n los primeros tiempos del fútbol la figura del entrenador estaba poco reconocida, incluso era complicado conocer la persona que se encargaba de la preparación, teniendo en cuenta que las alineaciones dependían de una comisión técnica formada por directivos. En la temporada 1927-28, la del subcampeonato de Vizcaya y las semifinales del Campeonato de España, el preparador era el inglés Walter Martin Harris, que hacía la doble función de masajista y entrenador. Jacinto Quincoces solía piropearle: “Entrenó al Real Unión. Era un inglés fenomenal. No tenía ni idea”. En la temporada 1928-29 el técnico era Ramón Adarraga, también actuaba como jugador, dentro de un trío técnico formado con los directivos Ignacio Lascaray y Amadeo García de Salazar, que a partir de 1934 fue seleccionador nacional. Más tarde se sentaron en el banquillo albiazul, los tres dirigiendo al equipo en Primera, Francisco Baonza (1930-31), Ramón Moncho Encinas (1931-32) y José Quirante (1932-33). Hoy escribiremos sobre el primero de ellos.

Lo principal que tenemos que aclarar de Baonza, tras analizar diversa documentación, que no se llamaba José, ni Pepe. Su nombre era, acompaño certificado de defunción, Francisco Baonza García. Natural de Madrid, donde había nacido el 5 abril de 1989, fue futbolista de la Real Sociedad Gimnástica Española, sociedad señera del deporte, con la que se proclamó subcampeón en el Campeonato de España en 1912. Posteriormente jugó en el Espanyol y en el FC Barcelona. El 9 de agosto de 1929 es nombrado entrenador albiazul, permaneciendo dos temporadas en el club hasta finalizar la 1930-31. Bajo su mandato el equipo alcanzó el ascenso a Primera (1929-30), el Campeonato de Vizcaya de la Serie A (1929) y la permanencia en la máxima categoría del fútbol estatal (1930-31) en la campaña del debut del equipo. El 2 de marzo de 1930 el Deportivo Alavés visita a la Cultural Leonesa en su campo de Guzmán, desaparecido en 1931. Era la jornada 14ª del campeonato y los albiazules eran superados en la tabla por Sporting de Gijón, Iberia de Zaragoza y Sevilla. El ascenso se estaba complicando y la visita a León es difícil. El partido es duro, violento a veces, hay placajes, entradas fuertes y patadas a doquier. El colegiado del encuentro, Rogelio García Soleto, se ve superado por los acontecimientos, no ayudándole para reconducir la situación ni jugadores, ni público e incluso uno de sus jueces de línea se decanta claramente por el equipo leonés. La Cultural Leonesa se adelanta en el marcador y con 1-0 acaba la primera parte. El descanso reglamentario lejos de apaciguar los ánimos los exacerba y la segunda parte es de una dureza terrible. Cuando empata Olivares, el público local está al borde de un ataque de nervios, sobre todo cuando el entrenador albiazul se coloca al lado del portero Beristain y se dedica a dar órdenes a sus jugadores.

Cuando el árbitro pita el final del encuentro con empate a 1-1, ruge la marabunta. El público salta al terreno de juego rodeando al colegiado, que a duras penas consigue llegar a su vestuario. Posteriormente los exaltados rodean al entrenador albiazul Baonza, que tiene que ser rescatado por la Guardia Civil sable en mano y realizando varias cargas. Tanto el colegiado, que tiene que protegerse en la caseta local, como el entrenador Baonza son conducidos, una vez serenados los ánimos, al Gobierno Civil de León en calidad de detenidos.

Tras diversas gestiones, ambos pueden salir en libertad pagando sendas multas: Francisco Baonza 250 pesetas (1,50 €) y García Soleto 150 pesetas (0,90 €). Al finalizar la temporada el Alavés ascendería a Primera y la Cultural perdería la categoría.

“Faltando unos segundos me acerqué al poste de la meta de nuestro portero Beristain para indicarle que el partido estaba a punto de finalizar. Balones fuera que esto ha terminado grité a mis jugadores. Tuve que defenderme con la bolsa del botiquín de los ataques y agresiones del público”.

Nadie estaba de acuerdo con el desarrollo del partido. El colegiado la protestó por las agresiones y golpes recibidos. El Alavés por las coacciones sufridas y la Cultural Leonesa, con el apoyo del juez de línea, por el arbitraje realizado.

También podía haber escrito sobre...

2 de marzo de 1941.

Partido homenaje a la plantilla albiazul para recaudar dinero para los jugadores del equipo.

2 de marzo de 1944.

El Alavés cambia de domicilio social del Bar Deportivo en la calle S. Prudencio al Café Moderno en Dato.

2 de marzo de 1975.

A los 25 segundos, tras el saque de centro, marca el albiazul Arambarri. Alavés-Racing de Santander (2-3).