- El ligero repunte que pueda estar dándose en la venta en alimentación no es suficiente para asegurar nada en sl sector del vino. Y la exportación lleva un tiempo tocada por los aranceles y el brexit. Sin embargo, desde el grupo Rioja, que aglutina a grandes y medianas bodegas, tanto de Rioja Alavesa (Marqués de Riscal, Faustino, Ysios y otras), como del resto de la denominación, se anima a los productores y elaboradores a tratar de sacar los aspectos positivos de un sector prestigioso y luchador.

Desde un punto de vista de la demanda, para que nos hagamos una idea de cifras, Rioja exporta en torno al 37% de su volumen de comercialización y el mercado nacional se reparte el resto, el 63 %. Se puede decir que un tercio va a exportación y dos tercios son para el mercado nacional. Con la crisis sanitaria, ¿de qué forma se está viendo afectado el vino?

-La exportación, en general, se está reduciendo, pero hay ciertos países que están aguantando porque en general, el mercado exterior, en el mix entre hostelería y alimentación, es más relevante la alimentación, al contrario de lo que pasa en nuestro país. En la exportación, la alimentación es más potente que la hostelería y aunque la gente se confine y se quede en casa, la alimentación va funcionando. Como la alimentación en el exterior es más potente pues hay ciertos países que están funcionando.

¿De qué forma se aprecia ese funcionamiento?

-Es verdad que otros países se están cayendo por dificultades -a veces- logísticas o por el confinamiento en sí mismo, pero, aunque hay caídas en exportación, hay mercados que van funcionando e incluso se empieza a ver cierta luz en el mercado asiático: el mercado chino había estado parado en los últimos meses por la crisis que tenían ellos con el coronavirus. Eso en cuanto a exportación.¿Y con respecto al mercado nacional?

-Si nos vamos al mercado nacional aquí el mix es, más o menos, el 60 por ciento a hostelería, 40 por ciento a alimentación. Es decir, que estamos un poco al revés que en el mercado de exportación. Y claro, como la hostelería es lo que está cerrado, para hostelería no hay ninguna venta, y esto es, obviamente, lo que más daño está haciendo al sector, mientras que en la alimentación está aguantando y puede haber un ‘poquito’ de crecimiento, pero bueno, más o menos, digamos que aguanta la alimentación.

¿Cómo se puede resumir el estado actual del mercado del vino?

-Este es un poco por encima el panorama: si se ponen encima los tres canales: exportación y dentro de mercado nacional, hostelería y alimentación, la caída más grande es en hostelería. En exportación también hay una caída, pero no tan dramática. Y en alimentación, nos mantenemos. Por eso, en cuanto a volumen total, hay un descenso de ventas muy importante.

¿Cómo miran el futuro?

-Pues habrá que ver cuanto tiempo dura este confinamiento y, cuando éste se levante, cómo salimos, porque entendemos también que habrá una salida progresiva, donde habrá limitaciones y se irá saliendo poco a poco. Y otra cosa que nos preocupa, con toda esta situación de ERTES, es que habrá muchas personas que tendrán menos disponibilidad para gastar, lo que también puede afectar de forma negativa al consumo.

¿Las grandes bodegas saldrán mejor que las medianas y pequeñas?

-Hay inquietud en todos los tamaños de bodegas. Todas ellas están sufriendo en sus ventas. Porque todas venden a hostelería, en mayor o menos porcentaje. La mayor parte también exportan. Y hay otras que venden en alimentación. Con lo que al final, en los tres canales, en dos de los tres canales, está habiendo caídas muy relevantes y sobre todo en la hostelería del mercado nacional, y por lo tanto en todas las bodegas de todos los tamaños lo se ven con preocupación. Esa preocupación se incrementa más en aquellas bodegas que solo venden a hostelería, que tienen mayor exposición en ese canal, porque las caídas son más dramáticas, ya que ahora mismo no se está vendiendo nada. Por tanto hay preocupación en todas las bodegas, pero cuanto más se está expuesto en hostelería mayor es tu preocupación porque mayor es la caída de ingresos.

¿Esta situación abocará a las bodegas a tener que plantear ERTES?

-En principio hay ciertos grupos de trabajadores dentro de las bodegas que paran a raíz del Real Decreto del 14 de marzo, como es el relacionado con el enoturismo, que se ha paralizado completamente. El tema de comerciales, sobre todo de hostelería, que al cerrar han tenido que dejar de trabajar. Esos grupos hace ya unas semanas que no pueden trabajar y puede que haya unos ERTES en esos segmentos. En el resto de bodegas creo que estas dos semanas de confinamiento se han ido reorganizando un poco sus trabajos y, al tener menor demanda, la actividad se va parando y al ocurrir esto hay empresarios que van a tener que tomar decisiones.

¿Como cuáles?

-Hay bodegas que igual están aguantando a través de vacaciones de sus empleados, hay otras que lo van haciendo a través de la flexibilidad en el calendario laboral, como ir acumulando horas que luego se deberán hacer y hay otras que no tienen más opción que presentar un ERTE para adaptarse a esta caída de la actividad que obviamente nos viene y en la que cada vez la caída va a ser mayor.

Desde el Grupo Rioja, ¿se ha recomendado tranquilidad o se han enviado mensajes de serenidad ante esta situación?

-Lo que estamos haciendo es dar información. Luego ya la serenidad y la tranquilidad cada uno las lleva por dentro. Nosotros lo que intentamos es asesorar a nuestras empresas, primero intentando analizar la situación, dando datos de cómo está todo y asesorándoles en todas las opciones que tienen de cómo gestionar al personal, también de sistemas de control para evitar el contagio, porque una de nuestras principales prioridades es la salud de nuestros trabajadores y fue una de nuestras primeras preocupaciones, el cómo había que trabajar para evitar cualquier tipo de contagio para proteger a los trabajadores.

¿Luego cada una actúa como considere necesario?

-Efectivamente, tanto sobre cómo gestionar al personal, como gestionar esta parálisis de actividad. Les asesoramos sobre las diferentes formas de afrontar todo esto. Luego, cada bodega, toma las medidas que se adecuan más a su situación. Aquí no hay un único tipo de bodega, sino diferentes, y diferentes situaciones, y nosotros lo que podemos hacer es mostrar a la bodegas todas las vías, todas las fórmulas que tienen para adaptar y gestionar su personal. Y luego cada una toma sus decisiones.

¿2020 va a ser un annus horribilis, entre la pandemia, los aranceles y el brexit?

-Creo que tanto como nos preocupaba hace un mes el tema de los aranceles de EEUU ahora ha pasado a ser algo relativo. El impacto del covid-19 es tan importante que todo eso se ha quedado muy pequeño. Esas dificultades siguen estando allí, en ciertos mercados, como es el caso de EEUU, o como es el tema del brexit, aunque sobre éste se había evitado ya la opción del brexit duro y se está negociando una salida ordenada… Pero todo eso queda muy empequeñecido respecto a lo que es el impacto que va a tener el covid-19. Realmente esperamos una caída muy relevante de las ventas a causa de la pandemia, mucho más allá de los otros aspectos.

Habrá que buscar valores positivos de esta situación

-Por supuesto. Creo que en todas las crisis hay que tratar de sacar cosas positivas. Desde un punto de vista de procedimiento estamos aprendiendo todos, aunque el sector bodeguero ya lo ponía en práctica en la exportación. Creo que estamos avanzando mucho en la utilización de las nuevas tecnologías para poder funcionar y en ese sentido creo que el sector vitivinícola no es una excepción y pienso que estamos aprovechando más las nuevas tecnologías y la capacidad de trabajar a distancia.

¿El confinamiento facilita también el disfrutar mejor del vino?

-Por supuesto, el confinamiento de todos en casa hace que estemos más tiempo en ella, obviamente, y tenemos más tiempo para cocinar o para compartir mesa y mantel con nuestra familia más cercana. Y tenemos esos tiempos, a la hora de la comida o de la cena para abrirnos un vino y poder disfrutar de él. Algo que quizás, en nuestra vida diaria, que suele ser más frenética y pasamos mucho menos tiempo en casa no tenemos esa posibilidad. Pero es verdad que con este confinamiento se crean nuevas oportunidades o nuevos momentos en los que poder disfrutar de un vino y esto me parece muy positivo, porque incluso te ayuda a llevar un poco mejor la situación.

El momento lo están aprovechando muchas bodegas para realizar actividades online.

-Así es, llueven muchas actividades respecto a este tema que están poniendo en marcha muchas bodegas, a través de las redes sociales, que es otro canal que estamos -a marchas forzadas- aprendiendo a explotar. Lo importante es que ahora se generan muchos más momentos de estar en casa y quizás con una buena comida y una buena copa de Rioja la situación se pueda ver algo mejor. Por eso lo del lema ¡Quédate en casa con Rioja! es una buena iniciativa para estas semanas de confinamiento.

“El impacto del coronavirus es tan importante que temas como los aranceles de Estados Unidos o el brexit quedan empequeñecidos”

“Hay bodegas que no tienen más opción que presentar un ERTE y en otras se está flexibilizando el calendario laboral de los empleados”

“Durante el confinamiento se ha reorganizado el trabajo en las bodegas y se está avanzado para poder trabajar a distancia”