El próximo martes, a las 19.00 horas en Son Moix, se van a ver las caras dos equipos, el Mallorca y el Deportivo Alavés, que están peleando por sobrevivir. Durante más de 90 minutos, ambas escuadras disputarán multitud de escaramuzas repletas de tensión y, salvo sorpresa mayúscula, los pequeños detalles decidirán quién se lleva el partido y suma tres puntos importantísimos a su casillero -siempre, claro está, que la contienda no termine en tablas, lo cual suele ser muy habitual-.
Pues bien, entre los diferentes duelos que se vivirán sobre el césped balear, uno de los más llamativos está relacionado con los banquillos. Allí, frente a frente, se batirán Julio Velázquez y Javier Aguirre; dos entrenadores que, pese a la delicada situación de gasteiztarras y mallorquines, aceptaron ser los relevos de José Luis Mendilibar y Luis García para tratar de revertir la mala racha de sus respectivos conjuntos a falta de menos de dos meses para la conclusión del campeonato.
Un propósito, lógicamente, muy complicado, pero que ambos tienen aún a su alcance. Sobre todo, el experimentado técnico mexicano, quien, a la espera de lo que haga esta noche (21.00 horas) el Cádiz en su visita al Camp Nou, mantiene a los bermellones fuera de los puestos de descenso con cuatro puntos de ventaja sobre el Alavés, de nuevo colista tras la gran victoria (1-4) del Levante contra el Granada en Los Cármenes.
Para mantener ese colchón, Aguirre está intentado implementar en el Mallorca el estilo que le ha acompañado durante toda su trayectoria y con el que, además, estuvo cerca de lograr el milagro en Leganés hace un par de temporadas. Esto es, priorizar la portería a cero y luego mirar hacia arriba. Algo que le salió bien como local ante el Atlético de Madrid y que, por el contrario, no le sirvió para puntuar en Getafe y Elche.
En este sentido, aunque más concretamente, el preparador mexicano está plasmando su idea sobre el 5-3-2. Un dibujo en el que destacan los carrileros, muy ofensivos al contragolpe, y que tiene como principal peculiaridad la presencia de un lateral -hasta ahora, el catalán Brian Oliván- actuando de tercer central, lo que aporta bastante más velocidad a la línea defensiva que completan Raíllo y Valjent en el centro y Maffeo y Jaume Costa, en duda por lesión, en las bandas.
Más adelante, la contención recáe en Antonio Sánchez y, especialmente, en Baba; y tanto Dani Rodríguez como el segundo delantero -Ángel, Kang-In o Amath Ndiaye- se encargan de aprovechar los balones en largo que baja Muriqui, con el mismo papel que Joselu en el conjunto babazorro. Y es que, desde que llegó Aguirre a Son Moix, son más las semejanzas que las diferencias entre el Alavés y el Mallorca.