El Alavés B sigue instalado en su racha negativa de resultados, que alcanza ya las siete jornadas sin ganar y es especialmente sangrante en casa, donde ha caído en los últimos cuatro compromisos.
Lo ha hecho siempre por idéntico resultado, un 0-1 que fue también el marcador por el que se impuso el Ejea en otro partido donde el filial alavesista acusó la falta de gol que le está marcando durante toda la temporada. Los de Molo fueron superiores a los aragoneses en diversas fases, pero la nula definición en los últimos metros les condenó ante un rival que se valió de un gol de Rodri Val a cinco minutos del final.
Fue un mal desenlace para los intereses vitorianos en un partido más vistoso y entretenido de lo que indica el resultado final. Pese a luchar por objetivos distintos, el Alavés B por salir de la zona de descenso y el Ejea por consolidarse en la de play-off, ambos equipos tuvieron la portería contraria en el punto de mira desde los compases iniciales del partido.
Rodri Val obligó a trabajar pronto a Grego Swiderski, y un centro de Julen Lartitegi a la salida de una falta lo remató de cabeza Iurie Iovu, con el balón saliendo alto por poco.
Swiderski, salvador
Tras unos minutos de tregua, en los que los dos conjuntos se dieron un respiro, dispusieron los de Iván Martínez de su mejor ocasión en el primer tiempo, un remate a bocajarro de Iker Gil que obligó a Grego a lucir reflejos felinos para poder desviar el balón con los pies como si de un portero de balonmano se tratara.
El guardameta franco-canadiense propició así que el Miniglorias llegara al descanso con el resultado inicial, mal menor en una primera parte en la que los babazorros mejoraron prestaciones respecto a anteriores actuaciones.
Ninguno de los dos técnicos hizo cambios en el descanso, denotando que ni Molo ni Martínez estaban descontentos con la ejecución del plan de partido que seguían sus equipos. Un intercambio de disparos a puerta de Pinillos por parte local y de Rodri Val por la visitante emularon también en la reanudación el inicio con idas y venidas que había abierto el partido una hora antes.
Empezó a mover piezas el técnico alavesista con las entradas de Alberto Moreno y Lucas Moura, lo que propició que el Alavés B percutiera más en ataque hasta hacerse dominador del encuentro.
La fase del partido en la que el balón fue vitoriano y los zaragozanos amparados en algún ramalazo a la contra para llevar peligro a la portería alavesista no hacía presagiar otro desenlace en la línea de los últimos tres en Ibaia.
Pero los diversos centros de Lartitegi se quedaron sin remate y no pasó lo mismo con el balón en profundidad que recibió Val a cinco minutos del final. El mediapunta del Ejea ganó la espalda de la zaga albiazul y encaró a Grego, al que batió colocando el balón cerca de la escuadra.
El 0-1 obligó a irse arriba con todo a un Alavés B que había agotado el capítulo de cambios con las incorporaciones de Morcillo y Eneko Ortiz y la postrera de Sánchez.
Pero el mazazo de verse otra vez en la senda de la derrota hizo que los babazorros fueran presa de los nervios y la precipitación, lo que facilitó la labor de una zaga aragonesa que actuó con oficio para conservar hasta el final el preciado botín que se llevó de Ibaia.