Conocedor de los pinchazos de sus rivales directos, el Deportivo Alavés necesitaba dar un golpe sobre la mesa frente al Huesca, y así lo hizo. En un feudo casi inexpugnable esta temporada, los gasteiztarras ofrecieron una actuación muy seria y, cuando tuvieron su ocasión, la aprovecharon para llevarse los tres puntos y volver a meterse de lleno en la lucha por una de las dos primeras plazas. Tenaglia fue el autor del único gol de la tarde.

En lo tocante al once babazorro, es digno de mención que a los regresos esperados de Abqar y Blanco, ausentes el pasado fin de semana debido a sus compromisos internacionales, se sumó la novedad de Miguel de la Fuente. Recordando a su papel de la primera vuelta, el jugador vallisoletano formó como único punta en la delantera y, desde el inicio, supuso una molestia para la defensa oscense, obligada a controlar sus movimientos sobre el césped.

La nota dominante del encuentro, como es habitual en esta categoría, volvió a ser la igualdad. Uno y otro equipo se centraron más en minimizar sus errores que en provocarlos en el rival y, por ende, las ocasiones brillaron por su ausencia. Algo en lo que, eso sí, también tuvo mucho que ver la intención del colegiado González Francés, quien ralentizó el ritmo del choque al interrumpir de manera continuidad el juego, incluso cuando no era necesario. 

En ese escenario tan poco atractivo para el aficionado, en tensión constante por la importancia del partido, el futbolista albiazul más protagonista fue Blanco. Pese a haber jugado bastantes minutos con su selección el martes, el cordobés, sin dar muestras de cansancio, abarcó mucho espacio y recuperó multitud de balones tanto en campo propio como en el del rival, lo cual permitió al Alavés empujar al Huesca hacia su área. 

Ahora bien, al contrario que Sivera, Andrés Fernández no pudo terminar la primera mitad como un mero espectador de la contienda. Cuando todo hacía pensar que ambas escuadras se marcharían a los vestuarios sin haber inquietado a los porteros, Jason dispuso de dos ocasiones. Una de ellas, la menos clara, por medio de un potente remate lejano y la otra, un minuto más tarde, en un centro de Duarte que cabeceó desviado por poco.

El Huesca, eso sí, no tardó mucho en responder a estos dos acercamientos. Nada más arrancar la segunda parte, Sielva dispuso una falta en la frontal del área babazorra y su lanzamiento estuvo a punto de sorprender al guardameta alicantino, obligado a reaccionar rápidamente después de que la pelota cambiara su trayectoria al tocar en la barrera. Cabe mencionar que esta fue la primera jugada a balón parado bien aprovechada.

Para tratar de cambiar la narrativa, de nuevo estática tras esa primera ocasión de los locales, Luis García dio entrada en el minuto 60 a Toni Moya y Asier Villalibre, quienes sustituyeron a Salva Sevilla, bastante errático en la distribución, y De la Fuente, batallador en ataque, pero sin opciones de cara a portería. El esquema, por tanto, se mantuvo invariable, con la idea de no perder su superioridad en la sala de máquinas. 

Ninguno de los dos revulsivos, eso sí, fue protagonista en la acción determinante de la tarde. Duarte, de nuevo en tareas ofensivas, colgó un centro al segundo palo y allí apareció Tenaglia, con un salto espectacular, para adelantar al Alavés por medio de un potente e inapelable testarazo (0-1). Esta fue la sexta asistencia este curso del lateral almeriense, cuya labor en ataque está siendo decisiva desde hace varias jornadas.

Ya en la recta final del choque, si bien es cierto que hubo un tramo de ida y vuelta, los babazorros hicieron todo lo posible por conservar su ventaja. Un propósito para el que Luis García optó por variar su dibujo: introdujo a Javi López, movió a Duarte al centro de la zaga  y formó así con línea de cinco. Luego, en el descuento, entraron Laguardia y Balboa y el resultado, afortunadamente, se mantuvo favorable al Glorioso.