as previsiones se cumplen y los agroturismos y casas rurales de Álava comienzan a despertar del largo y tedioso letargo primaveral al que les confinó la pandemia del coronavirus. Las reservas de alojamiento vacacionales para el verano se suceden más despacio de lo que el sector de turismo rural quisiera, pero "con muchas ganas de trabajar", coinciden los propietarios de los establecimientos consultados por DNA. "El paso a la fase 3 de la desescalada ha sido fundamental porque permite la movilidad dentro de Euskadi", indica Idoia Ezkurdia, gerente de Nekatur, asociación que aglutina a 44 establecimientos del territorio. "La gente tiene muchas ganas de salir de casa y, curiosamente, son los ciudadanos que todavía están confinados los que más se están animando a efectuar las reservas", subraya. Se refiere Ezkurdia a catalanes, madrileños y valencianos, que este año también se inclinan por hacer una escapada a Álava en julio y agosto.

Así, la ocupación de los alojamientos rurales alaveses es en estos momentos del 26,93% para el mes de julio, frente al 30,73% del año pasado por estas fechas, y del 21,36% para agosto, frente al 39,04% de 2019. Por comarcas, las más solicitadas son Vitoria, los pueblos de su anillo, y Ayala. Gorbeialdea y Llanada también presentan buenos datos. Sin embargo, la ocupación es por ahora menor en Montaña, Rioja Alavesa y Añana. La segunda quincena de julio y la primera de agosto siguen siendo las más demandadas y la estancia media de cinco noches, periodo que varios alojamientos han establecido por ahora como mínimo para evitar el vaivén de alojados.

Al margen del ligero descenso en el nivel de ocupación que ha traído la pandemia y de cierto miedo e incertidumbre que todavía persisten entre los turistas, el perfil y las preferencias de los clientes son similares a otros años. El visitante euskaldun ha comenzado a acercarse a los agroturismos alaveses este mes de junio, mientras que el procedente de otras comunidades autónomas aguarda a su salida del confinamiento y reserva plaza para julio y agosto. Por regla general, la playa tiene más tirón durante el periodo estival, pero "a medida que se vayan ocupando los establecimientos de la costa se irán reservando los del interior", confía la gerente de Nekatur.

Además, "hay que tener en cuenta que dependemos mucho de la evolución de la pandemia y de las restricciones a la movilidad que de ahora en adelante puedan imponer las autoridades sanitarias. De ello dependerá cuándo podremos acoger a clientes estatales, si es a mediados o finales de este mes. En estos momentos, estamos registrando sobre todo reservas para verano", aclara Ezkurdia.

Una curiosidad que ha traído el miedo al coronavirus es que la mayoría de los usuarios se decanta por alquilar la casa entera o apartamentos independientes para no tener que coincidir con otros grupos, parejas o familias. "Este año va a haber más salidas vacacionales en familia", vaticina la gerente de Nekatur a tenor de las peticiones para pernoctar hechas hasta la fecha. Aun así, se siguen cancelando reservas realizadas con anterioridad o modificando las fechas de llegada: "mucha gente no sabe todavía cuándo va a poder coger vacaciones", apunta la gerente de Nekatur.

Y, ¿qué demanda de los alojamientos rurales alaveses el turista post covid-19? Sobre todo, piscina, jardín y barbacoa; es decir, espacio, aire libre y naturaleza. Este año no se interesa tanto por visitar ciudades u ocupar su tiempo de ocio con una apretada agenda de actividades. "Quieren estar tranquilos, en un entorno relajado y libertad para que los niños corran y jueguen", subraya Ezkurdia. "Seguramente se desplazarán a visitar lugares, pero no a tanta distancia como otros veranos que aprovechaban para conocer todo Euskadi; harán visitas más cercanas", apunta.

Los alojamientos, por su parte, también están realizando un gran esfuerzo para adecuar su oferta a la nueva realidad. Han flexibilizado las condiciones de alquiler con cancelaciones gratuitas hasta última hora y habilitado bonos canjeables durante un año por el importe de la reserva realizada, por si el cliente decide modificar las fechas de estancia. Y si ninguna de las dos opciones es válida para el visitante, devuelven el dinero. "Hay de todo; hasta ahora eran todo cancelaciones, pero en este momento de menor incertidumbre, la gente sabe que va a poder ir de vacaciones tarde o temprano y opta por modificar las fechas o coger los bonos", explica.

"Junio no suele ser un mes muy florido por aquí" apunta Nuria desde el agroturismo Goikuri de Murua. "Nos están haciendo reservas para julio y agosto, y espero que pronto empiecen las de septiembre porque la gente tiene muchas ganas de salir de casa; los clientes piden naturaleza y establecimientos sin demasiadas zonas comunes; visitar ciudades, creo que de momento les da más miedo...", detalla.

El turismo rural también ha optado por mantener los precios, consciente de que el coronavirus ha supuesto un revés económico para muchas familias que han perdido el trabajo. El alquiler de una habitación doble con baño incorporado ronda los 55 euros por noche para dos personas y el desayuno los 5 euros por persona y día. "La tendencia va a ser mantener los precios, aunque el coste para el propietario ha subido con la implantación de protocolos de seguridad e higiene", señala Ezkurdia. No obstante, "sigue habiendo más oferta de habitaciones que demanda y sabemos que, aunque van a llegar más reservas, no vamos a alcanzar el nivel de ocupación de años anteriores".

Joseba ya lleva días trabajando con clientes alaveses, vizcaínos y guipuzcoanos que han visitado su observatorio fotográfico de aves. "Como se trata de una actividad individual y en el monte, los turistas no ven ningún riesgo de contagio", explica desde Pobes. También tiene reservada la primera quincena de agosto y hasta una reserva para pasar la Nochebuena en Elain Etxea, el complejo de dos apartamentos rurales que alquila a los visitantes, uno con capacidad para nueve personas y otro para cuatro. "Es más fácil ocupar el pequeño".

Calcula que la mitad de su clientela será de Madrid, del área metropolitana de Barcelona y de Valencia, y que va a esperar a última hora para tramitar las reservas, ya que aún están a la expectativa... "Van a llegar todas de golpe, verás", pronostica.

Lleva cuatro años en el negocio y ve que "agosto no tiene mala pinta; está peor julio. De momento ha establecido como requisito cinco noches mínimo de estancia, ya que el protocolo del coronavirus le obliga a dejar el alojamiento 48 horas en cuarentena entre un cliente y otro, pero si ve que pasan los días y los apartamentos siguen vacíos, eliminará esta restricción. Y algo ha encarecido el precio para hacer frente a nuevos gastos, pero sólo en las reservas gestionadas a través de plataformas turísticas que le cobran comisión, no en su web.

De momento, ningún cliente le ha exigido algún tipo de servicio específico por el miedo al coronavirus, excepto que todo el mundo que realiza una consulta pregunta si hay piscina. "Hay una especie de psicosis con el tema de las piscinas", comenta desde el umbral de Elain Etxea, a cinco minutos de la piscina de Pobes, preparada ya para abrir sus refrescantes aguas a los bañistas.

Frente al agroturismo Atxarmin de Elosu, las piraguas flotan ya sobre el pantano. "Ya hemos empezado a alquilarlas, poco a poco; se han acercado clientes de cerca, de Llodio, por ejemplo, pero sólo para navegar, no para pernoctar. Las reservas de habitaciones que tenemos son para julio y agosto, al margen de los clientes que tenemos entre semana porque vienen a trabajar al polígono de Gojain", indica Juani.

En cuanto al turismo procedente de otros países, ni se le ve ni se le espera por ahora. "Normalmente a nosotros no llegan muchos belgas, holandeses, alemanes e ingleses, pero este año no", apunta Nuria. "Parece que los extranjeros no se quieren mover mucho". Esperan la apertura de fronteras para relajarse al aire libre en el entorno rural alavés.

"Normalmente tenemos muchos extranjeros, pero este año, no"

Goikuri (Murua)

"Quieren estar tranquilos y aire libre tras el confinamiento"

Atxarmin (Elosu)

"Sobre todo preguntan si hay piscina; hay una especie de psicosis"

Elain Etxea (Pobes)

- El nivel de ocupación de los agroturismos y casas rurales de Álava es menor que en años anteriores por culpa del coronavirus. Aun así, las primeras reservas de turistas han empezado a llegar, sobre todo para julio y agosto, ya que septiembre todavía está parado, a pesar de ser un mes ya incluido en el calendario vacacional. Los establecimientos están al 26,93% de ocupación en julio y al 21,36% en agosto mientras que hace dos semanas sólo recibían cancelaciones.

El territorio alavés es tan amplio y da tanto juego al turismo rural que las cifras de ocupación varían según las comarcas. En estos momentos es la cuadrilla de Vitoria la que mayor interés despierta entre los visitantes. Los alojamientos de los pueblos gasteiztarras están al 75,85% en julio y ya tienen el 66,38% de sus plazas reservadas para agosto. Los buenos datos acompañan igualmente en Ayala con el 41,72% de ocupación en julio y el 33,98% en agosto. La tendencia es óptima también en Llanada (26,84% en julio y 18,84% en agosto) y Gorbeialdea (26,70% en julio y 17,85% en agosto). Menor movimiento se ve por ahora en los establecimientos turísticos de Añana (15,40% en julio y 17,05% en agosto), Montaña (9,76% en julio y 12,96% en agosto) y Rioja Alavesa (23,38% en julio y 12,76% en agosto), según los datos aportados por la asociación Nekatur, cuya gerente, Idoia Ezkurdia, avanza que en la centralita esperan que vayan llegando más reservas. "Aun así, no vamos a llegar al nivel del año pasado".

En 2019, sin covid-19, las solicitudes de reserva de Nekatur registraron el 79,11% de ocupación con visitantes procedentes del Estado y el 20,89% de turismo extranjero. Visitaron Álava principalmente catalanes (24,34%), vascos (20,96%) madrileños (19,91%), valencianos (7,38%), aragoneses (4,86%), andaluces (4,29%), castellano leoneses (3,93%) y navarros (3,02%). Entre los procedentes de otros países, el 8,62% del total de solicitudes realizadas fue de franceses, que ya se sitúan como cuarto cliente para el turismo rural vasco. Les siguieron alemanes (2,53%), italianos (1,62%) y holandeses (1,51%).

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Por noche ronda de media el alquiler de una habitación doble con baño incorporado, según los datos que maneja Nekatur.