El buen o mal hacer de un entrenador se mide en base a sus resultados, pero estos no siempre son indicativos de su valía. Las circunstancias de cada club tienen mucho que ver en la labor de los técnicos y así lo sabe Fabriciano González, quien, a su paso por el Deportivo Alavés y el Granada –rivales este viernes, desde las 21.00 horas, en Mendizorroza–, vivió dos experiencias “completamente opuestas”, según define en su conversación con este periódico.

Mientras que, en el templo nazarí, a Fabri se le tiene como un héroe, en el Paseo de Cervantes pocos se acuerdan de él. Y es lógico, en realidad, pues su periplo como albiazul se limita a siete partidos de Liga y otros dos de Copa –fue eliminado por el Barça–. Reemplazó a Chuchi Cos a principios de enero y dimitió de su cargo, dejando su sitio a Mario Luna, a finales de febrero, tras hacer escalar al Glorioso de la 17º a la 9º posición (2006-07). 

“Aquel Alavés tenía una plantilla extraordinaria, capaz de pasearse por Segunda División, pero lo que rodeaba al club era surrealista. A mí me prometieron que tendría libertad absoluta para dirigir al equipo y por eso acepté, sin embargo, en cuanto empezamos a ganar partidos, el susodicho metió la pezuña y se fue todo al traste. Ahí, al verme apartado en el día a día, preferí ser fiel a mis principios y marcharme”, recuerda el técnico lucense. 

Fabri dirige un entrenamiento del Alavés, temporada 2006-07. DNA

Durante su charla con DNA, Fabri se refiere en distintas ocasiones a Dmitry Piterman, pero en ningún momento menciona su nombre directamente. Prefiere dejar la historia en el pasado, como todo el alavesismo, si bien no se esconde al hablar sobre su gestión: “Pasó de ofrecerme un contrato por tres años y un dineral a pedirme, cuando presenté mi dimisión, que le pagara yo a él porque, según decía, le estaba abandonando”. 

"Dmitry Piterman pasó de ofrecerme un contrato por tres años y un dineral a pedirme, cuando presenté mi dimisión, que le pagara yo a él porque, según decía, le estaba abandonando"

Fabriciano González - Extécnico del Deportivo Alavés en 2007

Tras su breve y terrible periplo por Vitoria-Gasteiz, el entrenador gallego pasó por el Mérida y el Cartagena y, en la temporada 2009-10, fichó por el Granada. Allí, en Los Cármenes, consiguió algo inédito hasta ese momento: ascender de manera consecutiva de Segunda B a Primera División. Un éxito que, como es lógico, le hizo ganarse el favor de la afición nazarí, la cual todavía le demuestra su cariño y agradecimiento cuando vuelve al sur.

“Fue una experiencia sensacional, en especial porque el club llevaba, hasta mi incorporación, 35 años sin estar en Primera y 22 en Segunda. También te digo, no fue solo mérito mío; coincidió que todos remamos en la misma dirección. Tuve una gran plantilla, la directiva confió mucho en mí y la afición nos llevó en volandas en cada partido. Cuando se dan las circunstancias, al contrario que en el Alavés, los éxitos son más sencillos”, admite.

ALAVÉS-GRANADA, EL PARTIDO

Ahora bien, al preguntarle sobre el enfrentamiento de este viernes, Fabri tiene un claro favorito y no es su querido Granada: “Le tengo mucho cariño al club, pero, siendo sincero, no me está gustando su manera de competir este curso. Me parece que el Alavés está siendo mejor, sobre todo porque tiene mucho más clara su idea para mantenerse en la élite. Además, jugar en Mendizorroza siempre es un factor diferencial para los de Luis García”. 

"A mí me prometieron que tendría libertad absoluta para dirigir al equipo y por eso acepté, sin embargo, en cuanto empezamos a ganar partidos, el susodicho metió la pezuña y se fue todo al traste"

Fabriciano González - Extécnico del Deportivo Alavés en 2007

En honor a su perfil de entrenador clásico, el lucense echa en falta que Paco López no haya construido al equipo “de atrás hacia adelante”. Cree que, “encajando tantos goles”, es muy difícil conseguir buenos resultados en la máxima categoría. “Para los recién ascendidos, es clave mantener la portería a cero, y el Granada no sabe hacerlo. Tampoco le estoy viendo fuerte en Los Cármenes, y eso que tiene una de las mejores aficiones de España”, añade.

Asimismo, Fabri considera que la gasteiztarra es una escuadra en la que “el colectivo” premia más que en la nazarí. “El Alavés cuenta con buenas individualidades, pero destaca por el grupo y eso, aun cuando los mejores no tienen su día, le está dando puntos. En el Granada, por el contrario, si Bryan Zaragoza, que me encanta, u otras figuras clave están bien cubiertas, se nota mucho”, razona.

EN LA ACTUALIDAD...

Pese a que lleva más de cuatro años sin entrenar, Fabri González todavía no ha dado su carrera por concluida. El lucense mantiene la ilusión de embarcarse en un nuevo proyecto, aunque este debe cumplir unas exigencias mínimas, y considera que es ahora cuando más puede ofrecer a nivel futbolístico. Valora de manera muy positiva toda la sabiduría que ha adquirido durante su dilatada trayectoria, con más de 30 banquillos a sus espaldas

"El Alavés cuenta con buenas individualidades, pero destaca por el grupo y eso, aun cuando los mejores no tienen su día, le está dando puntos. En el Granada, si Bryan Zaragoza, que me encanta, u otras figuras clave están bien cubiertas, se nota mucho"

Fabriciano González - Extécnico del Deportivo Alavés en 2007

“Mi día a día lo dedico a ver, razonar y estudiar fútbol. Parece que se han olvidado de mí, sea por la razón que sea, pero yo me sigo considerando un profesional de esto. Busco un club en el que me dejen desarrollar todo lo que tengo en la cabeza, no me vale cualquier cosa”, concluye. Su última experiencia fue en 2019, a los mandos del Karpaty Lviv ucraniano.