El Deportivo Alavés afronta este domingo su tercer partido del curso en Mendizorroza. Un estadio que ha vuelto a vibrar con los goles de su equipo en el regreso a Segunda y que recibirá, en esta ocasión, a una escuadra que acumula dos triunfos consecutivos, el principal argumento por el que el Alcoraz ha recuperado la moral.

El Huesca de Ziganda, inmerso en una dinámica positiva después de un comienzo de temporada poco ilusionante y en el que no sumó un solo triunfo en las primeras tres jornadas, es uno de los rivales que históricamente mejor se le ha dado al Glorioso.

El Alavés ha salido victorioso en 10 de las 16 ocasiones en las que se ha visto cara a cara con el Huesca y ha logrado un empate en otros dos partidos. Además, en los cinco últimos partidos que se han disputado en Mendi, el conjunto gasteiztarra ha logrado cuatro triunfos y un empate. Un registro que demuestra que el cuadro aragonés históricamente ha sido un rival propicio para el Glorioso pero que, sin embargo, pone en alerta a los de Luis García sobre el deseo que tiene su próximo adversario de romper esta negativa tendencia en el feudo albiazul.

Pero no solo el registro de victorias es arrollador para la escuadra local. El reparto de goles entre ambos confirma que el Huesca ha tenido muchas dificultades para ver portería en Mendizorroza ya que el cuadro aragonés tan solo ha anotado un gol en sus cinco visitas. El último precedente en casa, además, es gratamente recordado por la parroquia albiazul. En la 33ª jornada de la temporada 2020-21, aquella victoria por 1-0 del Alavés fue determinante para que la plantilla dirigida entonces por Javi Calleja se aferrase a una permanencia agónica.

Ahora, con once puntos en cinco jornadas y con la condición de invicto todavía inquebrantable, el Deportivo Alavés tratará de prolongar ante un Huesca su excelente dinámica de resultados para continuar así en la zona alta de la clasificación, un lugar privilegiado del que todavía no se ha movido desde el estreno liguero.