- La temporada pasada, en la que el Deportivo Alavés logró la permanencia gracias a la gran labor de Javi Calleja, uno de los futbolistas más aclamados en Mendizorroza fue Rodrigo Battaglia. El centrocampista argentino llegó cedido a Vitoria-Gasteiz por el Sporting de Portugal y, desde el primer día, se convirtió en el ancla y el pulmón del centro del campo babazorro sin importar quién estuviera dirigiendo al equipo desde el banquillo, por donde, además del propio técnico madrileño, también pasaron Pablo Machín y Abelardo Fernández.

Sin embargo, y pese a que hubo serio interés en sus servicios por parte de la entidad del Paseo de Cervantes, Battaglia no pudo regresar a la capital vasca este curso y, en consecuencia, tuvo que buscar acomodo lejos del Glorioso, que decidió incorporar a Mamadou Loum para ocupar su puesto tras no llegar a un acuerdo económico con el conjunto lisboeta, quien, a su vez, decidió enviar al albiceleste a Mallorca.

Allí, por desgracia para los intereses del Sporting, el argentino no ha conseguido revalorizarse aún más de lo que lo hizo en el Alavés. Se podría decir, incluso, que ha sucedido lo contrario, pues, aunque ha tenido varias oportunidades como titular, no ha sido capaz en ningún momento de establecerse en el once bermellón. Buena muestra de ello es que, hasta ahora, únicamente ha disputado 795 minutos en LaLiga; esto es, 1.700 menos con los que terminó la campaña anterior.

Asimismo, por si esto último no fuera motivo de preocupación suficiente, su papel no parece haber cambiado con la llegada de Javier Aguirre a Son Moix. El exalbiazul jugó de inicio en el estreno del técnico mexicano, en el cual cayeron frente al Getafe por la mínima, pero fue suplente en la victoria ante el Atlético y también en la visita al Martínez Valero, donde ni siquiera tuvo opción de actuar como revulsivo y, por consiguiente, vio desde el banquillo cómo sus compañeros eran goleados por el Elche.

Entonces, si su situación no cambia en las próximas jornadas, Battaglia terminará la temporada habiendo echado a perder la continuidad y el ritmo que había recuperado en las filas del Glorioso. Y lo hará, además, en la misma situación que el verano pasado, puesto que, cabe recordar, su compromiso con la escuadra verdiblanca se extiende hasta el 30 de junio de 2023 y, por tanto, deberá volver este verano al mercado en busca de un nuevo destino profesional.

Sin olvidar, por último, que su poca influencia con el Mallorca también le va a imposibilitar cumplir el que, según él, siempre ha sido uno de sus mayores sueños: defender la camiseta del combinado albiceleste en un Mundial -en este caso, por ser el más próximo, el de Qatar 2022-.