Cuando te dedicas al turismo lo de estar parada no se lleva muy bien. El movimiento es algo consustancial a la actividad y, cuando no puedes ejercerlo, tu propia vida se resquebraja. Esta es la sensación que recorre los cuerpos de Susana Conde y María Jesús Alonso, dos agentes de viajes por vocación y pasión, desde que la covid se instauró en nuestras vidas. Con cierres perimetrales y constantes llamadas de atención a quedarse en casa, ejercer su labor en sus propias agencias de viajes es imposible. Cuando tu vida depende de ese desempeño y este mundo corre por tus venas hay que ser muy fuerte para no perder los nervios. Ambas, con la incertidumbre instalada en su quehacer diario, muestran un temple digno de admiración, aunque unos minutos de charla con cada una de ellas sirven para que quede claro que la procesión va por dentro. "Todo el mundo repite que hay que aguantar, pero nadie te dice cómo", aseguran Susana y María Jesús que ven pasar los días y siguen sin vender un solo viaje, aunque ganas de hacerlo no les falten.

Forman parte de un sector, el de las agencias de viajes, que está siendo de los peores parados. Sin apenas ingresos, se han visto obligadas a endeudarse. Las dos han tenido que devolver el importe de los viajes cancelados sin recibir a cambio el dinero de las aerolíneas y touroperadores. "Estamos respondiendo con nuestro dinero", "nos hemos pegado con todo el mundo para que reembolsen a la clientela", "yo devuelvo pero en muchos casos a mi no me hacen lo mismo", y muchas frases de este estilo sale de sus bocas para explicar por lo que están pasando. Así que, cuando la semana pasada, el Gobierno Vasco anunció un plan de ayudas por valor de 21 millones al sector en el que se tendrá en cuenta el tamaño de las agencias para determinar las cuantías que les corresponde respiraron un poco.

"Tras meses de esfuerzo y trabajo bien hecho por parte de las agencias hacía nuestros clientes cumpliendo con los reembolsos, tenemos ahora un pequeño balón de oxígeno para aguantar estos meses duros en los que aún no tenemos margen de maniobra para vender nada", asegura María Jesús Alonso que no duda en recalcar que lo suyo "no está siendo una bajada de facturación sino una No facturación y, además, desfacturación". Susana Conde se manifiesta en términos similares. Cree que es importante que "se haya atendido la necesidad que teníamos y se haya escuchado al sector". "No son la salvación porque llevamos 2020 perdido y parece que 2021 también lo será, pero es un avance", asegura mientras señala que la clave está en "hacer una gestión sanitaria correcta para que se pueda empezar a plantear la movilidad y que podamos empezar a trabajar, que es lo que queremos".

María Jesús Alonso, atención cercana como modus operandi

Desde que acabó la carrera en 1994 no ha parado de trabajar en este sector. Primero para otras agencias, en diferentes puestos, y, desde hace varios años, al frente de Viajes Olarizu, en la plaza Lehendakari Leizaola de Vitoria, junto al ambulatorio de Olaguibel. Si por algo se caracteriza es por la pasión que le pone a su trabajo y su clientela lo sabe. Mira y remira para encontrar las mejores opciones para cada uno de ellos y ellas, responde cuando surgen los problemas y su profesionalidad es una garantía para quienes cruzan la puerta de su agencia. "De 2011 a 2013 sufrimos la crisis y nos tocó luchar por sacar esto adelante", explica.

"Ahora estábamos en una situación muy buena, con buenos números, muchos viajes comprometidos, gente con ganas de hacer cosas. Era el momento de recoger", anhela. Pero...llegó la pandemia... "No he parado de venir a la oficina. Había muchas gestiones que hacer, importes que devolver a la gente, dar respuestas", explica sin ocultar que, quizás, también ha sido esta una manera de sentir que no estaba parada, que hacía algo, porque enfrentarse a la incertidumbre desde el inmovilismo hubiese hecho más complicada su vida. "En verano recuperamos algo de actividad, pero fue un espejismo porque la vuelta a la realidad ha sido dura", recuerda. "Muchas gente no entiende por qué no puede cogerse un vuelo a Canarias y quedarse allí los dos meses que solía estar otros años habiendo vuelos que salen desde Bilbao", manifiesta cuando se pone a explicar lo que se encuentra habitualmente. Durante este tiempo está aprovechando para estar al tanto de las novedades del sector, formarse, ver tendencias y no oculta que en muchas ocasiones ha pensado en tirar la toalla, ver si es momento de reinventarse y hacer otra cosa. Otros días se le pasa y solo quiere que haya una cierta normalidad para responder a las llamadas de esa gente que se encuentra con ella y le dice "Mariaje, que en cuanto se pueda voy para que me mires algo".

Susana Conde, el turismo sostenible por bandera

Desde hace años Susana Conde apuesta por el turismo responsable y el ecoturismo y se compromete con él. Con una década de experiencia en esta forma de hacer turismo, en 2019 apostó por convertirse en una operadora receptiva que ofrece viajes a medida para otras agencias o grupos que requieran de sus servicios. "Estábamos trabajando 5 personas, habíamos doblado la previsión de facturación, teníamos comprometidos viajes de estadounidenses, canadienses, holandeses, alemanes...", recuerda. "Con la pandemia todo se ha parado, la gente aplazaba los viajes y es ahora cuando se está dando cuenta que este año es complicado que se hagan y los está anulando, con el consiguiente destrozo para mi", explica. La situación le ha llevado a quedarse sola, pero eso no ha hecho que haya parado.

Las acciones innovadoras no han dejado de fluir en su cabeza, porque Susana nunca para. Formación constante, consultoría, participación en encuentros online... Es pionera en muchos aspectos, una experta en su materia y es consciente del potencial que tiene. "Cada vez se demanda más un turismo que minimice lo máximo posible el impacto de nuestros viajes en el ámbito medioambiental, disfrutar y aprender de manera responsable las tradiciones, cultura y ecosistemas de los lugares a los que se va, que haya un impacto positivo", explica con la pasión que le caracteriza, porque cree en ello.

Tiene muchos viajes e ideas que ofrecer y sigue pensando más alternativas. Confía en, pese a la escasez de ingresos, poder aguantar porque ama lo que hace y sabe que el futuro está ahí. Cruza los dedos.

Alegría en forma de 21 millones en ayudas directas

La semana pasada el Gobierno Vasco anunciaba que impulsará un Plan de Sostenimiento del Turismo que contará con 21 millones en ayudas directas y acciones de promoción en una situación creciente de incidencia de la pandemia de la covid-19, que está afectando especialmente a este sector. Las subvenciones oscilarán entre los 6.000 y 20.000 euros y se repartirán entre las cerca de 2.500 entidades que conforman el sector en Euskadi. En el apartado de las agencias de viajes, las que tengan entre uno y tres trabajadores percibirán 10.000 euros. El plazo arrancará el 3 de febrero, un día después de la publicación del decreto en el BOPV.