A Lucas Boyé no le pesa la etiqueta de “fichaje más caro” en la historia del Deportivo Alavés. El delantero argentino tiene claro que ha llegado a Mendizorroza para dejarse la piel como uno más y ayudar al club babazorro a alcanzar sus objetivos, que no son inamovibles. Aunque la permanencia sigue siendo la prioridad, el ariete sueña —y se ilusiona— con dar ese paso más del que tanto se ha hablado desde el inicio de la temporada.
Lucas Boyé posa durante su entrevista con DNA
Pilar Barco
A Lucas Boyé no le pesa la etiqueta de “fichaje más caro” en la historia del Deportivo Alavés. El delantero argentino tiene claro que ha llegado a Mendizorroza para dejarse la piel como uno más y ayudar al club babazorro a alcanzar sus objetivos, que no son inamovibles. Aunque la permanencia sigue siendo la prioridad, el ariete sueña —y se ilusiona— con dar ese paso más del que tanto se ha hablado desde el inicio de la temporada.
Lucas Boyé posa durante su entrevista con DNA
Pilar Barco
A Lucas Boyé no le pesa la etiqueta de “fichaje más caro” en la historia del Deportivo Alavés. El delantero argentino tiene claro que ha llegado a Mendizorroza para dejarse la piel como uno más y ayudar al club babazorro a alcanzar sus objetivos, que no son inamovibles. Aunque la permanencia sigue siendo la prioridad, el ariete sueña —y se ilusiona— con dar ese paso más del que tanto se ha hablado desde el inicio de la temporada.
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A Lucas Boyé no le pesa la etiqueta de “fichaje más caro” en la historia del Deportivo Alavés. El delantero argentino tiene claro que ha llegado a Mendizorroza para dejarse la piel como uno más y ayudar al club babazorro a alcanzar sus objetivos, que no son inamovibles. Aunque la permanencia sigue siendo la prioridad, el ariete sueña —y se ilusiona— con dar ese paso más del que tanto se ha hablado desde el inicio de la temporada.
Lucas Boyé posa durante su entrevista con DNA
Pilar Barco
A Lucas Boyé no le pesa la etiqueta de “fichaje más caro” en la historia del Deportivo Alavés. El delantero argentino tiene claro que ha llegado a Mendizorroza para dejarse la piel como uno más y ayudar al club babazorro a alcanzar sus objetivos, que no son inamovibles. Aunque la permanencia sigue siendo la prioridad, el ariete sueña —y se ilusiona— con dar ese paso más del que tanto se ha hablado desde el inicio de la temporada.
Lucas Boyé posa durante su entrevista con DNA
Pilar Barco
A Lucas Boyé no le pesa la etiqueta de “fichaje más caro” en la historia del Deportivo Alavés. El delantero argentino tiene claro que ha llegado a Mendizorroza para dejarse la piel como uno más y ayudar al club babazorro a alcanzar sus objetivos, que no son inamovibles. Aunque la permanencia sigue siendo la prioridad, el ariete sueña —y se ilusiona— con dar ese paso más del que tanto se ha hablado desde el inicio de la temporada.
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Pilar Barco
A Lucas Boyé no le pesa la etiqueta de “fichaje más caro” en la historia del Deportivo Alavés. El delantero argentino tiene claro que ha llegado a Mendizorroza para dejarse la piel como uno más y ayudar al club babazorro a alcanzar sus objetivos, que no son inamovibles. Aunque la permanencia sigue siendo la prioridad, el ariete sueña —y se ilusiona— con dar ese paso más del que tanto se ha hablado desde el inicio de la temporada.
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A Lucas Boyé no le pesa la etiqueta de “fichaje más caro” en la historia del Deportivo Alavés. El delantero argentino tiene claro que ha llegado a Mendizorroza para dejarse la piel como uno más y ayudar al club babazorro a alcanzar sus objetivos, que no son inamovibles. Aunque la permanencia sigue siendo la prioridad, el ariete sueña —y se ilusiona— con dar ese paso más del que tanto se ha hablado desde el inicio de la temporada.
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Pilar Barco
A Lucas Boyé no le pesa la etiqueta de “fichaje más caro” en la historia del Deportivo Alavés. El delantero argentino tiene claro que ha llegado a Mendizorroza para dejarse la piel como uno más y ayudar al club babazorro a alcanzar sus objetivos, que no son inamovibles. Aunque la permanencia sigue siendo la prioridad, el ariete sueña —y se ilusiona— con dar ese paso más del que tanto se ha hablado desde el inicio de la temporada.
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A Lucas Boyé no le pesa la etiqueta de “fichaje más caro” en la historia del Deportivo Alavés. El delantero argentino tiene claro que ha llegado a Mendizorroza para dejarse la piel como uno más y ayudar al club babazorro a alcanzar sus objetivos, que no son inamovibles. Aunque la permanencia sigue siendo la prioridad, el ariete sueña —y se ilusiona— con dar ese paso más del que tanto se ha hablado desde el inicio de la temporada.
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A Lucas Boyé no le pesa la etiqueta de “fichaje más caro” en la historia del Deportivo Alavés. El delantero argentino tiene claro que ha llegado a Mendizorroza para dejarse la piel como uno más y ayudar al club babazorro a alcanzar sus objetivos, que no son inamovibles. Aunque la permanencia sigue siendo la prioridad, el ariete sueña —y se ilusiona— con dar ese paso más del que tanto se ha hablado desde el inicio de la temporada.
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A Lucas Boyé no le pesa la etiqueta de “fichaje más caro” en la historia del Deportivo Alavés. El delantero argentino tiene claro que ha llegado a Mendizorroza para dejarse la piel como uno más y ayudar al club babazorro a alcanzar sus objetivos, que no son inamovibles. Aunque la permanencia sigue siendo la prioridad, el ariete sueña —y se ilusiona— con dar ese paso más del que tanto se ha hablado desde el inicio de la temporada.
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A Lucas Boyé no le pesa la etiqueta de “fichaje más caro” en la historia del Deportivo Alavés. El delantero argentino tiene claro que ha llegado a Mendizorroza para dejarse la piel como uno más y ayudar al club babazorro a alcanzar sus objetivos, que no son inamovibles. Aunque la permanencia sigue siendo la prioridad, el ariete sueña —y se ilusiona— con dar ese paso más del que tanto se ha hablado desde el inicio de la temporada.
A Lucas Boyé no le pesa la etiqueta de “fichaje más caro” en la historia del Deportivo Alavés. El delantero argentino tiene claro que ha llegado a Mendizorroza para dejarse la piel como uno más y ayudar al club babazorro a alcanzar sus objetivos, que no son inamovibles. Aunque la permanencia sigue siendo la prioridad, el ariete sueña —y se ilusiona— con dar ese paso más del que tanto se ha hablado desde el inicio de la temporada.