Sin apenas margen de tiempo para recargar las pilas y recuperar el estado físico tras el derroche físico del último duelo ante el Eibar, el Alavés afrontará desde este domingo el último capítulo de una temporada de gran exigencia.
Después de 44 combates donde el 'Glorioso' ha mostrado sus credenciales de ser un digno candidato al ascenso, el momento de dar el paso definitivo y consagrar de manera inmaculada este interminable curso se encuentra en la final del play off ante el Levante.
El conjunto babazorro, con un centro del campo en horas bajas, recibirá a su bestia negra en un enfrentamiento de vital importancia para afrontar la vuelta en Orriols con ventaja en la eliminatoria. A la ausencia de Blanco, que desde el viernes se encuentra concentrado en Las Rozas tras ser convocado por la selección española sub-21 para disputar el Campeonato de Europa que se desarrollará del 21 de junio al 8 de julio, se suma la baja de Salva Sevilla.
Tras un saque de esquina ejecutado poco después de superar la media hora de juego, el veterano centrocampista sintió un fuerte dolor en su gemelo derecho y tuvo que abandonar el terreno de juego, entre lágrimas, escoltado por el cuerpo médico.
Su rostro no hizo presagiar nada bueno a la parroquia albiazul y Luis García explicó en la comparecencia de prensa que su hombre de confianza se perdería, al completo, la eliminatoria ante el conjunto valenciano. Una baja que agudiza más si cabe la delicada situación que atraviesa la sala de máquinas con la ausencia de Blanco, una pieza clave del Glorioso en esta segunda vuelta del campeonato.
El centro del campo se queda sin una rotación de garantías para afrontar los dos partidos de mayor trascendencia del curso. El impacto que Blanco y Salva han tenido sobre el conjunto albiazul difícilmente puede reemplazarse y, por lo tanto, el técnico babazorro está obligado a reajustar, una vez más, la medular albiazul.
El Alavés, que ha intentado –hasta ahora sin fortuna– todas las fórmulas posibles para poder contar con el joven pivote de cara a la final por el ascenso, tendrá disponibles para ocupar el pivote en el partido de ida a Moya, Benavídez, Guridi y Balboa.
Ausencias importantes
Las inesperadas bajas atacan al mismo sitio, que es precisamente un centro del campo que se pondrá a prueba en los enfrentamientos ante el Levante. No obstante, el Glorioso ha vivido esta situación a lo largo del curso, y esta misma experiencia ha de servir a los vitorianos para superar una nueva circunstancia adversa.
Y es que el Alavés ha hecho frente a lo largo del curso a una serie de fases en las que no pudo contar con varios futbolistas que ocupan la misma demarcación. Ya sucedió en el eje defensivo, lo que provocó que tanto Tenaglia como Duarte ayudasen en el centro de la defensa; y también ocurrió en la punta de ataque, donde Miguel se convirtió en el único delantero disponible para el técnico babazorro tras la baja de Sylla y el adiós de Hara, días antes de la incorporación de Villalibre.
No obstante, al Alavés le ha surgido este contratiempo en la medular en el tramo más decisivo de la temporada, que es precisamente la final por el ascenso a la máxima categoría. Una fase del curso a la que la plantilla llega con una enorme carga de minutos tras el desgaste físico y mental.
De manera lógica, futbolistas como Moya y Benavídez tendrán la oportunidad de dar un paso al frente para paliar las bajas albiazules de la sala de máquinas. De hecho, ambos centrocampistas han realizado una notable campaña y pueden hacer un buen papel, pero es la falta de suplentes en la sala de máquinas lo que pone en jaque a la plantilla albiazul.
El Levante, un rival de sobra conocido por la parroquia vitoriana al ser el único equipo de la competición contra el que el Alavés ha caído en sus dos enfrentamientos, dispone de una mayor rotación en todas las líneas.
Ahora bien, las circunstancias a las que se enfrentan los vitorianos difícilmente van a cambiar y, por ello, la única opción para los de Luis García es dar el do de pecho por aquellos futbolistas que no podrán participar en la final por el ascenso.
Ha llegado el momento de zafarse de los fantasmas del pasado ante el Levante y, también, la oportunidad para que Moya y Benavídez vuelvan a ocupar el doble pivote, donde han exhibido una gran solvencia durante el grueso de la temporada.