De lunes a viernes, en los pueblos respiran tranquilos, ya que los ciudadanos viven inmersos en rutinas diarias, trabajan en la agricultura y la ganadería y suelen vivir lejos del ruido que hay en las ciudades. Sin embargo, los sábados y domingos se lleva esta paz a la ciudad y las aldeas son "invadidas". Al menos así lo explica Nieves Quintana , presidenta de la Asociación de Concejos de Vitoria (Acovi), en DIARIO DE NOTICIAS DE ALAVA.

Esta situación de invasión ha empeorado los dos fines de semana anteriores, en los que la nieve ha cubierto con un manto blanco las localidades alavesas. Así, Nieves Quintana ha denunciado que los vecinos de las localidades más afectadas han tenido "miedo" a salir de sus casas. Sobre todo, según denuncia, por la falta de respeto de los urbanistas.

Pone como ejemplo una anécdota ocurrida hace unos días: "Hace poco, en un pueblo un vecino se metía en su parcela con el tractor y casi se llevó por delante a un ciclista que se le cruzó por la zona. Cuando vio lo ocurrido, el ciclista insultó al agricultor. Pero, ¿esto qué es?, ¿hay que recordarles que ellos no tienen prioridad y que en una parcela tienen prioridad los agricultores y ganaderos? ¿Tenemos que llegar a eso? ¿Vienen a nuestros pueblos y además violan las normas y nos insultan a nosotros? No, eso no puede ser así. O eso cambia o tendremos que hacer algo", dice. De hecho, esta denuncia se ha repetido durante varios días entre todos los ciudadanos alaveses, que en las últimas semanas han lamentado una invasión, sobre todo, en estos días de nieve para ir al Pirineo, no ha sido una opción viable para los ciudadanos.

"La nieve ha empeorado mucho nuestra situación. Llevamos mal desde que terminó el confinamiento, pero lo que ha pasado en los últimos días no lo he visto en mi vida. Unas 500 personas tirandose en un campo donde hay cosecha. Evidentemente, no es necesario decir que esquiar y tirar la cosecha en los campos recogidos estropea todo el trabajo del campesino. Pues a los ciudadanos eso les ha dado igual. En los campos de Olarizu, un ganadero vio a casi 500 personas en un campo de cosecha. Lo mismo ha ocurrido en otros pueblos, donde ya no se podrá sembrar", dice. Y añade: "Nosotros de los pueblos no vamos a la ciudad a destruir una farmacia. No entramos sin permiso para tomar todos los medicamentos que queramos. Los de la ciudad tampoco deben venir aquí y destruir nuestras cosechas y campos. Está claro que no saben a qué nos dedicamos, pero pedimos respeto".

COCHES

Lo que más ha afectado a los ciudadanos es la combinación de cosechas y campos y la ruptura del trabajo de meses y el apoyo económico de las familias. Pero no ha sido lo único que ha irritado a esos ciudadanos. La presidenta de Acovi ha precisado que tras tres meses de confinamiento, desde que los vitorianos pudieron salir a la calle, los pueblos comenzaron a llenarse sábados y domingos.

Y eso trajo consigo otros grandes problemas, distintos a los que ha traído la nieve, pero "molestos" para los vecinos: coches mal aparcados, tanto en las calles del pueblo como en los accesos a los terrenos agrícolas, visitantes que no respetan el entorno rural, basura depositada en el monte... Este es el principal problema que, junto a Acovi, ha llevado a los vecinos a tomar medidas urgentes. Entre estas medidas, en algunas localidades alavesas se ha tenido que solicitar la colaboración municipal y policial para evitar que los urbanistas accedan a las localidades.

Sin embargo, Quintana está consternada por el hecho de que los ciudadanos hayan ignorado a la autoridad, ya que en los casos en los que la policía se ha instalado a la entrada de los pueblos para impedirles el acceso, "los ciudadanos han madrugado y se han marchado antes de que llegara la policía", dice. Entre otras medidas, Acovi también ha tomado la propia elaboración de carteles. Los carteles se han colocado en diferentes localidades alavesas, en los que se recuerda quién tiene prioridad en las carreteras parcelarias. Además, piden la retirada de la basura. De momento, estos carteles han tenido algo de impacto, ya que la cantidad de basura que se tiraba antes ahora no se tira. Sin embargo, Nieves Quintana no sabe si es gracias a los carteles o al propio frío, impidiendo que los jóvenes se reúnan por la noche con alcohol.