- El de ayer fue un lunes atípico, marcado por el cierre de los comercios hosteleros, que ha obligado a los consumidores, igual que a los propios comerciantes, a reinventarse. Todos ellos ven, en general, con tristeza la imagen que transmite la ciudad, con todas las persianas bajadas.

En la plaza de la Virgen Blanca, Enrique reconoce que está "muy triste y muy enfadado". Él, por ejemplo, ha aprovechado el descanso que tiene en el trabajo para ir a hacer un recado. Normalmente aprovechaba para salir y tomar un café, pero ahora eso se ha convertido en una tarea imposible. "Como no puedo tomar café, voy a hacer recados", resume.

También Ángel reconoce que no ve ningún ambiente por Vitoria. "Para nosotros es por un lado mejor que estén los bares cerrados, desde el punto de vista de la seguridad", admite. Sin embargo, es consciente del varapalo que supone para los hosteleros este cese de actividad, que para la economía va a suponer "la ruina. El que esté en renta anda mal, tienen que cerrar el bar y no pueden pagar". Antes recuerda que iba a tomarse el café o el zurito, pero ahora es "imposible". Por eso, ahora que los bares están cerrados, la alternativa que le queda es tomárselo en casa.

Alternativas también han buscado Estela y Naroa que, haciendo cola junto al Bertiz comentan que ver Vitoria con los bares y la hostelería en general cerrados les produce tristeza. "Vemos todo muy vacío y nos da pena", aseguran. Al salir del trabajo, cuentan que han buscado una alternativa al café de media mañana, y solo han encontrado abierto el Bertiz, una panadería y cafetería que ahora ofrece desayunos para llevar, aunque antes también lo hacía. "Hemos pensado que éste estaría abierto, porque durante el anterior confinamiento también daban para llevar".

Marian, por su parte, reconoce que a media mañana nota la ausencia de bares y cafeterías, especialmente a la hora de tomarse el del descanso del trabajo. "La salud está por un lado, la economía por otro, y no sé si vamos a llegar a un punto de entendimiento", resume ella. Eso sí, "yo supongo que esto está hecho para calmar la cosa para Navidad, y luego darle un arreo". Además, recuerda que tiene amigos que son hosteleros, que en estos momentos ven peligrar su futuro, y le transmiten que no van a poder abrir. "El que tiene local propio vale, pero el que tiene que pagarlo todo€ Y aquí en el centro ya veremos, pero los barrios...", subraya.

Algunos comercios hosteleros sí han abierto. Están los que venden comidas a domicilio, pero ahora también desayunos para llevar. Es el caso, por ejemplo, del bar Larrain, en Avenida Gasteiz. Isabel, una de las trabajadoras recuerda que hay tres bares como éste, y su jefe decidió -como el Larrain es el más pequeño de todos y no ofrece menú del día- ofertar desayunos para llevar, para los juzgados, para el ayuntamiento, oficinas, etc. Dan café, pintxo y zumo el que quiera, pero para poder llevarse el café tienen que pedir pintxo sí o sí. "No entran hasta dentro; ponemos la mesa en mitad de la puerta y se pide. Para pedir, en horario de 8.00 a 12.00 horas, la gente tiene que hacerlo por teléfono", recuerda Isabel.

Ayer fue el primer día que implementaron este método, e Isabel asegura que fue "mejor de lo que pensaba". Acabaron con los pintxos que habían preparado. "Hicimos poquitos, pero ha ido bastante bien", reconoce, al tiempo que anuncia que harán más pintxos y probablemente abrirán "algún ratito más", porque recuerda que su horario habitual es de 7.00 a 15.00 horas. A pesar de todo, asume que "no es ni parecido a la imagen de Vitoria que había antes, con los bares abiertos", pero la gente está respondiendo. "Te piden un café y cuando les dices que tiene que ser con pintxo te dicen, vale, pues pónmelo todo". En ese sentido, ve que tienen ganas de ayudar.

En el primer confinamiento, ellos permanecieron cerrados, y en mayo abrieron con cuatro mesas de terraza y después, cuando se permitió atender en el interior, recuperaron en mayor o menor medida la normalidad. "Nos movemos, y la gente responde bien. Ayer me sorprendió gratamente; aunque cuando haga más frío y entremos en el invierno no sé cómo será, porque ahora se pueden tomar pintxos en un banco del parque, o donde sea".

Del cierre de la hostelería, sin embargo, también hay otros damnificados que no son únicamente los propios hosteleros. Es el caso, por ejemplo, de Heraclio, de Opariak KD, en plena calle Cuchillería, a quien le está afectando el cierre de bares y cafeterías, como al resto de comerciantes de la zona, porque la ausencia de éstos ligada a la pérdida del turismo es un freno para el negocio. "La gente que venía a tomar vinos, se llevaba un llavero, o una pegatina, siempre caía algo; pero es que ahora no pasa nadie", porque el cierre de la hostelería no afecta exclusivamente a la hostelería, sino al entorno también. "Al comercio, y hasta a los estancos, porque el del estanco me decía que como no hay gente en los bares tampoco vienen a comprar los periódicos, ni tabaco, ni nada". Los trabajadores de la limpieza, por su parte, también han notado cambios. Andrés ha visto, con el cierre de la hostelería, que se nota un poco la ausencia de terrazas. "Hacemos el recorrido, pero lo tenemos un poco más limpio", asegura, aunque ahora lo que más tienen que recoger son hojas. "Cada vez hay más, porque los árboles van creciendo", asegura, escoba y pala en mano.

"Estamos vendiendo desayunos completos para llevar, y va mejor de lo que pensábamos"

Trabajadora del Larrain

"La salud está por un lado, la economía por otro, y no sé si vamos a llegar a un punto de entendimiento"

Viandante

"Por la parte de la seguridad está bien, pero para la economía el cierre de la hostelería es la ruina"

Viandante

"Estoy triste y enfadado al ver los bares de la ciudad cerrados. He aprovechado para hacer recados"

Viandante

"El cierre de la hostelería y la disminución del turismo también nos afectan a los comerciantes"

Opariak KD

"Con el cierre de bares y la ausencia de terrazas sí hemos visto cambios en la limpieza"

Trabajador de la limpieza

"Nos da mucha pena ver Vitoria ahora mismo así, con todos los bares y cafeterías cerrados"

Viandantes