El presente que vive el Deportivo Alavés no se puede comprender sin sus más de 100 años de historia. Durante décadas, el conjunto babazorro ha logrado éxitos inimaginables pero también ha sufrido épocas convulsas con un sinfín de cambios drásticos entre dirigentes y futbolistas. Y una de las historias más extrañas del pasado más reciente del Glorioso tiene como protagonista a Álex Vallejo, un futbolista gasteiztarra que tan solo disputó media hora de juego tras haber promocionado al primer equipo desde el filial.

El centrocampista vitoriano, ligado al Alavés desde alevines, debutó con el primer equipo en la temporada 2011-12 bajo las órdenes de Luis de la Fuente, el flamante seleccionador nacional tras la decisión de Rubiales y Molina. El soñado estreno con el primer equipo, no obstante, pronto se convirtió en una pesadilla para aquel prometedor joven que acababa de cumplir recientemente la mayoría de edad.

“Salí de titular contra Osasuna ‘B’, venía de las categorías inferiores, hice un penalti a los veinte minutos, poco después me cambió y hasta hoy. No volví a jugar y salí del Alavés”, rememora Vallejo, que a sus 30 años compite hoy en día el Doxa Katokopias de la exótica liga chipriota, la misma en la que militó otro vitoriano como Manu García.

Ha pasado mucho tiempo desde entonces, pero el rencor por aquel episodio no ha desaparecido. “Ahora lo pienso y sinceramente le doy menos importancia, pero en ese momento te sorprende por la falta de tacto a la hora de hacer las cosas. No volví a hablar con él ni a entrenar con el equipo desde el penalti. Fui directamente al filial y no volví a ir convocado. Obviamente mi recuerdo de De la Fuente no es bueno. Es una putada. Han pasado doce años, cada uno ha hecho su vida pero sí que me sorprende verle como seleccionador”, explica Vallejo, quien entonces tuvo que hacer las maletas para seguir cumpliendo su sueño de ser futbolista.

Y desde que abandonó la capital alavesa, hace ya una década, son muchas las cosas que han cambiado en su vida y en el mundo del fútbol. La más sorprendente de ellas es que Luis de la Fuente, apenas diez años más tarde, se ha convertido en el heredero de Luis Enrique Martínez al frente del combinado estatal.

Un hecho que pocos aficionados del Alavés podrían haber imaginado cuando el técnico de Haro fue cesado del Glorioso apenas tres meses después de su contratación. Vallejo, al ser preguntado sobre la llegada del riojano a la dirección de la absoluta, no esconde su sorpresa:

“Más que las vueltas que da la vida o el fútbol es ver cómo funciona la Federación. En mi caso no fue una sorpresa como tal pero me sorprende mucho cómo la selección española decide poner a Luis de la Fuente como seleccionador nacional. No creo que vaya a aportar mucho al nivel de Luis Enrique. Ves en Argentina el staff y está por ejemplo Scaloni, que es una persona respetada. Es cierto que en las inferiores lo ha hecho muy bien. Pero es diferente gestionar a chavales desde una posición adulta a jugadores de élite que puede que se guían más por el quién eres”, admite el vitoriano, un futbolista de gran complexión física en la zona ancha gracias a sus 191 centímetros.

ETAPA EN MALLORCA

Álex Vallejo traslada una gran madurez con cada una de sus reflexiones. Después de su efímera etapa en el Glorioso probó fortuna en el Mallorca siendo todavía muy joven. Años después, pondría rumbo al Huddersfield británico y actualmente desempeña sus tareas en la liga chipriota en un equipo que marcha duodécimo con 11 puntos en 16 jornadas.

No hay duda de que el gasteiztarra ha sumado experiencias que le han hecho robustecerse para afrontar los momentos más delicados. “Ahora, cuando piensas a toro pasado, sí que creo que podría haber hecho alguna cosa de otra manera, pero yo en ese momento no me planteaba salir de casa porque no había más que empezado. Prácticamente no tuve tiempo, salí de una forma muy brusca. En ese momento hay que empezar de cero”, matiza el vitoriano, quien recuerda al Glorioso desde la distancia a través de la perspectiva de un aficionado más.

“Cuando se me pregunta por la opinión del Alavés lo veo desde el prisma de un chico de Vitoria al que le gusta el Alavés. No me puedo ver desde la perspectiva de un canterano que ha llegado al primer equipo y que ha tenido la oportunidad, no sería realista por mi parte. Es cierto que me pilló en medio de la tormenta pero fue duro”, rememora el futbolista gasteiztarra.

En este sentido, Vallejo compara el funcionamiento de las canteras de fútbol de su época a la actual. “No he tenido la opción de estar en el primer equipo del Alavés. Es cierto que coincidí en la época mala del equipo en Segunda B. En comparación con mi época, ahora hay jugadores como Javi López que son jóvenes, llevan años en el club y en ningún momento se pone en duda su continuidad por el hecho de ser joven. Veinte minutos no es tiempo suficiente para valorar ni a un chaval ni a un fichaje. Más aún cuando a los 18 años no vas a ser la estrella de ningún sitio”, argumenta Álex, quien por ejemplo compartió vestuario con el madridista Marco Asensio en las categorías inferiores del Mallorca.

El trabajo de cantera en el Alavés ha entrado en otra dimensión en los últimos tiempos. Con una directiva ya asentada en el fútbol profesional, son varios jugadores procedentes del filial que han dado el salto al primer equipo como Abqar, Balboa, Abde o Borja Sainz, que puso rumbo a Turquía el pasado verano. Echando la vista atrás, la conclusión es que Vallejo conserva una espina clavada por no haber podido disponer de más oportunidades.

“En ese momento el club estaba en un momento en el que entraban y salían tanto directivos como jugadores. Era una época de proyectos ambiciosos que no acababan de salir bien. Salí cuando llegó un nuevo director deportivo, que él con todo el derecho del mundo quiso hacer un proyecto nuevo porque el anterior no había triunfado y decide hacer una limpia total”, evoca.

UN CRECIMIENTO EXPONENCIAL

Ese varapalo que vivió Vallejo a sus casi 20 años de edad le obligó a volar lejos de Vitoria. De la capital alavesa hizo las maletas con destino a Palma de Mallorca, club en el que se integró en sus categorías inferiores.

“Gracias a esa experiencia pude madurar y estoy donde estoy. Sí que se te viene el mundo encima porque fue una situación que se dio de la noche a la mañana. Si quieres intentar vivir de esto, tienes que buscar un nuevo sitio y me fui a Mallorca. Ahí es donde realmente tengo una carrera como canterano de entrenar con el primer equipo, jugar varios ratos y compaginar los dos equipos. Pero en el fútbol ahora mismo no hay paciencia, la globalización es total y puedes traer a un chico y que te rinda a los cuatro días”, destaca Vallejo.

De momento, no echa de menos España, ya que en Chipre ha encontrado un hábitat ideal para seguir ejerciendo su carrera como futbolista. De sus palabras se deduce que se encuentra plenamente satisfecho con esta experiencia que comenzó a vivir hace meses.

“Viviendo en el extranjero estoy más tranquilo porque me crispa la situación que hay en España en todos los sentidos. Aquí en Chipre no te llega ni la mitad porque no estás puesto y te dedicas a lo tuyo. No es que sea menos profesional pero aquí está todo más distendido. Estoy disfrutando más del fútbol porque no me llega la comidilla del día. El fútbol se vive diferente en todos los países”, expresa Vallejo, quien no tiene previsto regresar a España a corto plazo.

Y es que el centrocampista alavés, que en categoría juvenil también llegó a hacer una prueba con el todopoderoso Manchester City y en su día fue seguido por el Real Madrid o la Real Sociedad, no le pone freno a su espíritu aventurero ni tiene inconveniente en ser considerado un nómada.

“Yo venía de Inglaterra de una temporada con lesiones donde no me llegaba a encontrar cómodo. La intención era jugar todo en Chipre y de momento va así. A día de hoy no entra en mis planes volver a España, tengo más curiosidad por conocer nuevas culturas y ver lo que hay fuera. Estuve seis años en Segunda y me fui algo renegado en el sentido de que la competición es muy larga y están los mismos equipos. Entonces tenía la curiosidad de ver nuevos sitios. No me arrepiento para nada. Ya tendré tiempo de regresar pero mientras la profesión me permita moverme y ver de qué va la vida pues me gustaría seguir así”, concluye.