La vida sigue igual para el Deportivo Alavés en 2025. Los babazorros, serios una vez más, dejaron momentos de buen fútbol y crearon dos ocasiones claras para sumar ante el Girona el primer triunfo de la ‘era Coudet’, pero su falta de pegada les condenó a arrancar el año con derrota. Un resultado que, afortunadamente, no hará que el conjunto gasteiztarra comience el año en descenso debido al empate del Espanyol.

No hubo sorpresas, pero sí grandes novedades en el once del técnico argentino para la visita del equipo de Michel. Jesús Owono, el protagonista, formó en portería en lugar del lesionado Antonio Sivera; Nahuel Tenaglia recuperó el lateral derecho; y Manu Sánchez ocupó el carril contrario para que Moussa Diarra actuara en el núcleo de la zaga. Los ocho albiazules restantes fueron los mismos que jugaron de salida en Mestalla. 

Los minutos iniciales fueron de tanteo. Ni el Alavés ni el Girona se atrevieron a tomar más riesgos de lo debido y eso derivó en un intercambio de posesiones sin peligro. Tampoco ayudó la falta de acierto en las combinaciones. Un disparo desviado de Abel Ruiz nada más sacar de centro, que ni valía, y un interesante centro de Antonio Blanco que no cabeceó bien Kike García fue lo poco reseñable durante los primeros 25 minutos. 

Antes de la media hora, eso sí, hubo incidencias que obligaron a Coudet a mirar al banquillo. Joan Jordán y Carlos Martín sintieron un pinchazo en la misma jugada y ambos pidieron el campo, dejando su sitio a Ander Guevara y Tomás Conechny. Este tramo de choque fue muy accidentado, pues Michel tuvo que agotar también una de sus ventanas para dar entrada a Danjuma por Miguel Gutiérrez. Se notó mucho la falta de actividad.

Eduardo Coudet, durante el partido entre el Alavés y el Girona Alex Larretxi

Tras los cambios, casualmente, llegaron los mejores minutos del Alavés hasta ese momento. Los contragolpes fueron más profundos y el propio Conechny desaprovechó una ocasión clarísima a centro raso de Carlos Vicente. En boca de gol, al argentino se le marchó alto el balón. Curioso fue en esa jugada que Busquets Ferrer señaló penalti por un ligero empujón de Arnau al diez babazorro. Rectificó el colegiado con ayuda del VAR. 

Así las cosas, el Glorioso y su afición se marcharon al intermedio con la sensación de mucha igualdad durante el primer tiempo, pero satisfechos por el regusto dulce del último tramo. Los del Chacho no sufrieron demasiado, pese al talento del Girona de la medular hacia adelante, e intentaron crear peligro al contragolpe en alguna que otra ocasión. 16.464 fueron, en concreto, los seguidores que se dieron cita en Mendizorroza.

ERRORES Y CASTIGO

La segunda mitad comenzó con el mismo guion, pero con el Alavés incluso más dominador en un principio. El problema fue que la presencia babazorra en campo gironí tardó en dar frutos. No fue hasta superada la hora de juego cuando, de nuevo Conechny, envió alto el remate para el 1-0. Esta fue más clara que la de la primera parte, con Vicente otra vez como asistente y las gradas gasteiztarras llevándose las manos a la cabeza. 

Para intentar dar un plus a su equipo, Coudet decidió dar entrada a Toni Martínez por Kike, manteniendo el dibujo. No quiso arriesgar con dos delanteros, y lo pagó. Ya en la recta final del encuentro, las ocasiones brillaron por su ausencia hasta que, en una acción, sin apenas peligro, Solís aprovechó un error de Diarra para marcar el 0-1. Una pena para el francés, quien no lo había hecho nada mal hasta ese momento. 

Ya por detrás en el marcador, el técnico argentino dio entrada a Asier Villalibre a la desesperada, sustituyendo a Manu Sánchez. El cambio no tuvo éxito. No se complicó el Girona en los últimos minutos y acabó llevándose los tres puntos de Mendizorroza sin necesidad de mucho, en realidad. Este resultado, al menos, no hará que el Alavés empiece el año en puestos de descenso, dado que el Espanyol no pasó del empate frente al Leganés