Un mercado de poco movimiento
El Alavés no habitúa a grandes revoluciones en las ventanas invernales; la del año pasado está entre las más activas
El Deportivo Alavés, y más concretamente Sergio Fernández, nunca han sido partidarios de grandes revoluciones en los mercados invernales. El objetivo siempre ha sido hacer los deberes durante el verano y, si se ha acudido a la ventana de enero, solo se ha hecho para rematar la costura. Algo que, aun con las varias necesidades que la plantilla tiene hoy, lo más probable es que también se repita este año.
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En la actualidad, la posición donde seguro llegará como mínimo un refuerzo es el centro de la defensa, pues alguien debe cubrir el vacío que ha dejado Facundo Garcés, sancionado por la FIFA. Y un segundo zaguero podría llegar si, tal y como parece, Eduardo Coudet no perdona a Moussa Diarra y se le busca salida. El francés no fue convocado ni en Copa, ante el Sevilla, ni en el derbi liguero contra Osasuna.
Una situación idéntica a la de Diarra es la de Mariano, también castigado por el técnico argentino. Su marcha, solo unos meses después de llegar a Mendizorroza, obligaría al Alavés a mirar atentamente el mercado por si, como le gusta decir a la propiedad, surgiera alguna buena opción para mejorar el equipo. Tampoco se puede descartar que se acabe apostando por el joven Aitor Mañas como tercer delantero.
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Otro de los puestos donde la afición reclama fichajes es en el extremo zurdo, puesto que ni la voluntad de Abde ni el talento de Carles Aleñá están dando frutos a nivel ofensivo desde ahí. Pero las prioridades son las ya mencionadas. Es decir, a lo sumo, salvo salida inesperada de algún peso pesado, lo lógico es esperar entre una y cuatro entradas, si bien es mejor tirar por lo bajo repasando lo ocurrido otros años.
VISTA ATRÁS
Echando la vista atrás, con la primera campaña de Sergio Fernández al frente de la dirección deportiva (2016-17) como límite, puede comprobarse lo comentado sobre que el Alavés no es dado a muchos movimientos en enero. Muestra de ello es que el de la temporada pasada, cuando se incorporó a Aleñá, Garcés y Pau Cabanes, ha sido uno de los más activos desde aquel regreso a Primera División.
Una mala racha que no impide acabar el año con colchón
Un año antes, en invierno del 2024, únicamente se realizó un fichaje: el de Carlos Vicente. Salió muy bien, pero no se apostó por más. Y eso que la situación clasificatoria del equipo era delicada. Aunque la segunda vuelta a las órdenes de Luis García Plaza fue espectacular, permitiendo al Glorioso acabar el ejercicio en 10ª posición, por entonces se estaba muy cerca de los puestos de descenso.
Esa escasa actividad también se dio el curso previo, en Segunda División. Y el acierto por parte de Sergio Fernández fue igual de decisivo. Llegaron cedidos Asier Villalibre y Antonio Blanco y ambos fueron relevantes para conseguir meses más tarde el ascenso. Difícil olvidar tanto el penalti del Búfalo como que el cordobés se perdiera tres de los cuatro encuentros del playoff por ir con la selección sub-23.
Una de las dos excepciones es la ventana del año del descenso. Cuatro fueron las incorporaciones que cerró el Alavés para tratar de evitar, sin éxito, la debacle: Nahuel Tenaglia, Jason Remeseiro, Manu Vallejo y Gonzalo Escalante. Entonces, eso sí, la efectividad fue menor. Igual que en enero del 2020, que tiene el récord: Edgar Méndez, Víctor Camarasa, Roberto Jiménez, Fejsa e Isma Gutiérrez, este último sin llegar a debutar.
El Alavés casi siempre se ha movido entre los dos y tres refuerzos invernales. Además de los ya mencionados, también se integraron a las filas gasteiztarras en enero Facundo Pellistri e Iñigo Córdoba (2020-21); Takashi Inui, Diego Rolán y Álex Blanco (2018-19); John Guidetti y Hernán Pérez (2017-18); y Óscar Romero y Rodrigo Ely (2016-17).