vitoria - En 2007 crearon de la nada un proyecto que ha acabado convertido en uno de los epicentros artísticos, y turísticos, de Vitoria. Tras 19 murales creados con la participación ciudadana como base, el Itinerario Muralístico de Vitoria se despide. La ciudad pintada pierde así el elemento que le dio color. Una de sus creadoras, Veronica Werckmeister, explica los motivos de la decisión.

¿Por qué han decidido dar carpetazo al proyecto del Itinerario muralístico de Vitoria-Gasteiz (IMVG)?

-El proyecto del IMVG lo creamos Christina Werckmeister, Brenan Duarte y yo en 2007. El primer mural fue gracias a la iniciativa de la asociación Amba. Esta historia, y los fundamentos con los que se creó y se desarrolló el proyecto a lo largo de los años tuvieron que ser peleados y ganados. No fue fácil convencer que el proyecto trataba de que artistas crearan obras de arte públicas con la participación de la ciudadanía, no profesional. De hecho tuvimos que pelear esto todos los años, frente a algunas personas de la administración que exigían ver bocetos previos. Insistimos en esta pieza clave del proyecto en 2014 cuando ganamos el concurso para hacer tres murales durante tres años, en 2014, 2015 y 2016, en el barrio de Zaramaga. A punto estuvimos de renunciar al proyecto si esta pieza clave, la participación ciudadana en el diseño, no se mantenía.

¿Qué ha cambiado entonces en la visión que el Ayuntamiento de Vitoria tiene sobre los murales de la ciudad para que tomen esta decisión?

-Las condiciones del concurso para el 2019 son muy restrictivas y, para nosotros, inviables. En particular, seleccionar una fachada, conseguir el acuerdo de los vecinos y el visto bueno de urbanismo antes de saber si se va a hacer allí el mural nos parece que no valora el trabajo que conlleva, además de que para los vecinos y vecinas de dicho inmueble es hacerles perder el tiempo si al final no son los adjudicatarios. Valoramos mucho la relación con vecinas y vecinos, su generosidad y su confianza. También, restringir la temática o imponerla desde el Ayuntamiento, aunque no sea una línea roja, nos parece más bien un encargo que otra cosa. Primar el prestigio sobre la participación no cuadra con los fundamentos del IMVG. Aparte de que nos parece un insulto, tal vez fruto del desconocimiento, a todas las personas que han trabajado en los proyectos.

Siempre han dicho que para ustedes lo importante era el proceso de creación, no el mural en sí mismo.

-El nuestro es un proyecto de arte social. Es decir, que el proceso prima encima del resultado. A pesar de este fundamento creemos que ambos no están reñidos y desde el IMVG siempre hemos puesto un gran esfuerzo en contar con artistas de calidad, materiales de calidad, medios de seguridad y normativas cumplidas. Que el proceso prima sobre el resultado se evidencia en resultados paralelos a los talleres, como documentales audiovisuales de los procesos, charlas paralelas, e iniciativas diversas que dan a conocer maneras de participar y que dotan de cada proyecto y cada temática de un contexto, haciendo que cada proyecto sea mucho más que capas de pintura sobre una fachada.

¿Están satisfechos de lo logrado?

-Nos sentimos profundamente orgullosas del proyecto y agradecidas a todas las personas, más de 500, que han dado su tiempo y su creatividad desde directores hasta brigadas de la brocha pasando por talleristas, fotógrafos, documentalistas, blogueros, músicos, actores y actrices, etc... Además de numerosas empresas locales que han donado material y medios para que los proyectos pudieran ser mucho más ambiciosos de lo que el presupuesto permitía. También estamos agradecidas de que el Ayuntamiento de Vitoria tuvo la valentía de apostar por este proyecto, pasando por todas las siglas políticas, crisis económicas y vaivenes del día a día del municipio. Entendemos que sucumban a las argumentaciones de algunos colectivos pero esperemos que no olviden el ingrediente secreto de este proyecto. Lo que lo ha hecho referente y único en el estado: la participación ciudadana real.

¿Qué han aportado a Vitoria los murales que han creado?

-Yo creo que el proyecto ha contribuido a que Vitoria se atreva más con iniciativas participativas creativas, porque la ciudad cada vez tiene más iniciativas de todo tipo, que tenemos cosas aquí que no hay en ningún otro sitio. El IMVG no se puede comparar con ninguna iniciativa a nivel municipal en el estado porque los murales de aquí son de aquí. No son reproducibles en ningún otro lugar, hablan de personas, eventos, tradiciones, historias y cultura muy específico al lugar donde se ubican. Ahora mismo esto es algo que buscan hacer en otras ciudades y aquí lo llevamos haciendo desde el 2007.

¿Algo negativo en este tiempo?

-Creo que hay aspectos del trabajo del IMVG que no se han entendido o que directamente se tergiversan.

¿Por ejemplo?

-La profesionalidad y el prestigio. Los artistas directores de los murales han sido siempre artistas profesionales. Profesionales que han sido valientes y generosos sometiéndose a un proceso creativo nuevo con la complejidad añadida de contar con la participación ciudadana. Entre las artistas que han dirigido los murales estoy yo misma, que me forjé profesionalmente en las tres organizaciones más importantes de EEUU en la materia de arte comunitario, Social and Public Art Resource Center (Los Ángeles), Chicago Public Art Group y Mural Arts Program (Philadelphia). De estas dos últimas organizaciones vinieron sendos artistas a dirigir murales del IMVG, como en 2010 John Pitman Weber, y en 2011 Michelle Angela Ortiz, que vinieron becados 100% por la embajada de EEUU. Una beca solicitada por el IMVG por lo que no supuso ningún gasto adicional para el Ayuntamiento de Vitoria. En ambos casos estos artistas fueron emparejados con artistas profesionales del ámbito local, evidenciando el compromiso de la organización con el apoyo a artistas de aquí. Además, artistas que trabajan en Vitoria han dirigido murales. Gorka Otsoa de Alda, Javier Hernández Landazabal, recientemente con exposición individual en el Artium, o los ilustradores Karen Warner y Alex Fernández. Por no hablar de la grafitera y muralista con amplio recorrido nacional Eva Mena y la artista Estibaliz Vera. El año pasado vino a Ariznabarra el mundialmente conocida grafitero y muralista Sabotaje al Montaje, que cocreó con vecinos y vecinas una increíble obra frente al centro cívico.

Han entendido siempre el muralismo como un concepto de participación y de creación de comunidad.

-Los murales pertenecen a la ciudad y a la comunidad de vecinos donde se ubican. Estos tienen derecho a quitarlos si lo desean. La comunidad de vecinos entra en un convenio con la organización y se tiran a la piscina sin ver bocetos previos. Es un ejemplo de los lazos de confianza que se crean y mantienen con el IMVG. Además, el acuerdo con los vecinos siempre ha sido unánime. Es decir, que aunque la normativa permite aprobar la realización de un mural por simple mayoría de los vecinos, la política del IMVG siempre ha sido de trabajar solamente en esos inmuebles donde hay total unanimidad, incluso en el mural del 3 de marzo, donde se pusieron de acuerdo las 29 familias del inmueble. Y no se interviene en edificios protegidos, en 2011 cuando los vecinos nos pidieron un mural para su fachada en el Cantón de Anorbin y nos informaron desde el Ayuntamiento de que ese edificio gozaba de protección, no discutimos, a pesar de tener el visto bueno de los vecinos y de que la fachada en cuestión estaba y está en pésimas condiciones. Trasladamos el proyecto a la fachada de enfrente.