Sivera, otra mano salvadora

Antonio Sivera arrancó la actual temporada bajo el foco de la duda. Se puede decir sin temor a equívoco que era un portero bajo sospecha, básicamente porque durante las dos últimas temporadas había estado a la sombra de Fernando Pacheco y apenas había dispuesto de oportunidades para demostrar su valía.

Ahora, ya sin la sombra del extremeño con su marcha al Almería, por fin ha adquirido galones en la portería babazorra y los hechos están demostrando que el Alavés no necesitaba otro portero titular para afrontar el reto del ascenso.

Además de Luis Rioja, que reactivó en la segunda parte a un equipo bastante plano y carente de mordiente, el otro héroe del triunfo albiazul en el Principado de Andorra fue el propio Sivera. En consonancia con su notable rendimiento de los primeros partidos ligueros, el portero de Javea volvió a salvar dos puntos con una intervención sobresaliente en el minuto 85. Ante el Lugo o la Ponferradina ya salvó al Alavés de un disgusto y este sábado volvió a dejar muestras de su regularidad y consistencia bajo los palos.

Tras un encuentro donde apenas tuvo trabajo debido a las escasas aproximaciones del Andorra, Sivera emergió de forma espectacular para evitar la igualada local. Un saque de esquina botado por el Andorra desembocó en un claro remate desde el punto de penalti de Adri Vilanova, hijo del malogrado Tito. Con unos reflejos espectaculares y pese a la violencia del testarazo, el arquero del Alavés despejó el balón como pudo y, a renglón seguido, se estrelló contra el travesaño.

Ahí murieron las últimas esperanzas de un Andorra cuyo juego excesivamente horizontal y falto de profundidad propició una de las veladas más apacibles para Sivera. El alicantino, como sucede con otros grandes porteros a los que no les toca intervenir demasiado, hizo un día más su trabajo de forma sobresaliente y el Alavés dormirá otra jornada más en puestos de ascenso directo a Primera División.