El Deportivo Alavés hizo méritos para sumar algún punto frente a la gran revelación de la temporada, y el fútbol terminó recompensándole (2-2). Cuando los goles de Eric García y Yangel Herrera parecían decisivos para que el Girona conquistara este viernes Mendizorroza, Jon Guridi apareció in extremis para lograr un doblete y darle un empate a los babazorros, que suman ya 42 puntos en su casillero liguero. 

La consecución del objetivo hacía pensar que habría una revolución en el once babazorro, pero no ocurrió así. Luis García Plaza prefirió dar continuidad a lo que tan bien le había funcionado en las semanas anteriores y buena muestra de ello es que solo realizó tres cambios respecto a lo visto en Mestalla. Jesús Owono, Rafa Marín y Ander Guevara fueron, en concreto, las novedades en lugar de Antonio Sivera, Andoni Gorosabel y Antonio Blanco. 

Esa presencia de los habituales, sin embargo, no derivó en que el Alavés saltara al césped gasteiztarra con la tensión necesaria. Al poco del arranque, superado el minuto 3, un saque de esquina sin peligro aparente lo aprovechó Eric García para dar ventaja al Girona (0-1), escuadra muy destacada en esta faceta. Su testarazo, bastante bombeado y a centro de Viktor Tsygankov, se coló por el palo largo y fue Nahuel Tenaglia quien perdió la marca. 

Mucho, eso sí, cambiaron las tornas después del gol. Los babazorros reaccionaron de manera casi inmediata y, pese al claro dominio de la posesión de los gironís, fueron ellos los grandes protagonistas de la cita. Prueba de ello fue el tanto del empate, que llegó por medio de un contragolpe idílico que finalizó Guridi con mucha calma. Giuliano Simeone fue el asistente y Kike García, arrastrando a la defensa, y Javi López también colaboraron. 

La banda izquierda, cabe destacar, fue la que más problemas generó a la zaga del Girona, si bien la derecha tampoco pasó desapercibida. Tanto Giuliano como Javi fueron dos puñales y, si el Alavés no completó la remontada, fue por su falta de puntería. Hasta cuatro buenas ocasiones dispusieron los locales antes de ser castigados por los de Míchel, que ya habían avisado en un mano a mano de Savinho que salvó Owono sacando la pierna. 

Fue, en concreto, dos minutos antes de llegar al descanso cuando Herrera tomó un pase atrás de Artem Dovbyk y se sacó de la chistera un disparo inapelable, capaz de romper las telarañas de la escuadra, que puso el 1-2 en el electrónico de Mendizorroza. Jarro de agua fría para un conjunto albiazul que, salvo en los primeros y los últimos minutos de la primera parte, había hecho méritos para desequilibrar la balanza a su favor.

Ya en la segunda mitad; el ritmo de juego bajó mucho, en gran medida debido a las intenciones del Girona, consciente de que dejar al Alavés salir en velocidad no era la mejor idea. Las ocasiones, por ende, también disminuyeron y la primera, además, fue para Dovbyk, quien se encontró con Owono. Poco más hubo reseñable en los primeros compases tras el intermedio, más allá de las carreras visitantes, de Savinho principalmente.

Para tratar de agitar de nuevo la contienda, y tener así más oportunidades de encontrar el empate, Luis García empezó a agitar el árbol sobre la hora de juego. Ianis Hagi y Luis Rioja, en lugar de los dos Carlos (Benavídez y Vicente), fueron los primeros revulsivos en saltar al césped, y a estos les siguieron Álex Sola (Giuliano), Joaquín Panichelli (Kike) y Javi López (Rubén Duarte).

Los cambios del técnico babazorro no surtieron el efecto deseado, al menos hasta el final. En la última ocasión del partido, ya cuando parecía que el Girona se iba a llevar los tres puntos de Mendizorroza, Guridi volvió a aparecer para, aprovechando un embrollo en el área, meter la cabeza y poner el empate (2-2). Nada más sacar de centro, el colegiado Munuera Montero señaló la conclusión. Ahora, a por el vigente campeón de Liga.