Alavés 1-1 Leganés: mal menor en Mendizorroza
Un gol de Carlos Vicente al borde del final evita la derrota de los babazorros frente a un rival directo
Mal menor en Mendizorroza. Aunque no logró los tres puntos, que era su objetivo frente a un rival directo contra el Leganés, el Deportivo Alavés fue capaz de rescatar este sábado un empate que, visto lo visto hasta el minuto 87, parecía casi una utopía (1-1). Carlos Vicente, con un derechazo desde la frontal, y Antonio Sivera fueron los grandes protagonistas de una tarde que pudo haber acabado mucho peor.
El Alavés reacciona a tiempo
Luis García Plaza no sorprendió con su once titular en el fundamental duelo ante los pepineros. Había avisado en la previa de que no habría demasiadas novedades, con la intención de dar confianza a un mismo bloque, y así se confirmó con la única variación de Moussa Diarra respecto a la derrota en el Metropolitano. Esta, además, fue obligada, pues Manu Sánchez tuvo que ver el encuentro desde la grada por ciclo de tarjetas.
El Alavés saltó al césped dispuesto a llevar la batuta, vertical con la pelota y presionando en tres cuartos. Algo que le permitió mantener al Leganés lejos de Sivera y, además, crear varias situaciones de peligro. La primera ocasión, al poco del pitido inicial, la tuvo Carlos Martín en un centro que se paseó por el área pepinera sin que nadie fuera capaz de despejarlo; y la segunda fue para Tenaglia, en una jugada a balón parado.
En esas dos acciones, y también en otras, se vio la falta de contundencia en las áreas de la que había hablado Luis García horas atrás. Pese a merecer más, los albiazules no fueron capaces de traducir su superioridad en el arranque al marcador y eso pudo haberles jugado una mala pasada. Conforme pasaban los minutos, los visitantes iban sintiéndose cada vez mejor y, por ende, también dispuestos a dar algún que otro susto.
Y los dieron, claro que los dieron. Primero Raba, de cabeza, y después Rosier, en un mano a mano, exigieron al máximo a un Sivera que tuvo que vestirse de santo para evitar que el Leganés tomara ventaja. Fueron, sin duda, las dos mejores ocasiones de una primera mitad en la que, aun y con el notable inicio gasteiztarra, los de Borja Jiménez tomaron dirección a los vestuarios con mejores sensaciones.
El bajón del Alavés fue preocupante, ciertamente. No solo en ataque, donde Carlos Vicente, al borde del descanso, cortó 20 minutos de sequía, sino también en defensa. Le costó mucho a los locales cortar las transiciones madrileñas y la banda izquierda hizo aguas repetidas veces. No fueron ni uno ni dos los despistes de Diarra, perdido en exceso la mayoría de veces que tuvo que salir al corte o los pepineros buscaron su espalda.
El 1x1 del Alavés ante el Leganés: Sivera sale al rescate
VARAPALO Y REACCIÓN
El comienzo del segundo tiempo tampoco fue demasiado alentador: una pérdida de Guevara en la medular permitió al Leganés salir al contragolpe y dejar a Óscar mano a mano con Sivera. Esta vez, eso sí, fue Tenaglia y no el de Jávea quien salvó el gol evitando el remate. La respuesta albiazul, afortunadamente, no fue mala, con un zurdazo de Carlos Martín que se marchó alto y un remate de cabeza de Mouriño al que llegó Dmitrovic.
Luis García Plaza: "No veo un equipo muerto, ni un equipo hundido"
La narrativa, sin embargo, continuó siendo más favorable para los pepineros que para los babazorros y, cerca del minuto 70, llegó el inevitable varapalo. Otro mal balance defensivo, tras pérdida de Abqar, dejó en superioridad al Leganés y, aprovechando un centro bombeado al segundo palo, Óscar superó de cabeza a Sivera (0-1, min. 68). Fue en ese momento cuando Luis García, ya obligado, decidió dar entrada a los revulsivos.
Ahora bien, ninguno de ellos (Stoichkov, Toni Martínez, Joan Jordán y Romero) fue el que despertó al Alavés de un letargo que parecía condenado a otra derrota alarmante. Tuvo que aparecer uno de los titularísimos, Carlos Vicente, para marcar el empate (1-1, min. 87) gracias a un potente disparo desde la frontal y provocar así un epílogo en el que solo existieron los locales. Una pena que el inmenso apoyo de la grada no fuera suficiente para culminar la remontada.