- El repentino desprendimiento del vertedero de la localidad vizcaína de Zaldibar convirtió al recinto alavés de Gardelegi en el lugar escogido para acoger los residuos no peligrosos que las empresas alavesas trasladaban a aquel recinto para deshacerse de ellos. El Ayuntamiento de Gasteiz respondió de manera favorable al llamamiento hecho por el Gobierno Vasco para abrir las puertas del equipamiento situado en las cercanías de la capital alavesa y fijar un tope máximo de 23.000 toneladas anuales. Cuatro meses después aquel cálculo se ha quedado desfasado ante las necesidades de la demanda real de vertidos que asciende a 42.600 toneladas, según concreta un informe técnico elaborado por la unidad municipal de Gestión Ambiental al que ha tenido acceso DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA. En su apartado de conclusiones reconoce cómo el Ayuntamiento de Gasteiz está "obligado a prestar el servicio de tratamiento de residuos sólidos urbanos y atender la eliminación de residuos en el vertedero de Gardelegi en ejercicio de sus competencias, de acuerdo con su reglamento, con las limitaciones y condiciones establecidas en el mismo y teniendo siempre presente la jerarquía de residuos", relata el informe final de 14 páginas. En ese sentido, desde la institución municipal siempre han puesto por encima de todo que los residuos que entran en Gardelegi no tienen ningún tipo de peligrosidad y tampoco presentan indicio alguno del peligroso y cancerígeno amianto.

Apostilla el documento, con fecha de ayer día 29, que aunque dicha demanda no implique "necesariamente que el residuo vaya finalmente a ser depositado en Gardelegi", es verdad que a raíz del desprendimiento de Zaldibar, "se han incrementado progresivamente las solicitudes de vertido y necesariamente se ha de contemplar que, aunque en menor medida, pueden seguir incrementándose", concreta. En ese sentido apunta a que de esa primera cantidad inicial de 23.000 toneladas aceptadas "han entrado aproximadamente 5.000 y están pendientes de autorizar solicitudes por otras 20.600 toneladas.

Incide también el documento en el impacto que tiene sobre la vida del recinto la entrada de toneladas adicionales de residuos. Si la entrada de ese primer cupo de 23.000 producía una ocupación inferior al 3% del volumen total disponible "la ocupación de las nuevas entradas impacta aproximadamente un 1% cada 10.000 toneladas adicionales", calcula. En este sentido desvela las cifras de las entradas de material en los dos últimos años que se situaron en las 97.621,96 toneladas en 2018 y el ligero descenso a las 96.737,23 con el que se cerró el pasado ejercicio.

Actuación a corto plazo Aporta el detallado documento como consecuencia de esta nueva necesidad la reforma del vaso de inertes actualmente inactivo. Este recipiente construido hace 14 años se ha ido degradando con el paso del tiempo por la falta de uso. La actualización del vaso construido en 2006, daría lugar al surgimiento de un nuevo continente de residuos impermeabilizado según la legislación vigente y con una nueva capacidad de 281.984 metros cúbicos. Esta cantidad de metros cúbicos adicionales "supondría un incremento aproximado de 211.488 toneladas de residuos".

Existe una vertiente económica de la cuestión como el actual contrato de gestión del vertedero estipulado en 1.008.507 euros para el tratamiento de 99.534 toneladas anuales. Esto supone un coste directo de explotación de 10,15 euros por cada mil kilogramos. Se han establecido negociaciones para alterar ese contrato con las empresas adjudicatarias para que, en caso de aceptación de más toneladas, se fije un precio de "entre los 3,50-4,50 euros por tonelada adicional en función del número de las mismas", detalla el informe consultado por DNA. Esto supone entre un 55% y un 65% más barato.

Señala también la incidencia en el coste del acondicionamiento del espacio ocupado por las toneladas adicionales y para construir ese nuevo vaso de inertes con los 281.984 metros cúbicos. Teniendo en cuenta las últimas obras de impermeabilización llevadas a cabo en el lugar, arrojan un coste de 2,81 euros por cada tonelada adicional depositada.

Apunta en sus líneas finales el informe el balance global de las nuevas entradas y en caso de aceptar esas 42.600 toneladas el "ingreso directo neto mínimo sería de 1.362.774 euros", calcula. Este ingreso iría en función además de las toneladas vertidas por encima de esa cantidad. En su listado de conclusiones aboga también porque la institución "realice una adaptación de las tasas de vertidos de las diferentes tipologías de residuos eliminados en vertedero, recalculando el importe en función de los costes reales actuales y de los previsibles costes futuros", finaliza.

Es viable. Un informe municipal ratifica la viabilidad técnica y económica de la admisión de residuos adicionales en el vertedero.

Conclusiones. Además de estar legalmente obligado a aceptar los residuos de las empresas que así lo reclamen, el Ayuntamiento cuenta con la solución técnica para eludir el impacto sin coste para la institución.

5.000

Toneladas de residuos. Actualmente, las solicitudes de admisión de residuos se cifran en unas 42.600 toneladas, pero es necesario subrayar que la cuantificación de estas solicitudes no implica necesariamente que este material vaya finalmente a ser depositado en Gardelegi. A día de hoy, hay admitidas solicitudes por una cantidad aproximada de 22.000 toneladas (de las cuales han entrado aproximadamente 5.000). En el análisis del impacto económico que pudiera generar la admisión de un mayor número de toneladas se tienen en cuenta diferentes variables, lo que lleva a la conclusión de que de ser depositado el total de lo solicitado se generaría un ingreso mínimo 1.362.774 euros.