Durante muchos años, Estados Unidos se convirtió en el lugar de retiro ideal para auténticas leyendas del fútbol. Varios equipos, entre los que destacó sobremanera el extinto –y refundado– New York Cosmos, invirtieron una fortuna para fichar a ídolos mundiales como Franz Beckenbauer, Johan Cruyff, Pelé o Bobby Moore y, de esta manera, tratar de popularizar el soccer en la sociedad norteamericana, pero no tuvieron demasiado éxito.

Pese a que es innegable que hubo cierto pico de interés, las preferencias deportivas locales, muy distintas a las de Europa o Sudamérica, siguieron imponiéndose y el fútbol terminó relegado a un segundo e, incluso, tercer plano. Y eso que, décadas después, se inició una nueva era de fichajes galácticos que llevó a cruzar el charco a David Beckham, Raúl González, Thierry Henry o David Villa, entre otros.

Ante esta realidad, la estrategia de los clubes de la Major League Soccer cambió y, aunque en la actualidad se siguen buscando oportunidades de renombre en el mercado internacional, su prioridad desde hace un tiempo es la formación. Una circunstancia que ha abierto la puerta de Estados Unidos a muchos entrenadores –y no siempre con trayectorias estelares– tanto de España como de otros países en los que el balompié es predominante.

El exalbiazul Julio Bañuelos, sin ir más lejos, es el ejemplo más reciente de esto último. A sus 51 años, y tras varias experiencias en banquillos exóticos, el preparador nacido en Miranda de Ebro ha puesto rumbo esta primavera a tierras norteamericanas para convertirse en el director técnico de la Brookyn United Academy, donde, cabe mencionar, ya han trabajado previamente varios españoles.

Esta escuela de fútbol, según la información que se puede encontrar en su página web, trata de ofrecer a chicos y chicas “los mejores programas de desarrollo del mundo” y lo hace hasta que cumplen la mayoría de edad, pues, en ese momento, se intenta que den el salto al fútbol universitario. Una categoría que, al igual que sucede en los deportes mayoritarios, está muy valorada en Estados Unidos. 

OCHO AÑOS COMO ALBIAZUL

Respecto al pasado de Bañuelos en Mendizorroza, lo cierto es que este tuvo varios momentos llamativos. Tras descender al filial babazorro a Tercera División (2005-06), Piterman le ofreció las riendas del primer equipo, de vuelta en la categoría de plata, y solo pudo dirigirlo durante las dos primeras jornadas, puesto que, después de caer en La Rosaleda (3/09/2006), presentó su dimisión.

Previamente, el burgalés había cumplido varias funciones en la cantera albiazul y, cuando el empresario ucraniano huyó del Glorioso, volvió al club para ser, a lo largo de la campaña 2007-08, el segundo entrenador de Josu Uribe y José María Salmerón, quien logró in extremis la permanencia en Segunda gracias, entre otras cosas, a la heroica remontada ante la Real Sociedad en el Paseo de Cervantes y la victoria frente al Celta en Balaídos.