Febrero sigue la línea que marcó el mes de enero. El Deportivo Alavés continúa sumando de tres en tres y esta vez, además, contra un rival directo como el Eibar. Los armeros visitaron este sábado Mendizorroza y, pese a que plantaron cara en todo momento, no pudieron con la inercia triunfal de los hombres de Luis García Plaza, quienes certificaron una nueva victoria (2-0) ante su gente gracias, entre otras cosas, al estreno estelar de Asier Villalibre, quien marcó un doblete en la segunda mitad.

¡Para dar continuidad a los resultados y las buenas sensaciones de las anteriores jornadas, el técnico madrileño optó por repetir el mismo once con el que el Glorioso conquistó Anduva hace varios días. Es por ello que las novedades, en esta ocasión, estuvieron en el banquillo, donde se sentó por primera vez como albiazul Asier Villalibre –aún ligeramente falto de ritmo para jugar de titular– y, al mismo tiempo, tuvo que ausentarse Carlos Benavídez, con molestias al igual que Miguel de la Fuente.

Sin embargo, la idea que transmitió Luis García en la previa, el llevar la iniciativa del juego desde el principio, no fue posible. Los armeros ofrecieron resistencia en todas las líneas y, en consecuencia, el Alavés tuvo dificultades para combinar con la misma velocidad que lo hizo frente al Mirandés. Algo en lo que, entre otras cosas, tuvo mucho que ver el hecho de que ni Salva Sevilla ni Blanco ni ningún otro compañero consiguiera combinar con Luis Rioja y Jon Guridi. Solo Jason y Sylla aparecieron en los primeros compases.

Ante esta situación, los de Gaizka Garitano se sintieron relativamente cómodos sobre el césped del Paseo de Cervantes y durante un buen tramo fueron superiores y tuvieron sus ocasiones, aunque sin éxito, para estrenar el electrónico. Ahora bien, hubo reacción babazorra y esta llegó superado los 25 minutos, cuando se señaló penalti a favor. Pese a que este no fue ejecutado, pues el VAR lo anuló por fuera de juego de Sedlar, sí que sirvió de alguna manera para que el Glorioso diera un paso al frente.

Gracias a esto último, llegaron los mejores momentos del Alavés en la primera mitad y, si no se llegó al descanso con ventaja en el marcador, fue porque faltó acierto. Primero avisó Jason y poco después Guridi tuvo la mejor oportunidad hasta ese momento. Aprovechando un buen centro de Rioja, el mediapunta de Azpeitia pisó el área, se adelantó a la zaga eibarresa y fue la cabeza del guardameta Luca Zidane la que evitó que su remate terminase en el fondo de la red, lo que hubiera supuesto su estreno goleador en Vitoria.

Ya en la segunda mitad, la narrativa perdió por completo la lógica que había mantenido previamente. Tras una ocasión para cada equipo, Sedlar envió el balón al travesaño en una acción a balón parado y, solo un minuto después, el Eibar se quedó con un hombre menos por la expulsión de Sergio Álvarez, quien vio la roja directa por derribar a Sylla cuando este se disponía a encarar la meta visitante desde el centro del campo. Algo que, como era de esperar, aprovechó Luis García para cambiar su planteamiento.

En concreto, el técnico madrileño retiró a Blanco, con amarilla, y Guridi y dio entrada en su lugar a Toni Moya y Asier Villalibre, cambiando así el dibujo a un 4-4-2. De esta manera, además, el Búfalo de Gernika debutó como albiazul y lo suyo, cabe recalcar, fue llegar y besar el santo. Solo nueve minutos más tarde de enfundarse la zamarra del Alavés, y aprovechando un muy buen centro de Rioja al área pequeña, el nuevo delantero de Mendizorroza le ganó la posición a Chema y marcó con la cabeza el 1-0.

A partir de ese momento, después de una celebración muy bonita tanto en las gradas como en el campo, la escuadra gasteiztarra manejó los tiempos de manera notable. Pese a que desaprovechó algún contragolpe, la sentencia terminó llegando por medio del mismo protagonista. De nuevo Villalibre, dispuesto a dejar huella en el Paseo de Cervantes, corrió al espacio y definió a la perfección (2-0) el mano a mano frente a Zidane, completamente vendido tras el pase en profundidad de Moya.