Mendizorroza buscaba una noche mágica y todo salió a pedir de boca. Ganó el Alavés al Valencia y las noticias procedentes de La Cerámica también fueron inmejorables con la derrota del Leganés.

El equipo vitoriano picó piedra hasta que encontró un tesoro gracias al penalti transformado por Jordán. El centrocampista gironí, recurso de Coudet bien avanzado el choque y que se sacó la espina tras el controvertido lanzamiento a lo Panenka que Batalla detuvo en el encuentro ante el Rayo, fue el único en batir desde los 11 metros a un muro infranqueable llamado Mamardashvili.

El georgiano evitó una victoria más rotunda por parte de un Glorioso enchufado y dispuesto a dejar virtualmente sellada la permanencia a falta de dos jornadas para la conclusión.

El Alavés mereció haber marcado mucho antes porque fue el único que puso el fútbol que se vio este miércoles en el coliseo del Paseo de Cervantes. El marcador no le hizo justicia a la vista de su generoso despliegue físico y el juego atractivo que desplegó en muchos tramos. No en vano, uno de los equipos más en forma de la competición como el Valencia se vio empequeñecido hasta límites insospechados en Vitoria.

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En imágenes: Ambientazo en el Alavés - Valencia (¡Búscate en las fotos!) DNA

Duelo equilibrado

Tras una inquietante puesta en escena, el Alavés se sacudió el dominio levantino y equilibró el duelo a partir del minuto 15. La pena es que el cuadro babazorro se estrelló contra Mamardashvili, quien en una de sus últimas actuaciones con el Valencia antes de poner rumbo al Liverpool demostró su enorme categoría. En el corto intervalo de seis minutos dentro de la primera mitad, el georgiano desbarató tres ocasiones albiazules. Guridi, Tenaglia y Aleñá se estrellaron ante los enormes tentáculos de un portero dotado de grandes reflejos bajo palos.

Poco hubo que reprochar esta vez al Alavés en el apartado ofensivo. Fue un equipo que no especuló lo más mínimo, presionó desde arriba la salida de balón del Valencia y buscó con ahínco el gol ante un visitante replegado y casi a verlas venir. El Valencia, agarrado a las dentelladas de Rioja para meter el miedo en el cuerpo a la afición local en los albores, se vio golpeado en todo momento por las oleadas babazorras.

El cuadro de Coudet lo intentó por tierra, mar y aire. No solo generó peligro en las acciones de estrategia o en los disparos lejanos, sino también a base de un fútbol combinativo y peligrosos centros desde ambas bandas.

Continuidad

Tras el descanso, el dominio alavesista tuvo su continuidad. El Glorioso monopolizó la posesión de balón y el torrente de ocasiones vivió nuevos capítulos.

Tras un error grosero del Valencia en la salida de balón y una entrega defectuosa de Rioja, Kike García se mostró demasiado parsimonioso a la hora de armar el disparo dentro del área y Tárrega le cerró el camino hacia el gol. Blanco volvió a toparse con Mamardashvili en un venenoso centro chut que precedió la jugada clave de la velada.

El georgiano se pasó de frenada en su intento de despejar un balón dentro del área y arrolló a Mouriño. Gil Manzano se ratificó en su decisión inicial de decretar penalti pese a la llamada del VAR y Jordán no titubeó en la búsqueda del gol más importante de la campaña.

Coudet había movido ficha pasada la hora del encuentro con la entrada del gironí en busca de una nueva vuelta de tuerca al dominio alavesista en la sala de máquinas. Por lo demás, el técnico argentino confirmó una vez más que no es muy partidario de hacer cambios y confió en su guardia pretoriana. Tan solo tras el 1-0, dio entrada a Protesoni, Toni Martínez y Conechny para cerrar un partido que deja virtualmente otro año más al Glorioso en Primera.