serio. Por eso, tenemos que empoderar también al alumnado para que sea consciente y trabajar con toda la comunidad educativa", ha señalado la viceconsejera.

Inspección

Por su parte, la inspectora general de este servicio, Maite Ruiz, ha hecho hincapié en que "para nosotros es prioritario garantizar el derecho que tienen todos los alumnos a su bienestar físico y emocional, su derecho a estar en un centro en el que se sienta a gusto y sea parte, en el que la convivencia sea un elemento normal y donde haya un desarrollo personal y profesional".

Para lograrlo así, en estos momentos se pone el foco en tres elementos. El primero de ellos es la detección, "lo ideal sería que no habría ninguno, pero tenemos que ser capaces de detectar todos porquelos casos que se identifican como acoso tienen una pecualiaridad: que requieren de un tratamiento más específico, normalmente a largo plazo y teniendo en cuenta más variables, sobre todo el aspecto emocional, que es donde se produce mayor daño".

El segundo elemento es garantizar que los centros actúen "con la mayor calidad posible en los procesos de detección y gestión" y el tercero es recoger información es sobre la calidad de la convivencia en los centros "y vamos a seguir trabajando en ello porque es básico para que las formas de relación sean sanas".

Pautas a seguir

Ruiz ha recordado a los centros que la pauta, ante la mínima duda, lo primero es proteger y luego coger el teléfono y llamar avisando de que se empieza con el protocolo.

El papel de Inspección es supervisar todo el proceso desde el primer momento, "pero también aconsejar y hacer un seguimiento de esas orientaciones para que la gestión sea lo más sanadora posible", tanto para la víctima como para el agresor, "que también necesita una reconducción para que aprenda a convivir. Estamos haciendo un esfuerzo para que todas las piezas encajen para poco a poco acercarnos al gran reto que tenemos de que no exista acoso".

En estos cuatro años de experiencia de Bizikasi, Ruiz ha ilustrado que solo en un 3% se producen cambios de centro, "antes pasaba con frecuencia en el caso de las víctimas, hoy es mayoritario en el de los agresores, de lo contrario, no nos sentimos satisfechos".