Una hermana y una amiga de Ana Belén, la mujer a la que su marido mató a martillazos en 2017 en Lantarón describen al autor confeso como una persona "celosa", "controladora" y "agresiva", y aseguran que ella no le denunció ni se separó antes por sus hijos y por los problemas económicos que tenían.

Ayer continuó en la Audiencia Provincial de Álava el juicio con jurado popular contra el hombre que el 3 de octubre del año 2017 mató a su mujer en el domicilio familiar de Turiso, una pequeña localidad del municipio alavés de Lantarón. Un hecho éste que él ha reconocido, y para quien las acusaciones piden 25 años de cárcel por asesinato con alevosía y ensañamiento con la agravante de la comisión del delito por razones de género.

La defensa, por su parte, solicita un máximo de 15 años de cárcel por un delito de asesinato con alevosía y reclama que se tenga en cuenta que ha reconocido los hechos, ha pedido perdón y hecho entrega a sus hijos de todos sus bienes.

En la jornada de ayer, el tribunal escuchó, entre otras, las declaraciones como testigos de la hija mayor del matrimonio, de una hermana y de una amiga de la víctima. Estas dos últimas coincidieron en afirmar que la relación de la pareja estaba rota un año antes de la comisión del crimen, que Ana Belén quería separarse del acusado, una persona que calificaron de "muy celosa", que controlaba su teléfono, le espiaba, le acusaba de infiel; le insultaba y le "aislaba" de su familia y amigos.

También declararon que en las conversaciones que tenía con ellas , la víctima les relató que su marido le decía que "era suya o de nadie" y la hermana afirmó que es "agresivo cuando no se sale con la suya".

En este sentido, relató lo sucedido con una perra que Ana Belén había acogido y que, según el acusado, ella tenía "muy consentida": le lanzó contra la pared rompiéndole una pata porque había hecho sus necesidades en casa después haber estado horas sin salir a la calle.

La hermana explicó que en varias ocasiones le emplazó a que no aguantase y denunciara el control y los insultos, y que ella no lo hizo por sus hijos, porque quería "hacer las cosas bien". Además, y según una amiga, no se separó antes por "no dejarle tirado" con las deudas que tenían.

Ambas relataron que era una "mujer muy alegre". Sin embargo, en los últimos meses estaba "totalmente anulada" y "muy apagada", había "adelgazado mucho" y no tenía el "brillo" habitual en los ojos, según su hermana. "Se sentía pequeña nos decía ella", añadió esta última, quien también opina que el acusado estaba "obsesionada" con Ana Belén.

La hija de la víctima y del acusado aseguró, por su parte, que quiere que su padre "cumpla por lo que ha hecho" y, aunque reconoció que no le van a devolver a su madre, también dijo que su progenitor "no va a dejar de serlo", y que le "vale" con que él reconociera lo que hizo.

La joven aseguró que, aunque "se vea raro desde fuera", ella no está "defendiendo ni acusando a su padre", y que solo quiere que cumpla por lo que ha hecho.

También indicó que la primera vez que vio a su padre tras el crimen, que se produjo en la casa familiar cuando los dos hijos estaban en el colegio, le pidió una explicación. Él le contó que discutieron, que se hicieron "daño mutuamente a nivel sentimental". "Se le debió ir de las manos y le dio un golpe", manifestó.

"Le dije que no quería saber nada más de ese tema, que con eso me valía, que me reconociera lo que hizo y punto. No le pedí más explicaciones", añadió.

"A mi madre no me la van a devolver". "Lo único que tengo es a mi hermano y a mi padre, a pesar de que esté en prisión, y tengo que pelear por ello, por poder verle, estar con él el tiempo que pueda y se acabó, no va a dejar de ser mi padre", remarcó.

A preguntas de las distintas acusaciones también reconoció que no se ha sentido apoyada por la familia de su madre, pese a que ni ella ni su hermano tienen ninguna culpa de lo sucedido y que "indirectamente" ha sentido que se lo han echado en cara, por lo que ambos se han ido ir a vivir con un hermano de su padre.

El lunes, el acusado reconoció, una vez más, que mató a su mujer golpeándole en la cabeza con un martillo, dijo que estaba arrepentido y que había pedido perdón a los dos hijos de la pareja, unas disculpas que extendió al resto de la familia de su víctima.

Las acusaciones. Piden 25 años de cárcel por asesinato con alevosía y ensañamiento con la agravante de la comisión del delito por razones de género.

La defensa. Solicita un máximo de 15 años de cárcel por un delito de asesinato con alevosía y reclama que se tenga en cuenta que ha reconocido los hechos, ha pedido perdón y hecho entrega a sus hijos de todos sus bienes.

Hechos. Juicio contra el hombre que el 3 de octubre del año 2017 mató a su mujer en el domicilio familiar de Turiso, en Lantarón.