Aunque ya no preside la plataforma de edificación Passivhaus (con bajo gasto de energía), Adelina Uriarte, de Construcciones Uriarte y pionera en Vitoria de este estándar sigue igual de convencida que siempre de sus beneficios. "No digo que sea perfecto, pero sí que es lo mejor que conozco en construcción en este momento y, por supuesto, es mejorable", apunta. Por eso, no entiende por qué desde las administraciones públicas apenas se impulsan obras, tanto nuevas como de rehabilitación, que cumplan estos parámetros de eficiencia energética.

Se sabe cómo hacerlo y el ahorro que supone, sin embargo, la edificación Passivhaus sigue siendo residual en Gasteiz y en Euskadi, por detrás de países del norte de Europa. "Creo que sigue habiendo un enorme desconocimiento, tanto entre la población, como entre los técnicos, en general, ya que la otra opción es pensar que no se hace por dejadez, y eso todavía me parece peor", considera.

La pandemia del coronavirus que, a priori, podría haber servido para impulsar las edificaciones Passivhaus, ya que ahora pasamos más horas en casa y, si se alarga la epidemia sanitaria o llegan otras de similares características, aún pasaremos más, tampoco tampoco parece haber sido revulsivo suficiente: "debería haber más movimiento", reconoce.

Además de en viviendas, Uriarte considera fundamental actuar en edificios de colegios e institutos. "Los alumnos pasan mucho, mucho frío en clase; la ventilación de los centros es mala y, además, es un campo en el que las administraciones tienen capacidad de actuación", plantea la arquitecta.

"La pandemia nos debería espabilar, ahora que tan necesario es ventilar espacios cerrados como las aulas, y las rehabilitaciones de colegios e institutos deberían hacerse bajo el estándar Passivhaus, ya que este modelo permite que los edificios estén permanentemente en ventilación, pero sin perder energía", defiende.

En este sentido, la plataforma de edificación Passivhaus, de la que fue presidenta, ya lo intentó. Incluso elaboró un estudio, que concluyó que la calidad del aire es "nefasta" en los centros educativos. Asimismo, "constatamos que el alumnado pasaba frío y que, para cuando dejaba de tenerlo, el aire ya estaba cargadísimo", explica. Ahora, por si fuera poco, con la covid-19, los estudiantes conviven con las ventanas de las clases abiertas.

En septiembre del pasado año -estaba previsto hacerlo en abril de 2020, pero se pospuso, precisamente por culpa del coronavirus- la plataforma presentó su estudio en defensa de la edificación Passivhaus al Gobierno central y desde entonces lo ha dado a conocer a distintos gobiernos de las comunidades autonómicas. "Creo que en enero se reunieron con Educación del Gobierno Vasco", apunta Uriarte.

"No digo que haya que reformar todas las escuelas al mismo tiempo bajo este estándar de eficiencia energética, pero sí que rehabilitando cada año algunos inmuebles, poco a poco, igual en diez o veinte años, tenemos unos centros estupendos", indica. Y, aunque algo se está moviendo en relación a la edificación Passivhaus, Uriarte teme que "si la pandemia pasa pronto, la propuesta se quede, al final, guardada en un cajón". Aparte de en centros escolares, Uriarte ve muchas posibilidades a esta técnica en residencias de personas mayores y de estudiantes. "Son los espacios donde más tiempo pasan las personas, quietas, sin moverse, ya que en nuestra vivienda, salvo ahora por la epidemia sanitaria, no solemos estar tanto tiempo seguido", interpreta.

Además, "tenemos que tener en cuenta que se trata de población vulnerable, lo estamos viendo ahora. En el caso de los geriátricos porque son personas mayores y en el de los centros estudiantiles porque albergan a una población que está en edad de crecimiento".

La ventilación mecánica controlada mediante una máquina que mueve el aire de forma permanente, pero sin perder la energía de dentro del edificio es uno de los cinco pilares fundamentales del estándar Passivhaus. "En un colegio, cuando abres las ventanas, pierdes el aire de dentro. En cambio, con el estándar Passivhaus, tanto el aire que entra de la calle como el que sale de la habitación pasan por una máquina y se cruzan, pero sin tocarse. De esta forma vamos a conseguir que el aire caliente del aula, caliente al frío que entra de la calle; ventilamos la habitación, pero sin enfriarla, o muy poco. Y en verano, mantenemos el aire fresco que tenemos dentro y, al mismo tiempo, conseguimos que no entre tan caliente de fuera", detalla Uriarte. "Por no hablar de la calidad del aire que se respira en las aulas, que también es muy mejorable", añade. Al margen de la ventilación, este modelo de construcción hace especial hincapié en ventanas de alta prestación, hermeticidad, ausencia de puentes térmicos y aislamiento continuado en todo el edificio.

Las primeras edificaciones Passivhaus en las que participa Adelina Uriarte se levantan en 2012 en Jungitu. Ella reside en una de ellas. La firma Kategora construye ahora, junto al viejo coso taurino de Vitoria, apartamentos y en toda la zona nueva de Aretxabaleta y Lasarte se han levantado unifamiliares con esta certificación. Aparte de ejemplos sueltos y de viviendas de particulares rehabilitadas o colegios como el Sagrado Corazón, que va introduciendo este estándar en cada arreglo que realiza, poco más hay en Gasteiz.

"Desgraciadamente, sí que sorprende lo poco que se está haciendo o se ha hecho, por ejemplo, en Salburua, Zabalgana o Aretxabaleta, pese a ser barrios nuevos. En Pamplona, no hay promotor que no oferte Passivhaus a día de hoy, ya sea en vivienda protegida o libre", compara la especialista, no sin antes subrayar que "el 40% de las emisiones de CO2 procede de los edificios, no de los vehículos, que se cifran en torno al 16%".

Quién es. Adelina Uriarte, socia fundadora y codirectora de Mui Passiv, consultoría y control en edificios de altas prestaciones; presidenta y miembro de la plataforma de edificación Passivhaus; técnica de promoción en construcciones Urrutia, arquitecta técnica y especialista en construcciones Passivhaus, estándar de eficiencia energética.

Estándar Passivhaus. Los cinco elementos o pilares fundamentales de este tipo de construcción son: aislamiento continuado, hermeticidad, ventilación mecánica, ventanas de altas prestaciones y ausencia de puentes térmicos.

No dice que el estándar de edificación Passivhaus sea perfecto, pero sí que es lo mejor que conoce de momento. Y, por supuesto, apunta que es mejorable.

"la calidad del aire es nefasta en los centros escolares"

Concluye el estudio realizado por la plataforma de edificación Passivhaus, que aboga por reformar colegios e institutos con este estándar de eficiencia energética.

Reconoce Uriarte que la edificación Passivhaus es aún residual en comparación con países del norte de Europa, que debería haber más movimiento y que la epidemia sanitaria debería haber sido un revulsivo, ya que ahora pasamos más horas en casa y, si se alarga, aún pasaremos más.

5%

La construcción Passivhaus es un poco más cara que una convencional, entre un 5 y 10%, calcula Uriarte. Sin embargo, "se amortiza con el ahorro de energía". Al margen de en casas particulares, está convencida que debe introducirse en reformas de residencias de mayores, de estudiantes y colegios.