El Deportivo Alavés afronta ante el Rayo Vallecano su última oportunidad para reengancharse a la pelea por la permanencia. Tras el duro varapalo de hace una semana en El Sadar, los pupilos de Julio Velázquez no pueden malgastar más su tiempo en lamentos del pasado y, en este sentido, necesitan sumar de tres en tres para mantener vivas las esperanzas.
El choque ante el cuadro vallecano será también el debut de Julio Velázquez en Mendizorroza, un estadio que presenciará al tercer técnico albiazul de la temporada. El preparador salmantino, la última esperanza a la que se aferra el club para lograr la permanencia y quien se estrenó hace escasos días en El Sadar, vivió un debut amargo para el recuerdo. Cuando el Glorioso parecía dar por bueno el empate, un error defensivo tiró por tierra el esfuerzo colectivo de todo el partido. Su primer planteamiento mantuvo una línea continuista respecto a la de Mendilibar, donde apostó por una medular de brega aunque, eso sí, partió con cuatro atacantes que, desafortunadamente, no se compenetraron en la zona de tres cuartos y que estuvieron faltos de mordiente en el área de Sergio Herrera.
Tras la derrota ante Osasuna, que dificulta aun más lograr el objetivo de la permanencia por la distancia de siete puntos respecto a la zona tranquila, Velázquez necesita dar cuanto antes con la tecla para que su llegada tenga un efecto balsámico. Más allá de buscar un estilo futbolístico en concreto, lo más relevante en estos momentos es obtener victorias, sea como sea. La dialéctica del preparador salmantino es uno de los aspectos más positivos de su fichaje y, en este sentido, Velázquez necesita inyectar grandes dosis de esperanza a una plantilla que tan solo ha logrado un triunfo en los últimos 19 compromisos.
El equipo que medirá las pulsaciones del Alavés de Velázquez no es otro que el Rayo Vallecano, que realizó la mejor primera vuelta de su historia pero que en este 2022 se ha desinflado. El cuadro franjirrojo, decimotercero con 34 puntos, vive con cierta tranquilidad gracias al colchón obtenido en la primera mitad del curso. No en vano, la última victoria en Liga de los pupilos de Iraola es del pasado 18 de diciembre y, precisamente, ante el Deportivo Alavés.
El Rayo es, además, el peor equipo de la segunda vuelta ya que tan solo ha obtenido cuatro puntos, dos menos que el conjunto babazorro. Con todo, los de Iraola afrontan los partidos con un estilo muy definido de amplitud en las bandas, un ritmo alto y, sobre todo, un fútbol sin complejos. Isi Palazón se ha convertido en una de las sensaciones de Primera y, junto a él, Óscar Trejo es el encargado de aportar pausa y clarividencia sobre el tapete. En las filas rayistas también se encuentra Sylla. El atacante senegalés, propiedad el club afincado en el Paseo de Cervantes, salió en préstamo hacia Vallecas con la idea de reforzar el banquillo franjirrojo pero su protagonismo bajo las órdenes de Iraola está siendo residual.
El punto de inflexión del Alavés debe llegar ante el Rayo Vallecano, un oponente que afronta las últimas jornadas del campeonato con menos urgencias que los gasteiztarras. Precisamente las diferencias clasificatorias y el factor Mendizorroza deben marcar el desarrollo de un partido sin vuelta atrás para los albiazules, quienes afrontan el próximo duelo como una auténtica final en la lucha por la permanencia. De no lograr los tres puntos, las posibilidades para lograr la salvación se convertirían en un auténtico milagro, en esta ocasión, muy difícil de obrar.