En las últimas semanas, como razonamiento a la incapacidad del equipo para dominar algunos partidos –Andorra y Sporting, principalmente–, Luis García Plaza ha admitido en varias ocasiones que su Deportivo Alavés, al igual que los demás aspirantes al ascenso directo, “no es tan bueno”. Es decir, que la diferencia entre quienes pelean por llegar a la élite y los que están más abajo en la tabla es menor de la que podría parecer.
Esto último, tal y como ha podido comprobarse a través de los pinchazos del Eibar, Granada, Levante o Las Palmas, es una realidad, pero también un problema, pues, al haber dejado escapar puntos en ese tipo de encuentros, a priori menos exigentes, los duelos directos toman especial relevancia. Y estos, al menos hasta el momento –le restan dos por jugar–, no han sido demasiado favorables al Glorioso; más bien todo lo contrario.
Así pudo verse, sin ir más lejos, este sábado en el Ciutat de València, donde, en lo que se había señalado como una final para ambas escuadras, solo una hizo realmente acto de presencia. Los granotas saltaron al césped más concentrados, que no con las ideas más claras, y dos errores garrafales del Alavés en defensa les sirvieron para llevarse el triunfo. Poco más tuvieron que hacer, ya que apenas encontraron oposición albiazul.
Sumando dicho desenlace, muy condicionado desde el principio, a los otros cinco duelos directos que han jugado los babazorros esta temporada, el balance se queda en una victoria (Eibar), dos empates (Las Palmas y Eibar) y tres derrotas (Levante x2 y Granada). Dicho de otra forma, un total de cinco puntos sobre 18, lo cual no es demasiado halagüeño de cara a los próximos cuatro partidos, dos de ellos ante rivales de este estilo.
Asimismo, con esa media de 0,83 puntos por encuentro, el Alavés es el candidato al ascenso que menos rédito ha sacado de los enfrentamientos directos. El Levante, que ya ha jugado los ocho, es el más favorecido en este sentido (1,75) y detrás, en igualdad de condiciones hasta que dos de ellos se vean las caras esta tarde, a las 18.30 horas, en Los Cármenes, le siguen Granada, Eibar y Las Palmas (1,16).
A CONFIAR EN MENDIZORROZA
Ahora bien, que los datos mencionados no amparen al conjunto babazorro en esta recta final de temporada no significa, ni mucho menos, que no vaya a haber opciones de lograr el objetivo. Sobre todo, si se tiene en cuenta que el próximo duelo directo, el viernes frente a los nazaríes, se va a disputar en Mendizorroza, donde los pupilos de Luis García, con el empuje de la grada, van a ofrecer seguro una actuación muy distinta a la de Orriols.
No les queda otra, de todas formas. Una segunda derrota consecutiva, lo cual no han sufrido desde el pasado mes de diciembre, no les dejaría sin opciones matemáticas de ascenso directo, pero sí les mandaría virtualmente al play off. Algo con lo que, eso sí, también deberá saber jugar el Alavés, compuesto por bastantes futbolistas, como admitió el propio técnico madrileño, sin demasiada experiencia en duelos tan determinantes.
A su favor juega, aparte del factor Mendizorroza, el hecho de que su segunda vuelta, aunque con algún tropiezo, está siendo más que notable. Los babazorros han sumado 31 puntos en los 17 partidos disputados hasta ahora y, durante muchos momentos, han sido el ejemplo más claro de regularidad. Esto último gracias a una mejoría en el aspecto defensivo con la que deben reencontrarse tras el batacazo sufrido ante el Levante.
Además, sería lógico que la plantilla albiazul sintiera cierta necesidad de venganza por la visita del Granada, pues su cara a cara de la primera vuelta estuvo muy condicionado. Allí, en Los Cármenes, el Alavés tuvo que jugar gran parte del encuentro con un hombre menos debido a la expulsión de Alkain, autor del único gol visitante, y a Guridi se le señaló un penalti completamente inexistente. El resultado final fue de 3-1 para los andaluces.