La situación de limbo en la que se mantiene al enclave de Trebiño, con un pulso de fuerza entre lo que señala el Congreso de los Diputados, y por ende el Gobierno central, y por otra la Junta de Castilla y León, no solo mantiene al borde de un ataque de nervios a los hosteleros treviñeses, sino que les hace perder negocio y clientes por la confrontación de criterios en cuanto a la pandemia.

En estas fechas en las que la hostelería puede abrir sus puertas tras meses de cierre, las diferentes interpretaciones de lo que se puede y no se puede hacer ocasionó ya el pasado fin de semana cancelaciones de reservas por parte de algunos clientes en los restaurantes del enclave ante el temor de ser sancionados, cuando en realidad no es así. Lo contaba la propietaria del restaurante Urgora, Laura Muñoz, pero la misma situación la han vivido en la sidrería de Askarza y en otros restaurantes de Condado.

Y es que, el temor subsiste, máxime cuando no hace muchos días la Guardia Civil entró en el restaurante Urgora para levantar un acta de infracción, alarmando con ello a los clientes que pensaban celebrar una comida tranquila y feliz. Finalmente no hubo sanción, porque no había razón para ello, pero el boca a boca se extendió y generó una falsa alarma. La cuestión, según confirma el alcalde, Enrique Barbadillo, es que no hay ningún problema para poder acudir a los restaurantes del enclave. Solo hay que tener en cuenta que el horario de cierre es el que establece la Junta de Castilla y León, a las diez de la noche, en vez de a las 20.00 horas que fija el Gobierno Vasco. Y tampoco hay problema de movilidad dentro de los límites de Euskadi, Trebiño incluido, como está reconocido por el Gobierno central y el Congreso de los Diputados. A los restaurantes de Trebiño se puede ir desde cualquiera de los territorios vascos: Álava. Bizkaia y Gipuzkoa.

Barbadillo confirma que "la normativa sanitaria, incluido el comercio y la hostelería, en Trebiño, es la misma que en el resto de Castilla. De esta forma, la hostelería puede estar abierta hasta las diez de la noche, los aforos son de un 30% en el interior, con un máximo de seis personas por mesa, con prohibición de consumir de pie y con obligación de utilizar la mascarilla, excepto para consumir". Explica que ésa es la normativa, que es diferente a la del País Vasco "donde se cierra a las ocho de la tarde, en vez de a las diez, aunque recomiendan encargar los menús antes de las nueve y media". En cuanto a la movilidad, "no hay ninguna restricción de movilidad para que los habitantes de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa vengan a Trebiño, ni viceversa, salvo el toque de queda".

Desde los ayuntamientos de Condado y La Puebla de Arganzón, sus alcaldes han tratado de aclarar mejor cuál es la situación global del enclave durante este tiempo de pandemia. En días pasados, tanto Enrique Barbadillo, de Condado, como Pablo Ortiz, de La Puebla, se desplazaron a Valladolid, a la sede de la Junta, y a Vitoria, a Lehendakaritza, pero, "de momento, no ha habido ninguna reacción. De la Junta salimos con la idea clara de lo que había, es decir, de que teníamos que acatar su normativa en el aspecto sanitario, y de Lakua, que iban a mirar el tema sanitario, pero aún no han comentado nada", insisten.