Pese a que la actuación frente al Málaga, sobre todo al analizar lo ocurrido durante la primera mitad, no fue ni mucho menos la más brillante del curso, el Alavés pudo lograr su cometido, que no era otro que ganar, y se enfrentará el próximo sábado a Las Palmas en un duelo a todo o –casi– nada por el ascenso. Algo para lo que no es fácil prepararse, eso es cierto, pero que va a coincidir con el momento de mentalidad más férrea de los babazorros.

Así lo explicó Luis García Plaza en rueda de prensa y, de la misma forma, pudo comprobarse sobre el terreno de juego de Mendizorroza. Ante los boquerones, al contrario que en otros momentos de la temporada, el conjunto albiazul demostró que está capacitado para encajar y responder a los golpes de sus rivales, lo cual podría marcar diferencias en la gran final contra los insulares. En especial, actuando el Glorioso como visitante. 

Buena muestra de lo anterior es que con el 1-0, obra de Asier Villalibre, brillando en el marcador, el Málaga igualó la contienda por medio de Luis Muñoz y el Alavés no se vino abajo. Dejó más espacios atrás de lo esperado, eso sí, pero ninguno de sus jugadores renunció a mirar la portería costasoleña hasta que, a falta de solo tres minutos para cumplirse el tiempo reglamentario, Toni Moya colocó el balón en la mismísima escuadra.

Esa capacidad de respuesta, además, no es solo cosa de la última jornada. Frente al Albacete, en el Carlos Belmonte, el Glorioso demostró lo mismo cuando, tras el tanto inicial de Maikel Mesa, el joven Joaquín Panichelli, con la inestimable ayuda de Higinio Marín, salvó un punto de oro en el descuento. Y eso que, a diferencia del encuentro ante el Málaga, los gasteiztarras jugaban en terreno hostil, lo que siempre complica las cosas. 

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Todas las fotos de la victoria del Alavés contra el Málaga (2-1) Iñigo Foronda

También hubo reacción, cabe recordar, en los duelos contra el Granada y el Leganés. En el primero de ellos, los nazaríes tomaron ventaja gracias a Myrto Uzuni y el Alavés no solo fue capaz de empatar (Luis Rioja), sino que estuvo muy cerca de ganar –Salva Sevilla desaprovechó un penalti clave–; y, en el segundo, hubo que, a través de Rober González, dejar sin valor el gol que había marcado Jorge Miramón para los pepineros.

Es decir, aunque lo ideal, como es lógico, sería que el Alavés no tuviera que hacer frente a ningún varapalo del estilo en el Gran Canaria, el mero hecho de que la plantilla esté preparada para responder a situaciones de ese tipo es una gran noticia. “Mentalmente somos un equipo de campeones. Podríamos habernos venido abajo en cualquiera de los últimos tres partidos, pero ha sido al contrario”, apuntó, en concreto, Luis García tras superar al Málaga.

ESPERAR EL MOMENTO

Ahora bien, lo mencionado anteriormente no va a ser suficiente para superar a Las Palmas y cerrar el ascenso a la élite. Teniendo en cuenta que los pupilos de García Pimienta, solo por su estilo de juego, van a llevar la batuta del juego durante la mayor parte del encuentro, los albiazules deberán estar preparados para, cuando recuperen la posesión, mirar sin temor a la portería rival, aunque esta parezca estar demasiado lejos.

Sería positivo, en esa misma línea, que el Alavés no pasara tan desapercibido durante los primeros 45 minutos. Ya fuese por falta de valentía o de acierto, los vitorianos tardaron demasiado en meterse en el partido contra el Albacete y el Málaga y, en el feudo insular, especular de esa manera puede ser muy peligroso. Además, es digno de mención que a los locales, salvo goleada del Levante al Real Oviedo, les valdrá igualmente el empate. 

El Glorioso, por tanto, deberá ir a por la victoria y, si se reencuentra con su mejor versión como visitante, la realidad es que tiene muchas opciones de lograrla. Pese a que han sufrido varios batacazos a domicilio, los pupilos de Luis García han realizado grandes actuaciones lejos del Paseo de Cervantes. Las más reseñables llegaron entre enero y febrero, cuando asaltaron Anduva y La Romareda, donde fueron muy superiores al Mirandés y el Zaragoza.