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Un Alavés con trabajo por delante, pero reconocible

Pese a la derrota por 2-1 frente al Celta, pudo verse en Balaídos a un conjunto babazorro valiente y con las ideas claras

Un Alavés con trabajo por delante, pero reconocibleÁrea 11

Al término del duelo de ayer en Balaídos, donde el Deportivo Alavés vio remontado el gol inicial de Kike García (2-1), Luis García Plaza manifestó en rueda de prensa que aún hay "mucho trabajo" por hacer para ver la mejor versión de su equipo. Algo evidente, siendo aún agosto y con la necesidad de que las caras nuevas, que no son pocas, se acoplen mejor; pero que no debería costar tanto como hace un año, aunque el propio técnico diga lo contrario. 

La derrota frente al Celta fue amarga, sobre todo por cómo se produjo –polémica arbitral, falta de puntería, etcétera–. Sin embargo, las sensaciones no fueron para nada malas, al contrario que en el estreno de la temporada pasada en el Nuevo Mirandilla. Aquel día, cabe recordar, el Cádiz superó al Glorioso (1-0) sin proponer apenas y tampoco le hizo falta más, pues los babazorros fueron un borrón, pobre y sin ideas con y sin el balón. 

El Alavés de ayer, pese a estar todavía incompleto y jugar a domicilio, mostró mucha personalidad, en especial en la primera mitad. En ningún momento rechazó jugar de tú a tú al cuadro vigués y, hasta el descanso, la imagen fue de notable, gracias también al citado gol de Kike. Se jugó mucho en campo rival, a través de transiciones tanto lentas como, principalmente, rápidas; y los apoyos atrás fueron acertados, limitando mucho a los locales.

Esto último, el ver a un equipo reconocible, no es nada fácil en las primeras jornadas y es fruto no solo del gran trabajo de Luis García y su cuerpo técnico, sino también de la decisión de la propiedad de dar continuidad al proyecto. Los futbolistas han cambiado, pero las ideas prevalecen. Los albiazules saben a lo que juegan, que ya se ha demostrado que funciona, y solo falta pulir, ya sea mucho o poco. Así, es innegable que todo es más sencillo.

Lo que, en principio, no se puede controlar –y se ha heredado también del curso pasado– es la ineficacia arriba. Con el 1-1 en el marcador, superado ya el arreón del Celta, fue el Alavés quien dispuso de hasta tres ocasiones claras para llevarse la victoria, pero tanto Novoa como Stoichkov y, sobre todo, Villalibre las desaprovecharon. Algo que en Primera División se paga muy caro, como pudo comprobarse poco después con el 2-1 de Aspas.

MÁS ALLÁ DE LA FALTA DE EFECTIVIDAD

Acertar o no de cara a puerta dependerá de que los atacantes tengan el día. Ahora bien, donde sí puede y debe trabajar el Alavés es en todos los demás aspectos que se vieron verdes sobre el césped de Balaídos. Por ejemplo, sentirse relativamente seguro en los picos altos de los rivales había sido uno de los puntos fuertes del equipo en la recta final de la campaña pasada, y ayer no fue así. Mucho tuvo que ver en ello la defensa de circunstancias.

Cuando el Celta dominó, entre el minuto 45 y el 70, el Glorioso sufrió mucho no solo atrás –los balones a la espalda fueron un drama–, sino también en el centro del campo. Los locales, motivados por los cambios, empezaron a ganar duelos y superar líneas sin apuros y, aunque fue Swedberg quien puso las tablas, bien pudieron haberlo hecho otros compañeros antes. Estaba cantado el empate al ver que los albiazules eran incapaces de salir de su área.

Los cambios, afortunadamente, dieron aire y permitieron al Alavés quitarse las cadenas que le había puesto el cuadro de Giráldez. Una pena que, como se ha mencionado antes, no se pudieran aprovechar las tres ocasiones claras que se crearon. Novoa y Stoichkov, al menos, dejaron buenas sensaciones en esos últimos minutos, apareciendo como flechas desde segunda línea rumbo a la meta de Villar y poniendo en tensión a las gradas del feudo celeste. 

Además de la falta de efectividad y los problemas para soportar el chaparrón de los locales al comienzo de la segunda parte, se echó en falta también mayor empaque por parte de las caras nuevas. Conechny, que había sido el gran protagonista de los amistosos, participó demasiado poco; Romero, aun poniendo algún centro muy bueno, también pasó más desapercibido de lo esperado; y Diarra tuvo algún que otro despiste en el lateral.

Nadie, eso sí, dijo que la adaptación fuera a ser fácil, sobre todo para aquellos que nunca han competido en LaLiga o, directamente, en Europa. Aun así, las condiciones se ve que las tienen y lo que les falta no es más que meter horas. Según vayan acoplándose a sus compañeros y entendiendo mejor la idea de Luis García, irán ofreciendo cada vez una imagen más acorde a lo que se espera de ellos. Los automatismos no se adquieren de un día para otro.

En imágenes: El Celta-Alavés de la primera jornada de LaLigaEFE

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