- Aunque la orden del Ministerio de Sanidad que relaja desde ayer las restricciones frente al coronavirus daba vía libre a las estaciones de Inspección Técnica de Vehículos de los territorios que inician la fase 1 para reabrir sus puertas, en Álava las instalaciones de Jundiz permanecían ayer cerradas. Y así seguirán, según señaló a este periódico Josu Larrauri, el director general de Itasua, la empresa que gestiona este centro, hasta que el Ministerio de Industria aclare qué validez tendrán las inspecciones que se realicen a partir de ahora. "La prudencia invita a esperar para no marear a la gente", asegura.

Según explica, aunque hay un borrador de orden, mientras no se publique un documento oficial que establezca si el plazo para volver a pasar la ITV comienza con la revisión que se haga ahora o en el momento en el que se tuvo que haber pasado, la empresa no puede arriesgarse a reabrir. "Si el Ministerio dice que la validez de dos años, por ejemplo, solo son 21 meses, ¿qué hacemos? Si nos precipitamos podemos tener que llamar a 3.000 personas en Euskadi para decirles que vuelvan a pasar por la estación, pues la validez tiene que ser igual en todas partes", advierte.

Una vez que se publique dicha orden, el Gobierno Vasco deberá dictar una resolución que haga las veces de "traje a medida para Euskadi", señala Larrauri, quien destaca además otras incógnitas que hay que despejar antes de levantar la persiana. Por ejemplo, cómo ir aligerando la lista de espera. "Parece que el Ministerio prevé que quienes hayan vencido entre el 13 y el 28 de marzo tengan ahora quince días, los siguientes quince días de vencimiento, en los quince siguientes, y así hasta cumplir todo". Sin embargo, insiste, mientras no haya una orden oficial en Jundiz no cuentan con un criterio al que atenerse para ir citando a sus clientes.

El objetivo prioritario, en ese sentido, es evitar colapsos. "Se puede montar un tapón importante y es un factor de posible contagio", advierte el responsable de Itasua. De todos modos, se han adoptado medidas para garantizar la seguridad. Así, se instalará una cámara termográfica para medir la temperatura de los clientes, una mampara de metacrilato en la recepción, y una vez el conductor recoja su documentación, ya no volverá a bajar del coche hasta que salga de las instalaciones. Por su parte, los trabajadores dispondrán de mascarilla, pantalla de protección y batas sanitarias reutilizables.

También está garantizada la seguridad en los concesionarios de coches alaveses, que ayer abrieron sus puertas tras dos meses de clausura. Así lo asegura Carlos Múgica, gerente de Motor Gorbea, el concesionario de BMW en el territorio.

"Hay que desinfectar todos los coches cada vez que entran, salen o se prueban, hay que desinfectar los diferentes departamentos, en la zona de atención al cliente tenemos mamparas, usamos ozono, mascarillas y gel". Todo ello, explica, "para transmitir a la gente confianza y seguridad" y "volver a mover la rueda" en un sector que antes de la pandemia ya se enfrentaba a un momento de incertidumbre por la transición ecológica, su afección sobre los vehículos diésel y las incógnitas en torno al coche eléctrico. "Volvemos a empezar con muchas ganas", afirma Múgica, cuyos sus talleres "están a tope" tras dos meses de parón. "Hay gente que necesita volver a circular y que incluso prefiere coger el coche en lugar de otro medio de transporte", asegura.

También en los talleres del Grupo Deltavi se trabaja a buen ritmo desde hace días, y en cuanto a las nuevas ventas, en la primera mañana de reapertura todo iba "lento", según Patxi Eguinoa, responsable de la empresa que vende en Álava vehículos Fiat, Alfa Romeo, Lancia y Jeep. "Vamos a ser cautos, porque al que está en ERTE y no cobra lo que tiene que cobrar, evidentemente le costará más meterse en un gasto de estos" apunta. Su esperanza está puesta en un arranque de año que, pese a las incertidumbres que afectan al sector, no fue malo. "El mercado iba medianamente bien para los tiempos que vivimos, que no son los de hace diez años", apunta.

Por otro lado, ahora tocará recibir al cliente en un ambiente y un contexto muy diferentes a los de enero y febrero. "Hemos puesto mamparas, máquinas para desinfectar las exposiciones, desinfectamos los coches, tenemos mascarillas... Hemos previsto todo y supone un gasto importante, pero hay que asumirlo y aprender a convivir con ello", explica Eguinoa, quien señala que ahora el contacto con el cliente tendrá que ser forzosamente menos cercano. "Les decimos que cuando esto esté más tranquilo vengan y les aclararemos todas las dudas que tengan", concluye.

El responsable de la empresa que gestiona la ITV de Jundiz explica que, aunque tienen permiso para operar, el Ministerio de Industria debe aclarar antes qué validez temporal tendrán las inspecciones aplazadas y que se deben retomar ahora.

El responsable de Deltavi señala que aunque el año arrancó con actividad en el sector, la situación laboral de muchos ciudadanos a causa del coronavirus puede repercutir en la venta de coches.

El gerente de Motor Gorbea confía en volver a "mover la rueda" de las ventas en un contexto difícil por el covid-19, pero también por el momento de cambio que vive el sector.

350

Por la ITV de Jundiz pasan entre 300 y 350 vehículos diarios, por lo que más de 10.000 están a la espera de superar la inspección.

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