A lo largo de las primeras siete jornadas, el Deportivo Alavés ha mostrado multitud de caras. Algunas más dominadoras, como las que se han podido ver en Mendizorroza –exceptuando el duelo ante la UD Las Palmas–, y otras no tanto. Sin embargo, todas esas actuaciones tienen algo en común y es que, sin importar cuál fuera la narrativa del partido, los hombres de Luis García Plaza siempre han competido, lo cual, eso sí, puede apreciarse especialmente en los encuentros que han disputado lejos del Paseo de Cervantes.

Salvo en Butarque, donde tomó ventaja por medio de Miguel De la Fuente, el Glorioso siempre ha empezado por detrás en el marcador como visitante y, pese a ello, aún no conoce la derrota. Además, si se observa más detenidamente dichos enfrentamientos, también comparten la particularidad de haberse decidido en la segunda mitad, lo que, entre otras cosas, habla muy bien de la capacidad que tiene el técnico madrileño para recargar a sus pupilos durante el poco tiempo que duran los descansos.

Frente al Ibiza, en Can Misses, los locales se adelantaron, en el minuto 10, gracias a un derechazo colocado de Suleiman Cámara; dos semanas después, el Lugo hizo lo propio, sobre el primer cuarto de hora de juego, a través de Chris Ramos; y, finalmente, Sadiku, el lunes en Cartagonova, colocó el 1-0 para el equipo de Luis Carrión al borde del descanso. Tres inicios negativos, en los que el Alavés no se encontró sobre el césped, y que, sin embargo, terminaron con un rédito de cinco puntos para el casillero babazorro.

Esto último, a raíz de la reacción futbolística de la escuadra albiazul, quien, lejos de venirse abajo –como sí había sucedido en temporadas anteriores–, hasta ahora ha sabido responder a tiempo. Algo que, en suelo balear, logró por medio de Luis Rioja, cuyo remate lejano, en el minuto 54, sorprendió al guardameta ibicenco; y que, posteriormente, le sirvió para ganar al Lugo, que no supo qué hacer ante los goles de Taichi Hara (65’) y Tenaglia (68’), y empatar contra el Cartagena, con tanto de Miguel (47’).

Esa capacidad de conservar la serenidad y no perderle la cara a los partidos, al contrario de lo que sí están haciendo otros candidatos al ascenso, es precisamente uno de los puntos más fuertes de este Alavés. Y no ya por el hecho de sumar puntos en escenarios donde muchos no van a hacerlo, sino porque, aunque el empate sea un premio suficiente para la gran mayoría de esos encuentros, la posibilidad de, contra todo pronóstico, acabar remontándolos siempre se mantiene latente.

Con esa sensación, sin ir más lejos, se marchó Luis García del Cartagonova el lunes y también de Can Misses en agosto. En sus dos actuaciones más pobres, el Alavés terminó con opciones de llevarse el triunfo y esto, en algún momento, ocurrirá, por mucho que los rivales merezcan más en términos generales, pues, al final, lo importante es que el conjunto vitoriano continúe siempre ahí, dispuesto a aprovechar las debilidades que los contrincantes, pese a la superioridad que puedan llegar a tener, le van a acabar mostrando.

Mantener las ventajas

Ahora bien, los gasteiztarras no solo brillan por su capacidad para, en los días malos, mantener sus opciones de sumar. Además de lo anterior, algunos de los goles que ha marcado el Glorioso también dan a entender que, cuando consigue una ventaja, es muy complicado quitársela. En este sentido, solo la UD Las Palmas ha sido capaz de puntuar, y estuvo cerca de no hacerlo, en un partido donde los albiazules estrenaron el electrónico. Los demás (Leganés, Mirandés y Huesca) terminaron sucumbiendo ante la fortaleza alavesista de una u otra manera. l