- Monitores, socorristas y cancheros, subcontratados por el Ayuntamiento de Vitoria, decidieron en la asamblea que mantuvieron este pasado viernes desconvocar la huelga indefinida que llevaban secundando desde comienzos de este mes. Sin embargo, no se trata de un punto final, sino más bien de un punto y aparte ya que "solamente se ha llegado a encauzar uno de los tres puntos de conflicto, el compromiso de readmisión de la trabajadora despedida". De manera que aprovecharan esta tregua "para coger aire para volver a la calle y recuperar lo que nos han quitado".

En cualquier caso, el Consistorio destacó ayer que gracias a este acuerdo, las instalaciones deportivas recuperaban la normalidad tras la incorporación al trabajo de todos los socorristas y monitores. Ayer, por ejemplo, ya funcionaban con plena operatividad las piscinas de centros cívicos, los frontones, así como las piscinas exteriores de Mendizorroza.

Según explicaron ELA, LAB y CCOO en un comunicado conjunto, "la valoración que se ha hecho de los días de huelga realizados es muy positiva. El seguimiento desde el principio ha sido muy amplio, sumándose más personas según pasaban los días. Se ha conseguido aglutinar y organizar en la misma pelea a los diferentes subsectores que trabajan en este sector, que han demostrado fuerza y determinación digna de elogio para defender sus intereses. Prueba de ello han sido las exitosas movilizaciones y acciones llevadas a cabo durante los 11 días de paro. Dignidad es la palabra que mejor define lo realizado por estas personas". Pese a ello, lamentan que se han encontrado "ante una pared". En este caso, "la del Ayuntamiento, representada por el alcalde, Gorka Urtaran, y el concejal de Deportes, Iñaki Gurtubai, responsables directos de originar y alargar el conflicto. Los problemas que sufre la gente que trabaja en este sector vienen fundamentalmente motivados por los recortes aplicados por el Ayuntamiento en los pliegos de condiciones. Queremos denunciar públicamente el lastimoso papel que ha jugado y sigue jugando en la gestión del conflicto. Ha incumplido los compromisos tomados, se ha convertido en una institución totalmente impermeable, y encima nos ha tratado con desprecio con unas declaraciones totalmente clasistas. En definitiva, ha dado la espalda a este colectivo y, por tanto, a las/os usuarias/os de las instalaciones deportivas", denunciaron.

Las centrales transmitían así que los usuarios se han quedado "con una oferta más pobre, y unas piscinas que no garantizan una apertura y cierre seguras y en condiciones para su uso". No se olvidan tampoco "del vicioso juego al que una y otra vez se prestan las empresas adjudicatarias, que con tal de quedarse con estos servicios públicos, tiran los precios, lo que después no da margen para negociar condiciones dignas para los empleados".