“Llevo en la hostelería toda la vida. Ya estaba en la barra con diez años”, asegura Raúl Rubio. Lo ha mamado en casa, al igual que sus hermanos Joseba y Marta. Todos ellos desde muy pequeños han echado un cable a sus padres Paco y Rosa en el popular bar Txiki desde que este local conocido por sus famosas tortillas abriera en la calle Sancho El Sabio en 1981.

En septiembre de 2015, el Txiki se trasladó a la entrada de la Plaza de Abastos y desde hace poco más de una semana ha cambiado de ubicación para ocupar un local en el mismo recinto, en esta ocasión al fondo del mercado, justo enfrente de la Plaza Santa Bárbara. 

Ahí está enfrascado atendiendo a sus clientes, pero eso sí, sin dejar de lado otra de sus pasiones como es el Deportivo Alavés. El empresario gasteiztarra tiene claro cuál sería la receta necesaria para triunfar con un buen plato. Sin embargo le entran las dudas a la hora de dar con la fórmula correcta para que el Alavés certifique el ascenso este sábado ante el Levante. “Buena pregunta”, indica.

Raúl Rubio posa con una bandera albiazul en la entrada del Txiki en la Plaza de Abastos Pilar Barco

“A ver, lo tiene en su mano y se la tiene que jugar. No vale salir con miedo. Hay que jugársela”, insiste el conocido hostelero vitoriano. Por eso, haciendo un símil gastronómico, Raúl tiene claro que el Alavés debería poner una salsa picante en su plato para poder triunfar ante el Levante. Nada de salir con una crema suave. “Hay que salir con todo. Por supuesto. De elegir entre las dos, salsa picante sin duda”.

Garra y pundonor

Tampoco alberga duda alguna en los ingredientes que tendría que utilizar el cuadro babazorro para firmar ese plato redondo con el que lograr esa victoria que le devuelva a Primera. Si para sus tortillas recurre a la patata alavesa y unos buenos huevos, de cara al choque de este sábado en Orriols, Rubio considera que este último ingrediente no debería faltar en los futbolistas albiazules. “Por supuesto. A ver, no lo vamos a decir así que suena feo, pero garra y pundonor no puede faltar”, añade.

Por eso, si fuese Luis García y tuviera que dar un consejo a los futbolistas del cuadro albiazul tendría claro cuál sería: vaciarse. “Que lo den todo. Que no quede nada por dar. Luchando hasta el final”.

Un ascenso merecido

Rubio pide al equipo que no deje de pelear por muy mal dadas que pudieran venir. “Esperemos que se ponga de cara, pero si no fuera así hay que confiar en la remontada. El Alavés debe luchar hasta el final. Ser fiel a sí mismo. El Alavés nunca se rinde”.

“Esperemos que se ponga de cara, pero si no fuera así hay que confiar en la remontada hasta el final. El Glorioso nunca se rinde”

Raúl Rubio - Aficionado del Deportivo Alavés

Es por esa capacidad de resistencia y entrega hasta el último minuto por la que Rubio considera que el Deportivo Alavés se ha hecho acreedor de lograr el ascenso. “Sí se lo merece”, indica. “Ha tenido malas rachas y ahora está a tiempo de corregir y enmendar esos errores. Está en su mano”.

Es lo que espera. Tiene tantas ganas de ver el ascenso de su querido Deportivo Alavés que Raúl se ha comprometido a regalar una de sus deliciosas tortillas al equipo en caso de que el sábado se certifique el regreso a la Liga de las Estrellas. “Eso por supuesto. Lo que haga falta. Si sube, les doy una tortilla a cada jugador y cada miembro del cuerpo técnico”.

49

En imágenes: Espectacular ambiente albiazul en el Alavés-Levante (0-0) Alex Larretxi/Iñigo Foronda

Es su sueño. Un sueño sufrido. Eso lo tiene claro. “La agonía va con el Deportivo Alavés, no hay otra”, explica asumiendo una situación a la que ya está acostumbrado desde que sigue al equipo desde su infancia. “Ha sido toda la vida así. No podía haber ido con un 3-0 allí, eso no. Tocará sufrir una vez más”, precisa el hostelero gasteiztarra.

Al menos, esta temporada también ha podido disfrutar de lo lindo cada vez que se ha acercado a Mendizorroza con un ambiente que califica de “gozada”. “Es impresionante ver el campo así todo el año. Lo de la afición de Mendizorroza no tiene palabras. Lleva en volandas al equipo, le arropa y eso para el jugador es maravilloso”, concluye.