- Además de los manzanos, que crecen para atender especialmente el sector sidrero, en Álava existe mucho interés por diversificar la producción de frutales. Y por esa razón la Diputación Foral ha publicado una línea de ayudas para el establecimiento de plantaciones regulares de arbustos, árboles frutales y truferas, incluyéndose en esta línea el establecimiento de la plantación, adquisición de plantones, estructuras de soporte y sistemas de protección de las plantaciones.

En esta línea de promoción de los frutales, la UAGA está liderando un proyecto de innovación para el análisis del cultivo del nogal y otros frutos de cascara en Álava, y, de hecho, UAGA acaba de poner en marcha el proyecto de cooperación UTG NOGAL que lidera y que tiene el propósito de realizar un plan piloto de gestión técnica para la implantación de frutales de cáscara en Euskadi. En este proyecto participan junto con UAGA otros agentes y profesionales del sector: Neiker, con todo su potencial de I+D; el Grupo UTEGA, de Fuentespina (Burgos). Este grupo nace de la fusión en 2006 de las empresas Uriarte Iturrate S.L. y Frutos secos de la Vega S.L.; también participan Noemi Salazar, consultora especializada en el sector agrario, y Pere Pujol, un conocido profesional catalán, experto asesor en fruticultura de cáscara.

Las pruebas piloto del proyecto se llevarán a cabo en la zona de Valles Alaveses, en terrenos del municipio de Zambrana, para comprobar la viabilidad de los frutales de cáscara como diversificación agrícola, unida a la comercialización colectiva del producto. Se da la circunstancia que en la misma zona, en Berantevilla se experimenta el cultivo de lúpulo, también coordinado por la UAGA. En cuanto a los frutales de cáscara, la intención de los participantes es crear una Se creará una Unidad Técnica de Gestión, un sistema de gestión para el conjunto de la cadena productiva de estos frutales. Se pretende ligar la producción de calidad diferenciada con la distribución y venta local, para lo que ya se cuenta con la colaboración de todos los eslabones de la cadena de valor.

El proyecto se enmarca en la convocatoria de 2019 del Programa de Cooperación del Gobierno Vasco que impulsa la cooperación entre los distintos agentes del sector para avanzar en la competitividad del medio rural a través de la innovación. Este programa se integra en el Plan de Desarrollo Rural 2015-2020.

Antes de potenciar la recuperación de los frutales de cáscara, algo que antaño no faltaba en casi ningún pueblo para consumo doméstico, hubo algún intento previo y se realizaron experimentos con arándanos y grosellas, frutas con las que se puede crear un sólido mercado con los reposteros de Vitoria. Pero quien impulsaba esa labor de prospección, Neiker, encontró cuál era la posible clave a desarrollar en la zona, Y es que tras un estudio sobre el terreno se detectó que la zona comprendida entre Zambrana y La Puebla de Arganzón es excelente para el desarrollo de frutales como la nuez, el avellano y la almendra. Y, al estudiar los mercados, se comprobó que nuestro país es deficitario en esos productos, la mayoría de los cuales llegan desde otros países. Lo único que se debería tener en cuenta son las variedades: las nueces para que se asemejaran a las más comercializadas en nuestro país; los avellanos para que se dieran en plantas de formato arbusto para facilitar la recolección, más difícil en el caso de las plantas de varas, y que los almendros fueran de las calidades más altas. A esos estudios estuvo muy atenta una firma catalana, que desde el comienzo se mostró muy interesada en la compra de toda la producción que se diera en Zambrana.

El principal problema con que se encontraron es que todos estos frutales necesitan un ciclo de alrededor de cinco años para comenzar a entrar en explotación y esa demora no atrae a quienes tienen los terrenos y la posibilidad de transformar eriales o cultivos en regresión en plantaciones viables económicamente debiendo esperar un quinquenio. Por eso, los promotores hablaron primero con la Diputación, que facilitó algunas ayudas para impulsar ese cultivo. Pero el verdadero impulso fue cuando Neiker y el resto de entidades e instituciones mencionadas anteriormente decidieron llevar a cabo la experiencia de plantar una hectárea con estos frutales.

La parcela ya está en plena fase de desarrollo desde 2018. El riego, abundante en algunos casos como el nogal, se realiza por goteo. En cuanto al resto de tareas que llevará la explotación de estos frutales, la empresa interesada ya ha puesto a disposición de los fruticultores que se impliquen los medios necesarios€ y algunas novedades interesantes. Esa novedad era que, tras la recogida de los frutos, estos necesitan secaderos para el descascarillado, y por ello los frutos se llevarían a una planta en Burgos, a la del grupo Utega, en Fuentespina, ya que la maquinaria es muy costosa y no merecía la pena clonarla en Álava. Y allí no solo saldrían nueces limpias y peladas o avellanas tostadas. Todo el material que llegue tendrá salida y valor en el mercado: la coca o cocón, la piel verde de las nueces, se derivaría para la elaboración de tintes (aunque en algunos lugares se preparan bebidas naturales con su maceración, como el cocón) y la cascarilla de todos los frutales se convertiría en material para biomasa, iniciativa en la que se lleva trabajando desde hace meses en Zambrana y que puede posibilitar la creación de puestos de trabajo y una nueva fuente de riqueza para Valles Alaveses.