n uno de los extremos de Rioja Alavesa, en Oion, Ana Martínez Bujanda, de Bodegas Valdemar, reconoce que "este 2020 nos ha dejado una de las mejores cosechas". Sin embargo, relata, la vendimia fue complicada con todo el tema de la pandemia y ha exigido meses de preparación. Luego, afortunadamente, todo ha transcurrido en Valdemar sin problemas. De lo que sí que están "gratamente sorprendidos" es del resultado de las uvas y ya de los mostos y de los primeros vinos. "Era un año en el que no teníamos certeza de qué iba a pasar porque ha sido un año de muchas lluvias, el clima tampoco ha sido especialmente caluroso. No sabíamos si la calidad sería buena o no, pero lo cierto es que esta es una de las añadas realmente buenas", afirma. Así que recordarán el año 2020 por esa calidad, "aunque tenemos la bodega más llena de lo que quisiéramos porque buena parte de nuestro negocio se dirige a la hostelería".

La situación en ese sector les ha afectado muchísimo, "porque más de un 90 por ciento de nuestras ventas son en la hostelería. Ante panorama que se vivía, el equipo de Ana Martínez Bujanda buscó alternativas y una de ellas fue la de instalar uno de los primeros wine bar que han funcionado este verano en Rioja Alavesa. "La verdad es que durante el verano ha dado un resultado muy bueno", subraya. Para hacer realidad este proyecto utilizaron una larga terraza que tienen con vistas a los viñedos y arrancaron una hilera de cepas para ampliarla. Esto permitió garantizar la seguridad de los visitantes y la gente "ha venido muy confiada y a gusto y ha funcionado fenomenal".

En el tema del enoturismo, afirma que "hay casos de grupos que vienen a nuestro país exclusivamente para realizar la visita inclusiva a Valdemar. También vienen para visitar Villa Lucía, ya que los dos colaboramos y preparamos incluso visitas grupales para que vean primero un sitio y luego el otro y coman allí, en Laguardia". Ambas recibieron al alimón el premio Best Of al enoturismo inclusivo. Pero la singularidad más importante de Valdemar es su apuesta por instalarse en EEUU, con Valdemar Estate. Para la familia Martínez Bujanda, "la bodega de Washington es un orgullo. Ahora es duro, porque nos separan 9.000 kilómetros y no se puede ir. Comenta que es "un proyecto precioso porque es la única bodega no americana que está en ese Estado y la única europea. Abrió las puertas en marzo del año pasado y está teniendo un éxito tremendo".

"Lamentablemente tenemos la bodega más llena de lo que quisiéramos "

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