Jugadores, y personas, como Toni Moya son las que necesita el Deportivo Alavés para conseguir su objetivo de volver a la máxima categoría. Sin importar la tarea que le encargue Luis García Plaza -y tanto si es titular como si no-, el centrocampista emeritense da todo de sí cada día para ayudar al equipo lo máximo posible. Un compromiso que, por ejemplo, le permitió estar al cien por cien en los meses de enero y febrero, cuando, tras un final de primera vuelta trágico, fue uno de los futbolistas que dieron un paso al frente, sobre todo en Anduva y La Romareda, para devolver al conjunto babazorro a la zona más alta.
¿Qué ha significado para el equipo la reciente victoria frente al Tenerife?
Nos ha servido para creer aún más en el trabajo que hacemos día a día, sobre todo, después de haber estado cuatro jornadas sin ganar. Es una muestra más de que, si seguimos por este camino, tendremos opciones de lograr nuestro objetivo.
Luis García le hizo jugar en una demarcación diferente, donde le colocaba en la primera vuelta antes de la llegada de Blanco, ¿se siente menos cómodo cuando aparece ahí?
Es cierto que en esa posición no puedo aprovechar todas mis virtudes, pues no es mi lugar natural, pero eso no es lo importante. Mi labor es dar todo de mí, sea en el puesto que sea, para ayudar lo máximo posible al equipo. Si el míster necesita ponerme ahí, me adapto y sigo adelante.
¿Qué tal la competencia con Salva Sevilla?
Muy sana. La verdad es que estoy contento de poder trabajar y competir con alguien con tanta experiencia. Aprendo mucho de su veteranía.
En relación con las cuatro jornadas que estuvieron sin ganar hasta el sábado, ¿cómo se explica una dinámica así después de haber logrado cinco triunfos consecutivos antes?
Es fútbol. Hay rachas en las que no juegan tan bien y ganas todo y otras en las que trabajando bien no consigues el premio que mereces. Esta categoría se decide por pequeños detalles, lo que hay que hacer es maximizar tus virtudes y minimizar las del rival para tener más posibilidades de que caigan de tu lado.
Cree que merecieron más, entonces.
Sin duda. Ante el Lugo, especialmente, tuvimos ocasiones de sobra para vencer y no se dio. Lo positivo es que, pese a que los resultados no nos acompañasen, el equipo siguió trabajando al máximo para romper la mala racha lo antes posible.
¿Hubo alguien en particular que tirase del carro en ese momento o fue cosa de todo el vestuario?
El míster y los capitanes, como es lógico, siempre son los primeros en intentar levantar el ánimo, pero creo que es algo colectivo. Tenemos un gran grupo, de los mejores en los que he estado, y eso es lo que diferencia a un equipo que está arriba de otro.
¿Con qué mentalidad afrontan la recta final del campeonato?
Pensamos que, si seguimos trabajando todos juntos como hasta ahora, podemos conseguir grandes cosas. Creo que así lo hemos demostrado a lo largo de la temporada.
¿Llevan bien la presión de, a fin de cuentas, estar prácticamente obligados a conseguir el ascenso?
Tenemos ganas de ascender por la afición, que está con nosotros tanto en las buenas como en las malas, pero la presión no es tal como para que nos afecte sobre el césped. Estamos tranquilos en ese sentido.
¿Y cómo ve esa batalla en la parte alta?
Soy optimista. Estamos en la lucha y vamos a estar en ella hasta el final. En Segunda División puede pasar cualquier cosa cada fin de semana, considero que cambian las cosas muy rápido, y aún hay jornadas por delante para conseguir una de las dos plazas.
¿Ve algún gran equipo a batir entre sus rivales?
¿A estas alturas? No. Cualquiera puede ganar a cualquiera.
¿En qué cree que debe mejorar el Alavés en las próximas semanas para dar ese golpe sobre la mesa que la afición espera?
Necesitamos controlar mejor los pequeños detalles. El fútbol, al menos en esta categoría, se está convirtiendo en un juego de áreas y, si utilizamos eso a nuestro favor, vamos a tener muchas opciones. En ese sentido, dado que no es fácil llegar tres veces y marcar las tres, no va a ayudar mucho generar el máximo de ocasiones posibles.
¿Cómo valora su temporada hasta el momento?
Bueno, he tenido épocas con más protagonismo y otras con menos. Siempre, eso sí, he dado el máximo para ayudar a mis compañeros, ya fuera sobre el césped o saliendo desde el banquillo.
¿Ayuda, en esos momentos de menos minutos, tener un entrenador cercano como Luis García?
Por supuesto. El míster está encima de los que juegan y, sobre todo, los que no, animando a no desistir y seguir adelante. Te jode no jugar, eso es evidente, pero ese apoyo te da un punto extra para trabajar más fuerte, dar la vuelta a la situación y convertir esas ganas de jugar en la competitividad que tenemos en el equipo, que es muy buena y sana.
SU RENOVACIÓN, AÚN EN EL AIRE
Su renovación es uno de los temas aún pendientes, ¿cómo está la situación?
Por ahora, no sabemos nada. Estamos esperando a ver qué pasa esta temporada.
¿Hay alguna cláusula por partidos, objetivos o similares?
Nada. Nos tenemos que sentar a negociar.
¿Está contento en el Alavés?
Mucho. Lo que más me ha sorprendido desde que llegué del Atlético, es la cercanía con la que me trata el club y la afición. Me siento cómodo en Vitoria, esa es la verdad.
¿Fue complicado tomar la decisión de salir del paraguas del Atlético?
Sí, pero era un paso que necesitaba dar. El Glorioso me dio la oportunidad de dar el salto a Primera, yo aún estaba en el filial rojiblanco, y decidí aprovecharla.
La pena es que su primera temporada como albiazul no terminase bien.
Está claro. Me quedé con mal sabor de boca por el descenso y es por ello que espero que ascendamos este año. La afición así lo merece.
¿Notó mucho, por aquel entonces, el salto de dos categorías?
Obvio. Es otro ritmo de juego, otra forma de colocarse y los rivales tienen mucho más talento. Tuve que hacer todo lo posible por adaptarme rápido y aprender a marchas forzadas.
¿En qué aspecto considera que aún puede mejorar?
Nunca se deja de aprender. En este mundillo, se debe valorar sobre la marcha, analizando partidos para identificar qué hago bien, qué no e ir corrigiendo. Lo más importante, en ese sentido, es no volverte loco y encontrar el equilibrio, eso es lo que te hace ser profesional y jugar al máximo nivel.
¿Qué opinión le merece Mendizorroza?
La verdad es que me sorprendió desde el primer día. Sabía que era una ciudad que apoyaba a su equipo, pero no esperaba tal magnitud. Tanto cuando nos ha ido bien como cuando no, la afición ha estado ahí y nos ha mostrado su cariño. Estoy muy agradecido por su apoyo.
¿Va a ser importante de cara a esta recta final del curso?
Sí, lo sentimos como nuestro feudo. Además, soy de los que piensa que las buenas aficiones, como lo es la nuestra, te dan un plus muy importante a la hora de afrontar los partidos.
