El Parlamento Vasco vivió ayer una bronca sesión tras conocerse que los directores gerentes de los hospitales de Basurto y Santa Marina, Eduardo Maiz y José Luis Sabas, respectivamente, habían recibido la vacuna contra el covid-19 antes de lo que marca el protocolo para su administración. Tanto Maiz, de 67 años, como Sabas, de 68 años, fueron concejales de EAJ-PNV en el Ayuntamiento de Bilbao y formaron parte del equipo de Iñaki Azkuna.

La irregular vacunación fue objeto de un agrio debate en el que la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, defendió que los protocolos sobre los destinatarios de las vacunas del covid son “claros y estrictos” y eso se tiene que respetar “siempre y sin excusa”. Recordó que el objetivo es priorizar a los colectivos más vulnerables y más expuestos al virus. Y ni Maiz ni Sabas pertenecen a los grupos considerados prioritarios en esta primera fase.

Sobre los “posibles incumplimientos de esos protocolos”, Sagardui indicó, sin citar los nombres de los afectados, que se ha iniciado una investigación interna y que, conocida la información el martes, el miércoles “ya había sobre la mesa una renuncia y un cese”.

El exdirector del hospital de Basurto envió un correo interno a los trabajadores del centro, en el que se despide de los profesionales, sin mencionar las causas de su marcha, y les pide perdón “si en algo” se ha equivocado. Según la misiva de Maiz, “ha sido un tiempo profesionalmente duro. La pandemia de covid ha significado y significará sacar de todos nosotros lo mejor de nuestro saber profesional. Los próximos meses seguiréis demostrando toda vuestra profesionalidad”. El hasta hoy director gerente de la Organización Sanitaria Integrada Bilbao-Basurto, había ocupado varias concejalías en Bilbao en diferentes mandatos en Acción Social, Seguridad Ciudadana y Urbanismo.

Por su parte, Sabas llegó a la dirección del hospital de Santa Marina después de ser director de Euskal Trenbide Sarea (ETS) y tras varios mandatos como concejal en Bilbao.

Durante el turno de los grupos, la representante de EH Bildu, Rebeka Ubera, recurrió a la ironía para asegurar que el hecho de que estos cargos se hayan vacunado “igual tiene” un “lado positivo”: que los negacionistas se den cuenta de la “efectividad” de las vacunas. Junto a ella, Maddalen Iriarte manifestó que “este Gobierno está destrozando la imagen de Osakidetza”.Por su parte, el parlamentario de Elkarrekin Podemos-IU Jon Hernández consideró que se trata de un “auténtico escándalo” y “grave”, que requiere de una “autocrítica contundente” por parte del Gobierno Vasco, cuando hay “miles de profesionales sanitarios que se juegan la vida en primera línea esperando la vacuna”.

En su intervención, el parlamentario del PNV Luis Javier Tellería quiso destacar que el Departamento de Salud ha actuado con “contundencia” al detectarse “un fallo en la estrategia de vacunación y alguien se cuela en el sistema”.

Los sindicatos ELA y LAB denunciaron la actitud de los dimitidos gerentes y exigieron que se depuren responsabilidades. ELA calificó de “inadmisible” que existan jefaturas “que se aprovechen de su posición para recibir una vacuna que “no les toca recibir” y LAB lo tachó de nepotismo. Precisamente ELA destacó que ya se hicieron eco del malestar de parte de la plantilla de Basurto, “porque no se le había dado una prioridad absoluta a la vacunación del personal que realmente está en primera línea y que, por lo tanto, tiene más riesgo de contagio”.