demás de las inversiones realizadas por el Departamento de Cultura de la Diputación Foral de Álava y juntas durante el pasado año 2020 en restauración de ermitas del Territorio, 156.676,89 euros, también se ha podido recuperar una antigua partida que ha permitido no solo un importante gasto económico, sino también, y especialmente, la recuperación de elementos históricos ubicados en muchos pueblos alaveses, la mayoría de ellos en ruinas.

Y es que el coste invertido total en restauración por parte de ayuntamientos, juntas administrativas y Diputación Foral fue de 420.947,02 euros, de los cuales el 60,6%, 255.118,21 euros los asumió la institución foral. Se trata de una cifra muy importante de inversión (la total), y más este año, porque ha servido no sólo de protección patrimonial sino para que el sector de la restauración haya trabajado en pleno año de pandemia.

Entre las iniciativas que se han podido atender con los recursos que había se encuentran un total de cuatro proyectos de la línea de edificios, que ha contado con un total de 44.922,32 euros, de los que han quedado un sobrante de 9.837,14 euros previsto para posibles incrementos. El Departamento de Cultura recuerda que hay que tener en cuenta que esta línea subvencional, había desaparecido en 2013, y se ha recuperó este año pasado.

En este caso no siempre son edificios artísticos o históricos, sino también que tienen un uso cultural, como ha sido el caso del proyecto y obra en el edificio de usos culturales de Antoñana, donde se ha procedido a la rehabilitación de la cubierta. El coste total ha sido de 38.736,57 euros, de los que la institución foral ha subvencionado 16.262,02.

En esta misma línea, un edificio singular, como es el caso de la Torre del Reloj, de Salcedo, ha logrado que se repararan las humedades que la aquejaban. Por iniciativa de la junta administrativa se presupuestó una partida de 2.480,50 euros y se apoyó con 1.686,74 de subvención. Se trata de una torre exenta, con una escalera exterior lateral y una puerta y el conjunto forma parte importante de las actividades de carnaval en esta localidad.

Un tercer apoyo ha sido el respaldo a las obras de acondicionamiento interior del edificio del ayuntamiento de Trebiño, que, con un coste total de 23.928,14 euros ha recibido 13.278,81. Durante el tiempo que han durado los trabajos de mejora, el ayuntamiento se trasladó al edificio de usos múltiples que tiene en las traseras de la gasolinera de la localidad, al lado del centro de salud.

Como es conocido, el edificio en el que se ha trabajado es el palacio de los Manrique de Lara, posteriormente Condes de Trebiño. En su fachada destaca el escudo de los Manrique de Lara engalanado con el Toisón de Oro. El adelantado mayor, Pedro Manrique de Lara, fue quien recibió de Enrique II de Castilla el territorio de Trebiño, como condado, y en 1453 fue elevado al rango de señorío. De aquellos tiempos procede el actual agravio del enclave.

Finalmente, un cuarto edificio se ha visto beneficiado de ayudas, también en el enclave de Trebiño. Ha sido el hospital de San Juan, de Lapuebla de Arganzón, que ha recibido ayudas para instalar la carpintería, que tuvo un coste de 23.431,65 euros y una ayuda de 13.694,75.

El hospital de San Juan Evangelista y la ermita de Nuestra Señora de la Antigua, que actualmente forman un conjunto, tiene su origen en una pequeña ermita construida en el siglo XVI, de acuerdo con los estudios realizados por Qark Arqueología. Ese edificio se amplió poco después y en la segunda mitad de ese siglo (1544) se inicia la construcción del hospital, ya que no en vano el edificio se encontraba junto al ramal del Camino Vasco del interior, vía de Bayona, de la Ruta Jacobea que descendía por los Montes de Vitoria, atravesando la villa amurallada por su calle central. De hecho, sigue habiendo en esta localidad un hospitalero que se encarga de atender a los peregrinos que llegan.

En el siglo XVII y XVIII se realizan ampliaciones dos capillas al norte y sur de la nave y un pequeño pórtico sobre la portada principal (actualmente desaparecido) y se coloca el retablo en la cabecera, la sacristía al norte de la ermita y el coro alto a los pies, entre otras.

En el siglo XIX, durante la Guerra de Independencia, el hospital fue ocupado por las tropas francesas. De este momento se conservan los grafitos incisos tanto en el hospital como en la ermita, con nombres de soldados, la fecha de 1812 y un águila imperial coronada. Posteriormente durante la Guerra Carlista, sirvió de cuartel y punto avanzado y es cuando se eliminó la comunicación directa entre los dos edificios.

En el siglo XX el hospital se destina a nuevos usos: la farmacia al sur de la planta baja, el colegio en parte de la primera planta y una parte de la planta baja como granero y almacén de trigo. Y poco después se va abandonando. Actualmente, con la puesta en marcha de los convenios de colaboración entre las Diputaciones de Álava y Burgos, se han realizado obras, cuatro fases, con la idea de crear allí un centro social.

El Departamento de Cultura también ha podido incluir un total de ocho actuaciones, una más de las inicialmente previstas, en elementos menores: en molinos, fuentes y otras manifestaciones patrimoniales que se encontraban en muy mal estado y para los que las instituciones locales pidieron ayuda con el fin de restaurar.

Para esa finalidad los fondos destinados han supuesto un coste total, entre Cultura y las instituciones locales de 146.704,15 euros, de los cuales, 89.994,16 (el 61,3%) lo puso la Diputación Foral. A ello se suma una actuación no prevista en Urarte, que costó 28.989,12 de los cuales, 20.872,17 (el 72%) lo ha asumido la Diputación alavesa.

Es el caso de la bolera de Beotegi, donde la Diputación ha subvencionado con 3.317,53 euros el coste total del proyecto de obra que necesitaba y que costó 4.878,72. La diferencia la pagó la junta administrativa. Es un edificio con encanto destinado al bolo tradicional ayalés, cuya imagen además forma parte del escudo de la localidad. Cuando se pueda acometer la obra, se mejorará la cubierta y las fachadas, realizadas en piedra.

Otro proyecto que se ha subvencionado es el que servirá en su día para la rehabilitación de la fuente vieja de Aletxa. La subvención ha sido de 1.308,25 euros sobre el costo de 1.923,90. Esta fuente, construida en 1817, cuenta con fuente y abrevadero y se complementa en esta localidad con la Fuente de Arriba, que dispone de abrevadero y lavadero, y que recoge las aguas del manantial de Unguiturri. La fuente ya cuenta con el proyecto de obra para encajar posteriormente en alguno de los programas de ayudas con los que Arraia Maeztu está recuperando su patrimonio cultural.

La junta administrativa de Caicedo-Sopeña solicitó ayuda pata restaurar el lavadero y fuente de esa localidad. En este caso se ha hecho el proyecto y se ha actuado, subvencionando con 11.145,58 euros el coste de todo el trabajo, que ascendió a 31.877,09. El conjunto estaba totalmente arruinado y el tejado desplomado. Cuenta con una fuente encastrada en el talud que tenía varias tomas de agua y una ventana en el aljibe. No existe documentación sobre su construcción, pero aparece en documentos en el siglo XVII. En el XIX se abandona, porque se trasladó ese servicio de lavadero al pueblo y aunque se hicieron algunas labores de mantenimiento, todo el conjunto estaba arruinado. Ahora se vuelve a disfrutar del conjunto rehabilitado.

En la localidad de Luna, el objetivo que se marcó la junta era ambicioso. Recuperar el molino, para lo que se necesitaba 46.851,13 euros. En este caso, el Departamento de Cultura acudió en ayuda del proyecto, con una subvención de 33.732,79 que está permitiendo su recuperación, tras una importante tarea de desbroce de vegetación y desescombro. Según cuenta el libro Arquitectura Hidráulica del Valle de Kuartango, se construyó en 1776 en ladera, por lo que tiene que salvar un gran desnivel. Para poder desaguar con fuerza cuenta con una profundidad de 3,80 metros y ha conservado las tolvas sobre caballete, un pescante en tenaza, una plataforma de madera y costaneras circulares.

Lapuebla de Labarca también realizó una importante acción para recuperar una página de su historia. Fue su ayuntamiento quien solicitó una ayuda de 5.600,02 euros para sacar de su función de banco callejero al rollo jurisdiccional. Y es que ese símbolo aguardaba tumbado, como un banco, delante de la fachada de una casa en la subida a la zona de las bodegas. Sacarlo de donde estaba, restaurarlo en la medida de sus posibilidades y colocar una peana en un espacio digno donde situar el rollo supuso un gasto total de 8.235.32 euros.

En Yécora, su ayuntamiento se propuso poner en valor la llamada fuente neoclásica, construida en 1861. La obra de recuperación ha supuesto un gasto total de 30.422,03 euros, pero se ha contado con 20.479,78 del departamento de Cultura. La impresionante fuente cuenta con tres partes. La más baja, en la cual se encuentran los tres caños metálicos dentro de unas molduras circulares. El segundo cuerpo se encuentra dividido por tres finas pilastras cuadradas talladas en la piedra y que dividen este cuerpo en cuatro partes, habiendo dos inscripciones en las interiores. En una de ellas reza Construida año 1861; en la otra, A expensas de la villa de Yécora. El tercer cuerpo acaba con un arquitrabado y una decoración sobre éste de cuatro cruces de San Andrés. Los caños desaguan sobre una pila de planta rectangular también en piedra que a su vez nutre el abrevadero.

Finalmente, la junta administrativa de Oiardo logró lo que se había convertido en una demanda vecinal, la recuperación del lavadero de esa localidad. Se trabajó en el desbroce de la gran cantidad de vegetación que había nacido dentro y fuera de ese espacio, se rejuntaron las paredes y se coronaron los muros y se volvió a canalizar el agua mediante una tubería soterrada. La obra costó 22.515,96 euros y la Diputación lo subvencionó con 14.410,21.

Cerrado el programa apareció un problema en el Humilladero de Urarte. La cuestión es que esta intervención, no estaba dentro de la subvención global, pero se generó una necesidad por el proyecto de reforma de la carretera que tenía Infraestructuras Viarias. Para ganar en seguridad para los conductores que utilizan esa salida había necesidad de mover de sitio el Humilladero y también tenían esa necesidad las canalizaciones de la zona. Por lo tanto, se desmontó, se cimentó un nuevo espacio y se recolocó y se remató con un tejado. La actuación costó 28.989,12 euros y se concedió una subvención de 20.872,17.