- El obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, ha propuesto celebrar el 31 de este mes los funerales por todas las víctimas de la pandemia del coronavirus en Álava, que se oficiaría en la Catedral Nueva y en las parroquias de la diócesis. La fecha, no obstante, aún no es fija y será analizada con el consejo episcopal y todos los párrocos, informó ayer el obispado.

Elizalde celebró ayer la última misa emitida en directo a través de las redes sociales, ya que desde hoy, cuando Euskadi entra en la fase 1 de la desescalada del confinamiento, los fieles pueden asistir físicamente a las iglesias. Sin embargo, esos canales seguirán activos para quien no quiera ir presencialmente a misa por riesgo a su salud. Se han repartido carteles informativos en las parroquias con indicaciones para evitar contagios y el obispado pide extremar todas las medidas de seguridad “sin miedo, pero siendo responsables por el bien de la comunidad”.

El obispo recordó durante su homilía de ayer a los fallecidos por la pandemia y señaló que en este tiempo se han “desenmascarado muchos estereotipos que deberían ser desterrados como falsas prioridades o gastos superfluos”. Pidió consolidar lo que esta pandemia ha obligado a llevar a cabo: “más tiempo en familia, más escucha y generosidad, más convivencia y más pensar en los demás”.

También denunció una situación injusta que ha expuesto el virus, como es el caso de los “trabajadores más imprescindibles” que “sorprendentemente, son los peores pagados” y solicitó a las instituciones y organismos competentes que reflexionen sobre esta situación.

Sobre el papel de la Iglesia en estos tiempos, Elizalde destacó que “la prioridad han sido los más vulnerables y poner recursos materiales y humanos al servicio de los demás. Nunca la Iglesia ha cerrado”, recordó. Pese a tener templos cerrados “hemos estado más que nunca con los más necesitados a la par que celebrábamos los sacramentos de manera digital como fuente para potenciar nuestra actividad”, indica el obispado de Álava en un comunicado. Y agradece a las organizaciones sociales de la Iglesia su tarea constante con cientos de familias, al tiempo que les invoca a seguir dando lo mejor de sí mismos.